Ecodiseño, el futuro de los envases
“El ecodiseño opera no sólo a favor del medioambiente sino también a favor de las empresas, pues permite disminuir el eventual impacto ambiental de sus operaciones, otorgando mayor sustentabilidad a la industria; estimulando la innovación, generando mayor competitividad; y al reducir los costos, logrando una mayor eficiencia y rentabilidad”.
En la actualidad aún vivimos en un sistema de economía mayoritariamente lineal, donde se toman recursos de la naturaleza, se procesan, se consumen y se desechan. Recientemente hemos comprendido que esta situación acarrea problemas para nuestro entorno de los que, en muchos casos, nadie se hace cargo.
Sin embargo, hoy y bajo el contexto de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), se están creando mecanismos que buscan disminuir la generación de residuos, fomentando su reutilización y reciclaje, como alternativas reales para cuidar el medioambiente. Pero el alcance de esos mecanismos se extiende también a la ingeniería y el diseño del ciclo de vida de un producto o servicio, repensándolos desde la etapa inicial de su concepción y elaboración, de manera de detectar oportunidades para minimizar los impactos ambientales negativos, que no siempre son tan evidentes.
Bajo este paraguas surge el ecodiseño, metodología que busca prevenir el problema antes de que ocurra, es decir, disminuir la posibilidad de que se genere un residuo fomentando el diseño de una manera que permita usar menos insumos, utilizar materiales que sean reciclables, reutilizables, biodegradables, y/o utilizar los recursos en forma más eficiente y sustentable.
El ecodiseño opera no sólo a favor del medioambiente sino también a favor de las empresas, pues permite disminuir el eventual impacto ambiental de sus operaciones, otorgando mayor sustentabilidad a la industria; estimulando la innovación, generando mayor competitividad; y al reducir los costos, logrando una mayor eficiencia y rentabilidad.
En el caso del plástico, existen distintas estrategias de innovación para el ecodiseño con este material. Respecto de la reingeniería de los envases, es decir, la necesidad de reajustarlos, ya no solo hay que fijarse en la estructura de un envase, sino también en el sobre-envasado que hay en los productos actuales.
La segmentación de los plásticos también es muy relevante. Hoy aún hay productos cuyos envases o embalajes están compuestos de plásticos muy pequeños que tienden a filtrarse al medioambiente por su tamaño, mientras que otros al ser multimateriales, y por ende no ser posible agruparlos en alguna categoría de residuos, son mucho más difíciles de reciclar.
En Coca-Cola el objetivo que tenemos junto a nuestros Socios Embotelladores es estimular la adopción del ecodiseño y promover el consumo informado por parte de todos nosotros en nuestro rol de consumidores y ciudadanos. Por lo mismo, en 2017 lanzamos al mercado Ecoflex, el nuevo empaque de Agua Mineral Vital, que representa una baja considerable en la cantidad de plástico con un 27% menos en sus botellas PET de 600 ml y un 14% menos en las 1.600 ml. Posteriormente fue el turno de los néctares Andina del Valle que, gracias a un nuevo proceso de envasado eficiente, potenció lo bueno de la fruta con un sabor todavía más fresco, dentro de una eco botella diseñada con un 40% menos de plástico, ahorro que se traduce en más de 1.700 toneladas menos de plástico cada año.
Hoy enfrentamos el desafío de hacer realidad todas nuestras proyecciones y sueños en total armonía con nuestro entorno. Trabajar para darnos a nosotros mismos y las próximas generaciones “Un Mundo sin Residuos” no es fácil e involucra a muchos actores. Como Sistema Coca-Cola estamos trabajando para que nuestros empaques sean cada día más sustentables y totalmente reciclables. Pero esta cruzada y objetivo debe convocarnos a todos, empresas y personas, pues la envergadura y la urgencia del desafío que enfrentamos requiere que todos colaboremos activamente, desde los ámbitos de decisión que le corresponde a cada uno.
“El ecodiseño opera no sólo a favor del medioambiente sino también a favor de las empresas, pues permite disminuir el eventual impacto ambiental de sus operaciones, otorgando mayor sustentabilidad a la industria; estimulando la innovación, generando mayor competitividad; y al reducir los costos, logrando una mayor eficiencia y rentabilidad”.