Ecodiseño, la llave para una industria textil más sustentable
“El ecodiseño debería ser un estímulo para las empresas textiles, ya que las herramientas de la Ley REP, entre ellas la ecomodulación de tarifa, determinan que a mayor dificultad para reciclar un residuo, mayor es el costo que la empresa que lo produce deberá pagar por ello. Es lo que ocurre, por ejemplo, en el caso de RESIMPLE, el único Gran Sistema de Gestión Colectivo (GRANSIC) de envases y embalajes del país en conformación legal”.
Las imágenes de cientos de microbasurales de ropa usada en las dunas de Iquique y Alto Hospicio que se han mostrado en las últimas semanas impactan. Se estima que son más de 39 mil toneladas las que están desperdigadas en 139 microbasurales en la zona, lo que llevó a la seremi de Medio Ambiente de Tarapacá a solicitar $3 mil millones al Fondo Nacional de Desarrollo Regional para su erradicación. Sin embargo, se requieren medidas más de fondo, por lo que un aspecto que a futuro tendrá que empujarse con fuerza cuando se incorpore la industria textil a la Ley REP será el ecodiseño.
La economía circular plantea que el primer paso para erradicar los residuos debe darse en el diseño de cada producto, en su origen. Lo óptimo es evitar su generación en esta etapa, y no incurrir en el costo de hacerse cargo de ella cuando ya se ha generado. Este principio se relaciona con la jerarquía en el manejo de residuos, que establece que reducir es mejor que reutilizar, reutilizar es mejor que reciclar, y reciclar es mejor que desechar.
En efecto, en la construcción de la Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040 del Ministerio del Medio Ambiente, se señalan las fórmulas para generar incentivos en el mercado que permitan empujar estos comportamientos buscando advertir, desde el inicio, la manera cómo terminará un producto que se consume.
El ecodiseño debería ser un estímulo para las empresas textiles, ya que las herramientas de la Ley REP, entre ellas la ecomodulación de tarifa, determinan que a mayor dificultad para reciclar un residuo, mayor es el costo que la empresa que lo produce deberá pagar por ello. Es lo que ocurre, por ejemplo, en el caso de RESIMPLE, el único Gran Sistema de Gestión Colectivo (GRANSIC) de envases y embalajes del país en conformación legal.
En este GRANSIC, los productores se responsabilizarán por los costos asociados al impacto que ocasionan los artículos que comercializan en el mercado al final de su vida útil, mediante modelos de tarifas por los kilos de residuos generados por su venta.
Así, el productor pensará cuidadosamente de qué manera comercializa un producto, ya que, dependiendo del impacto ambiental, tendrá que pagar más o menos. Es decir, mientras más reutilizable/ reciclable sea el producto, menos pagará y, por el contrario, mientras más complejo de manejar sea éste, el costo aumentará.
De regularse la industria textil, las empresas del rubro de la ropa tendrán que declarar los flujos de materiales que introducirán al mercado, y tendrán entre sus obligaciones el organizar y financiar mecanismos que permitan dar una solución a sus productos una vez que terminan su vida útil.
En ese escenario, el ecodiseño permite identificar oportunidades a partir de determinar el impacto ambiental en todas las etapas del ciclo de vida de un producto, como la ropa, a fin de potenciar la innovación y avanzar hacia una mejora continua.