La voz de cuatro constituyentes ambientalistas electos: agua como bien común inapropiable, derechos a la naturaleza y fin al extractivismo
Cristina Dorador, Constanza San Juan, Carolina Vilches y Bastián Labbé, jóvenes que integrarán la Convención Constitucional, intentarán plasmar en la redacción y debate de una nueva Constitución las demandas ambientales que provienen desde los movimientos sociales y de las comunidades. En conversación con País Circular, los cuatro confían en que el sentir ciudadano se expresará en el texto final, a la luz de la distribución de los escaños que dejó la histórica votación del 15 y 16 de mayo, que marcó una mayoría de independientes a favor de las transformaciones sociales.
Entre las muchas implicancias que dejó la histórica “megaelección” del 15 y 16 de mayo, tal vez el hecho más resonante sea la abrumadora presencia de las candidaturas independientes al interior de la Convención Constitucional. Distribuida en varias listas, los independientes -sin postular bajo el amparo de un partido político- sumaron 48 cupos de los 155 convencionales constituyentes elegidos, es decir, el 31 por ciento. Esto es sin contar los 17 escaños reservados para los pueblos originarios.
De ese mundo independiente, muy ligadas a los movimientos sociales que suman una larga trayectoria, anterior al estallido social del 18 de octubre de 2019, provienen aquellos convencionales cuyo eje central -o al menos que forma la base de su propuesta programática- son las temáticas medioambientales. Derechos a la naturaleza, consagración del agua como un bien común inapropiable y transformación del modelo extractivista a uno más sustentable concentran el foco de los contenidos que cuatro constituyentes electos, entrevistados aquí por País Circular, intentarán transferir al texto final de la nueva Constitución.
Cristina Dorador: la bióloga y científica antofagastina que aboga por una Constitución ecológica
Candidata de la lista Movimiento Independientes del Norte, la bióloga Cristina Dorador (41 años) lideró las preferencias de votación en el Distrito 3 (Región de Antofagasta). Nacida en la capital regional, aunque vivió su niñez en Mejillones, Dorador es académica de la Universidad de Antofagasta y tiene una amplia experiencia como científica y especialista en microbiología.
Pero, además, Dorador pertenece a la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC), y desde la academia y el activismo aboga por transformaciones desde el punto de vista socio ambiental. Una de las propuestas centrales que intentará llevar al texto final atañe a una Constitución ecológica que “ponga en el centro a la naturaleza y que a partir de ahí emane una serie de derechos fundamentales como el derecho humano al agua con seguridad hídrica, y también la disponibilidad del recurso para los sistemas naturales, por sobre los usos productivos.
“Debemos cuestionarnos el modelo económico basado en el extractivismo. Esto no es una crítica a la industria. Sabemos que necesitamos minerales; el tema es la forma. Bien sabemos que nuestro planeta es finito y la sobreexplotación de los recursos genera muchas problemáticas. Antofagasta tiene una de las cifras más altas en cáncer al pulmón, hay muchas zonas mal llamadas “de sacrificio”. Digo mal llamadas porque ese concepto genera mucho estigma, y en realidad debiesen ser llamadas ‘zonas de concentración industrial’”, dice la científica.
Respecto de la minería, actividad productiva muy diseminada por la región que representará en la Convención Constitucional, Dorador dice que es urgente cambiar en la carta magna el carácter de los salares, desde lugares “explotables” a “ecosistemas complejos con mucha biodiversidad”. Es decir, “que no son yacimientos de boro, sino un lugar que tiene un pasado, un patrimonio histórico, donde hay seres vivientes. Nos cerramos muchas veces a decir que esto es idealista y no es así: es evidencia pura”, remarca Dorador.
La constituyente electa por la Región de Antofagasta piensa que, a la luz de la distribución política de los 155 escaños y, concretamente, debido a la derrota de la coalición Chile Vamos, la Convención va a poder realizar las transformaciones que demanda la ciudadanía. “Yo creo que se logrará, hay candidaturas que vienen desde los territorios desde hace mucho tiempo, y eso le da otro cariz a la discusión. La incorporación de los pueblos originarios y su relación con la naturaleza producirá una discusión de alto nivel. Por supuesto que hay que consensuar posturas, pero no hay que dejar de mover los límites. Si no, nos vamos a quedar donde mismo”, cree la experta.
Dorador imagina el funcionamiento de la Convención, en tanto científica, como “una gran conversación interdisciplinaria y pluricultural. Por de pronto, aboga por sesiones abiertas, con transmisión online y, desde luego, con jornadas de discusión en regiones. “Necesitamos mecanismos de participación directa de las personas y, en ese sentido, uno de los sentires más profundos de Chile es la descentralización real. ¿A quién le preguntaron cuando decidieron que sería en Santiago?”, se pregunta la bióloga, para quien el debate constituyente entrará en una lógica distinta a la de otros órganos de representación política como el Congreso.
Constanza San Juan: la lucha por los glaciares y el agua como bien común inapropiable
Electa constituyente por el distrito 4, que comprende toda la Región de Atacama, la licenciada en historia, Constanza San Juan, participó dentro de la Lista del Pueblo, que logró un gran triunfo al obtener 27 escaños entre los 155 representantes.
