El camino de la electromovilidad
“Sabemos que el transporte público corresponde a una parte importante de la lucha por el cambio climático. La tecnología eléctrica es una energía asequible y no contaminante, pero que tiene un costo de acceso que es elevado con respecto a los vehículos diésel. Pero los 5 años de experiencia que tenemos en esta tecnología nos indica que el rédito es superior”.
En 2022 se cumplirán 5 años desde que en noviembre de 2017 los primeros buses eléctricos comenzaron a circular en el transporte público de Santiago. Pese a los malos augurios de esa época, hoy la electromovilidad no es un sueño, es una realidad. Y no sólo porque seguimos consolidándola, sino que, además, la nueva flota comienza a saldar una deuda histórica con comunas que han sido permanentemente excluidas de estos beneficios.
Debido a lo anterior, es que por primera vez durante las próximas semanas la comuna de la Pintana recibirá un nuevo grupo de buses eléctricos, con el mejor y más alto estándar a nivel mundial. Santiago se ha consolidado como una de las ciudades con la flota eléctrica de buses más grande de la región y una de las más grandes fuera de China.
Esta posición no es casual. En 2017 se tomó la decisión de emprender el camino por la electromovilidad, lo que nos abrió la puerta para su ingreso oficial al sistema y para que durante 2023 alcancemos 1.800 buses con esa tecnología, duplicando la cifra actual. La apuesta que Chile está haciendo por la electromovilidad responde a una de las tareas que el Presidente Gabriel Boric nos ha encomendado: promover un transporte que dignifique a las personas con un viaje seguro, cómodo y amigable con el medio ambiente, para de esta forma construir ciudades más justas para la ciudadanía.
Sabemos que el transporte público corresponde a una parte importante de la lucha por el cambio climático. La tecnología eléctrica es una energía asequible y no contaminante, pero que tiene un costo de acceso que es elevado con respecto a los vehículos diésel. Pero los 5 años de experiencia que tenemos en esta tecnología nos indica que el rédito es superior. No sólo nos garantiza un viaje cero emisiones y sin contaminación acústica, sino que también representa un menor valor en la operación a largo plazo y, una incalculable mejora en la salud de las personas, para los pasajeros y pasajeras, como para las comunidades de los entornos de los ejes viales por el reducido impacto contaminante.
La electromovilidad no sólo tiene ventajas ambientales, debido a que, reduce de manera considerable las emisiones de manera directa de CO2, una de las principales causales del calentamiento global; sino que, además permite tener ciudades sostenibles y con una mejor calidad de vida para las personas y comunidades que habitan las comunas de Santiago. Estos son algunos de los beneficios de los acuerdos que, como país, hemos adscrito en tratados internacionales sobre el cambio climático, como es el Acuerdo de París, y a nivel nacional, la Estrategia Nacional de Electromovilidad 2021 que nos compromete a alcanzar la electrificación del 100% de la flota del transporte público urbano al año 2035.
Nuestro compromiso es continuar avanzando, por ello, seguimos trabajando en la implementación de nuevas licitaciones, desarrollo de infraestructura en terminales, cargadores eléctricos y la incorporación de nuevas tecnologías para consolidar un transporte que mejore la calidad de vida de los ciudadanos de Santiago. Todo lo anterior nos muestra que el camino iniciado hace 5 años es el correcto, y que debemos seguir trabajando firmemente en las vías de la electromovilidad para nuestro transporte público.