Proyecto de Ley que limita la generación de productos desechables y regula los plásticos
“Lograr que un producto sea diseñado con material reciclado involucra que un producto y/o envase ha sido efectivamente recuperado y contradice el supuesto de que todo envase de un solo uso es desechable. Cuando se logra la recuperación y la circularidad es porque existe tracción a la demanda del material. Circula una y otra vez. Es el ejemplo del cartón, aluminio, vidrio y el PET, entre otros, que son altamente reciclables”.
Es un hecho que el mundo ha cambiado y se ha replanteado las formas de consumir. A la luz de ello, en nuestro país ha aparecido un Proyecto de Ley (PL) que regulará los productos y envases que se usan en el expendio de comida preparada dentro y fuera de un establecimiento dedicado a ello. Con esta normativa se espera privilegiar la reutilización de vajilla, bandejas y similares dentro del establecimiento y el uso de materiales compostables para la comida para llevar.
Al alero de esto, sería importante observar el parque no solo desde la mirada de un dron, pues desde esa visión efectivamente todo se verá verde. Quizás debamos caminar por el parque y ver en detalle el césped. En ese contexto, quiero dar sintonía y consecuencia a este PL desde el sentido común y la congruencia.
Lo primero que se me viene a la mente, es recalcar y aclarar la diferenciación entre un producto y/o envase de un solo uso desechable, es decir, el que se elimina después de usarse en vertederos y rellenos sanitarios porque su materialidad no es reciclable o no hay un método de separación en origen y traslado segregado a plantas de reciclaje o siendo altamente reciclable se dispone mal en ríos, mares, predios y caminos por el efecto de la mala educación y cultura ciudadana, de aquel producto y/o envase usado, que sí puede ser recuperado para la circularidad y que a través del reciclaje se convierte en una materia prima para elaborar un nuevo producto. Este último “no un desecho”, si es de un solo uso desde el punto de vista del usuario, pero el material es de muchos usos desde el punto de vista de la circularidad y el reciclaje, que recupera un recurso.
En segundo lugar, entendiendo que el PL está tratando de imponer un solo método dentro del local de expendio de alimentos preparados (reutilización) y prácticamente una sola forma fuera de él: el compostaje. Creo posible y deseable, en el contexto de la estrategias generales de que se está dotando al país para la gestión general de sus residuos, entregar la libertad de elegir a los establecimientos para que puedan usar dentro del local, no solo la reutilización de sus implementos, sino también envases o productos compostables para contener alimentos preparados, con materiales en base a papel, cartón, madera, bioplásticos renovables y otros afines, siempre y cuando certifiquen y comprueben trazabilidad de la gestión industrial de compostaje. No es necesario imponer una única manera.
De la misma forma, dar la libertad de elegir, para el retiro o despacho, el uso de productos y envases para contener alimentos preparados con materiales compostables y/o altamente reciclables me parece absolutamente equilibrado.
Ahora bien, es importante precisar que dar la libertad de elegir métodos o la combinación de ellos, debe estar acompañada de la certificación de los productos y/o envases para que realmente sean compostables y reciclables, como de la comprobación de la gestión posterior.
Para usar productos y/o envases plásticos, ya sea para compostar (bioplástico con material renovable) o para reciclar (realmente reciclables) es importante que los primeros hayan sido fabricados con al menos 70% de material bioplástico renovable y de al menos 70% de material reciclado para el segundo.
Lograr que un producto sea diseñado con material reciclado involucra que un producto y/o envase ha sido efectivamente recuperado y contradice el supuesto de que todo envase de un solo uso es desechable. Cuando se logra la recuperación y la circularidad es porque existe tracción a la demanda del material. Circula una y otra vez. Es el ejemplo del cartón, aluminio, vidrio y el PET, entre otros, que son altamente reciclables.
Desde un punto de vista de política pública y el criterio, si lo que se desea es acelerar el cambio hacia la circularidad y la buena educación ambiental, es indispensable que las normas, tanto ambientales como sanitarias, promuevan mejor la reducción y la gestión de los residuos, facilitando su máxima disponibilidad y buena disposición para dicho fin. Estoy convencido que pueden convivir distintas maneras de hacer las cosas y que harán un país mejor para vivir. No es bueno una sola forma de ver las cosas. Pido equilibrio y sentido común al legislativo.