Contento fue el despertar de Liliana Galdámez la mañana del 26 de octubre, tras el apabullante triunfo de la opción Apruebo en el histórico plebiscito constitucional. “Nadie esperaba un resultado cercano al 80 por ciento y la desagregación de la votación lo ha hecho aun más interesante, cómo votaron las regiones”, agrega la doctora en Derecho en la Universidad de Valladolid, experta en la relación entre las temáticas medioambientales y el derecho constitucional.
Académica del Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Galdámez es autora de varios estudios y artículos concernientes a derechos medioambientales, y es la coordinadora de un libro compilatorio de otros autores titulado “Una perspectiva constitucional del medio ambiente”. De manera que es voz autorizada para perfilar qué contenidos medioambientales debiesen estar incluidos en la redacción de la nueva Carta Magna.
Actualmente, además, Galdámez es integrante de una agrupación de reciente formación, que justamente procura incidir en contenidos ambientales para nutrir la creación de la nueva Constitución en la Convención Constituyente en formación. Se trata de la Red de Constitucionalismo Ecológico, formalizada el pasado 11 de septiembre.
Lo primero que alertó a la experta, una vez conocidos los resultados del referéndum, fue la distribución geográfica de la opción Rechazo, concentrada en cinco comunas, tres de las cuales corresponden a sectores de altos ingresos en el país. “Es preocupante cómo, en el viejo discurso marxista de las clases, se evidencia una gran distancia entre las personas que están en una situación de acomodo, disfrutando las ventajas del modelo, versus las personas que lo están padeciendo”, dice.
-¿Se expresa a nivel ambiental este escenario?
-Yo diría que hay una preocupación nacional transversal que es la apreciación de la naturaleza y de la belleza del paisaje: lo que significa el placer, el descanso, el mar, los bosques. Pero con respecto a las externalidades que genera el mal uso de la naturaleza y el medioambiente, eso no se distribuye igualitariamente. Por eso los votos de Freirina y Petorca, por ejemplo. Ahí se concentra la afectación del ambiente, no es igualitaria.
-¿Qué mensaje lee usted en la altísima votación que obtuvo el Apruebo en las comunas donde hay zonas de sacrificio?
-Que ahí se ven las formas extremas y más visibles de la degradación del medioambiente. Que eso demuestra la dependencia y conectividad que existe entre los seres humanos y la naturaleza. Pero hay otras también: el cambio climático afecta a todos transversalmente, pero asociados a zonas de riesgo también se expresan las inequidades.
-¿La legitimidad de la Convención Constitucional pasa por que personas de esas mismas zonas de sacrificio -dirigentes sociales, por ejemplo- integren el órgano constituyente?
-Yo creo que todo suma. Los sectores que han sido más vulnerables a los desastres ambientales, los sentires de los pueblos indígenas, las mujeres. Tiene que haber esa diversidad. Eso asegura que el resultado del proceso sea más real. Pero también me parece que no es malo en sí mismo que personas que han tenido una trayectoria política participen de la Constituyente; el asunto es que no lo monopolicen. Es difícil imaginar un futuro sin partidos políticos, pero lo que sí debe haber es una redistribución del poder. Acá va a haber personas en primera línea de la redacción de la Constitución, pero también personas en segunda y tercera línea. El momento constituyente está motivando a organizaciones que no quieren participar de la redacción, pero sí aportar conocimientos e ideas. Articular esa relación es muy importante.
-De hecho, varias organizaciones medioambientales agrupadas en la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC) apuntan a eso: no llevar candidatos, sino que participar desde un rol más secundario para aportar ideas en función de construir esta Constitución ecológica…
– Claro. En ese sentido yo participo de una instancia nueva: Red de Constitucionalismo Ecológico. La acabamos de constituir. Tenemos participación fuerte de científicos, científicas, abogados, abogadas y organizaciones de base. Nuestra idea es proponer aportes para el diseño de los contenidos ambientales de la Constitución. No descartamos que alguno pueda tener interés de ser candidato, pero lo central es divulgar el conocimiento sobre lo ambiental. A veces no dialogamos mucho entre nosotros. La idea es ayudar a la conformación de las bases desde el capítulo 1, no solo en el capítulo de los derechos. Los tres ejes temáticos son: principios, derechos e institucionalidad democrática.