El agua en “stand-by”
“Tenemos que ser capaces de administrar mejor el recurso cuando esté disponible y, al mismo tiempo, buscar nuevas fuentes de agua, como el reúso y la desalación de agua de mar. Esta última alternativa sería adecuada para todo tipo de sectores que tengan población concentrada o semi-concentrada y donde los costos de transporte del agua desalada sean más competitivos que otras formas alternativas de suministro”.
Si bien las movilizaciones sociales modificaron la agenda nacional en forma rotunda, no podemos olvidar la compleja crisis de agua que afecta al país y, con ello, la necesidad de buscar soluciones concretas.
Considerando que la escasez hídrica parece más bien algo que será un problema permanente, es responsabilidad de todos ayudar a implementar soluciones viables para enfrentar esta realidad en el corto y largo plazo.
Tenemos que ser capaces de administrar mejor el recurso cuando esté disponible y, al mismo tiempo, buscar nuevas fuentes de agua, como el reúso y la desalación de agua de mar. Esta última alternativa sería adecuada para todo tipo de sectores que tengan población concentrada o semi-concentrada y donde los costos de transporte del agua desalada sean más competitivos que otras formas alternativas de suministro.
Esta tecnología puede implementarse en diferentes tamaños, desde pequeños equipos de desalación para menos de 100 habitantes, hasta grandes plantas para abastecer a ciudades completas.
La desalación de agua de mar a pequeña escala permite solucionar el problema de abastecimiento de agua potable en forma rápida, segura y con costos mucho menores que las medidas de emergencia habituales, como por ejemplo, los camiones aljibe.
En Chile podemos desalar agua de mar para enfrentar esta “otra crisis” y, de paso, dejar una capacidad instalada que mitigue el problema de abastecimiento de agua. Deberíamos empezar por instalar plantas pequeñas y medianas, por ejemplo en el rango de 5.000 a 20.000 habitantes, en aquellos lugares donde exista disponibilidad de agua de mar y se cuente con permisos ambientales y concesión marítima, esto es, centrales termoeléctricas, pisciculturas, puertos y otras actividades que ya usen el espacio costero y el agua de mar.
Podemos dar solución hoy a comunas en situación crítica que, cumpliendo con condiciones de cercanía al mar, puedan ver un cambio de rumbo radical en la calidad de vida de las personas y la reactivación de sus actividades económicas.
*Ivo Radic H. es gerente general de VIGAflow y representante en Chile de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua.