El camino hacia una universidad y un país sustentable
“El reciente informe del IPCC nos reveló, una vez más, las consecuencias irreversibles del cambio climático, pero a su vez nos entregó una oportunidad para reconocer la urgencia de las medidas que como instituciones públicas debemos tomar, las que deben ser abordadas en conjunto por toda la comunidad universitaria, extendiendo de esta manera los alcances de este camino, integrando a los distintos territorios nacionales en la discusión por la defensa del medio ambiente y el resguardo de los ecosistemas”.
La Universidad de Chile ha venido recorriendo un largo camino en torno al desafío de transformarnos en una institución sustentable para el Chile del Siglo XXI, y la aprobación de nuestra “Política de Sustentabilidad Universitaria” en 2012 fue un impulso crucial en esa dirección.
Esta política aborda la sustentabilidad universitaria desde cuatro ejes en nuestro quehacer: extensión, docencia, investigación y gestión de campus, estableciendo como pilares la protección ambiental, el desarrollo social y el desarrollo académico. Estas y otras definiciones nos han permitido avanzar de manera paulatina pero consistente en el logro de nuestros objetivos relativos a medio ambiente, sustentabilidad y cambio climático.
Ese mismo año, suscribimos el Primer Acuerdo de Producción Limpia Campus Sustentable. Adhirieron a él las facultades de diversas áreas, sumándose así a las 11 metas y compromisos institucionales que apuntaban a integrar la sustentabilidad en el currículum académico, mejorar la eficiencia energética y capacitar a la comunidad. La convicción y determinación mostradas por la universidad en dicha oportunidad nos llenan de orgullo.
Pero como universidad pública, nuestra casa de estudios no solo tiene el deber de responder a la actual crisis climática que impacta a las comunidades dentro de sus campus e instalaciones, sino también el de contribuir al desarrollo sustentable e integral del país y el mundo. Es en ese contexto en que hemos dado un paso crucial al firmar el Segundo Acuerdo de Producción Limpia Educación Superior Sustentable (APL II)
Con la suscripción de este nuevo Acuerdo, estamos renovando y ampliando significativamente el alcance y compromiso de la gestión sustentable de nuestra institución. Once de nuestras facultades y tres institutos han asumido el desafío de adherir a la iniciativa. Conseguir las cinco principales metas asumidas colectivamente en el marco del APL II —Gobernanza, Gestión Sustentable, Academia, Cultura Sustentable, y Vinculación con el Medio y Responsabilidad Social— implicará un gran esfuerzo y un arduo trabajo que estamos felices de asumir.
Son diversas y numerosas las medidas que la Universidad de Chile y sus unidades adherentes adquirimos a través de la suscripción del acuerdo. Entre las metas que podemos destacar se encuentran, por ejemplo, el compromiso de reportar nuestros avances en sustentabilidad a nivel institucional; el diagnóstico y planificación para reducir nuestro consumos de energía y agua, huella de carbono y nuestra gestión de residuos; y la implementación de un fondo concursable para el fomento de investigación e innovación en sustentabilidad. Es evidente que el cumplimiento de estas metas solo será posible cambiando nuestra cultura en sustentabilidad y la forma de relacionarnos con nuestra comunidad universitaria, con medidas como el establecimiento de instancias de participación dirigidas especialmente a este tema y la vinculación bidireccional con nuestro entorno.
El reciente informe del IPCC nos reveló, una vez más, las consecuencias irreversibles del cambio climático, pero a su vez nos entregó una oportunidad para reconocer la urgencia de las medidas que como instituciones públicas debemos tomar, las que deben ser abordadas en conjunto por toda la comunidad universitaria, extendiendo de esta manera los alcances de este camino, integrando a los distintos territorios nacionales en la discusión por la defensa del medio ambiente y el resguardo de los ecosistemas.
Es en este preocupante contexto global que hacemos también un llamado: creemos que el compromiso que supone suscribir el APL II no puede ser particular, por lo que invitamos no sólo a universidades, sino también a institutos profesionales y centros de formación técnica a sumarse a esta iniciativa. Que el esfuerzo sea colectivo es crucial, puesto que la Educación Superior debe ser una herramienta para impulsar el cambio cultural que permita seguir contrarrestando el impacto del cambio climático.
Debemos entonces, como Universidad de Chile, seguir el tránsito hacia la sustentabilidad, y ser conscientes del momento histórico que vivimos, tanto en el daño irreversible que se la ha provocado a nuestro planeta, como en la oportunidad de mirar un futuro más sostenible construido por todos y todas.