Entre las variadas facetas de su activismo socioambiental, San Juan (35 años) destaca como vocera de la Asamblea por el Agua de Guasco Alto y se convirtió en una ferviente opositora del proyecto minero Pascua Lama. Ella fue una de las cinco candidaturas de la Asamblea Constituyente Atacama que, en términos de la postulación a la Convención, se inscribió en la Lista del Pueblo.
“Los cinco candidatos estábamos comprometidos con un mandato colectivo y popular, el que consensuamos y vamos a defender en la Convención. Estos conceptos son transitar a una sociedad antineoliberal, propugnar la democracia directa y un Estado solidario como grandes temas. En lo específico de medioambiente, es primordial recuperar los elementos vitales, que el agua se consagre como un bien común inapropiable, que el modelo económico deje de ser extractivista, y posicionar a la naturaleza como sujeto de derechos”, explica Constanza San Juan, integrante del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) y de la Coordinación de Territorios por la Defensa de los Glaciares.
Para San Juan, todas estas demandas ambientales deben ir en consonancia con la participación de la ciudadanía mediante mecanismos de democracia directa y, en ese aspecto, sumar más voces de los territorios al texto final. De cualquier manera, ella señala que llevan la voz de las comunidades de Atacama a partir de los cabildos y asambleas territoriales celebradas post estallido social: “Debe haber instrumentos de consulta intermedios en el trabajo de la Convención, sobre todo cuando no exista consenso, de modo tal de ir legitimando al órgano constituyente”.
San Juan confía en el éxito de la Convención, puesto que “las fuerzas transformadoras están siendo mayoría y por tanto hay esperanza en lograr esos cambios”. Ligado con ello, ella cree que el discurso del mundo independiente “ha permitido que los partidos políticos corran el cerco”.
Por último, la representante de la Región de Atacama afirma que, en tanto responde a la lucha que ella ha librado en su territorio, los glaciares debiesen llegar a un rango de declararlos sujetos de derecho. “Son seres vivientes, ecosistemas vivos que permiten el equilibrio ecológico y que abastecen el 70 por ciento de las cuencas del país. No podemos pensar solo en local: habrá una debacle si no tomamos decisiones globales”, expresa San Juan, para quien la megaminería no puede afectar “la naciente de las aguas y el ecosistema glaciar”, como ocurrió con el proyecto Pascua Lama. Cree que son otras actividades productivas -manufacturas, turismo sostenible, innovación- las que debieran ponerse en un lugar preferencial, por sobre la minería.
Carolina Vilches: desde la emblemática Petorca en la causa por el agua
No solo Rodrigo Mundaca fue el gran ganador de la provincia de Petorca en las pasadas elecciones, tras ser elegido como gobernador de Valparaíso en primera vuelta. Otra representante del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), además, alcanzó un sillón en la Convención Constitucional. Se trata de Carolina Vilches, geógrafa de profesión y coordinadora de Modatima Petorca, que fue electa en el distrito 6 como independiente inscrita dentro del pacto Apruebo Dignidad (formado principalmente por el Frente Amplio y el Partido Comunista).
“Sentimos que hay un activismo ambiental muy poderoso en la Región de Valparaíso. La causa del agua es muy importante porque somos una zona de sacrificio a consecuencia del agronegocio. Hay una gran posibilidad de poner la vocación rural en la centralidad, cruzada por problemas de acceso al agua y la presencia de las zonas de sacrificio. El triunfo de Rodrigo Mundaca también abre esa posibilidad para ocupar los espacios de decisión y construir una región de derechos con dignidad”, explica Vilches.
Entre las propuestas de Carolina Vilches figura “recuperar el agua de su acaparamiento y privatización. Su acceso como un derecho humano y la defensa de que sea un bien común natural inapropiable, con derechos de uso, pero no de propiedad. Además, hay que defender una mirada ecológica, una Eco-Constitución, es decir, validar los derechos de la naturaleza”.
Si bien el caso de la provincia de Petorca es paradigmático en cuanto a la discusión por los derechos de agua, Vilches asegura que la problemática del agua excede a ese distrito y es una herida que cruza transversalmente el país. Por lo mismo, una de las bases de su propuesta es “restituir el agua a la tierra y terminar con el sobreotorgamiento de derechos de agua”. Esto no implica, aclara ella, “quitar los derechos de agua, sino que se equilibren y ordenarlos de manera racional para propiciar los balances hídricos”.
Bastián Labbé: el defensor del Santuario de Hualpén que promueve los derechos a la naturaleza
Profesor de historia, activista socioambiental y defensor del Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén son varios de los perfiles que definieron la candidatura como independiente, por la lista Asamblea Popular Constituyente, de Bastián Labbé. El joven profesional resultó elegido entre los 155 convencionales como representante del distrito 20, correspondiente a la Provincia de Concepción, Región del Bío-Bío.
“Estoy contento porque esta candidatura fue un proyecto colectivo de las organizaciones sociales. Los elementos que queremos colocar en la nueva Constitución son los derechos de la naturaleza, un Estado plurinacional, un país descentralizado e involucrar un proceso vinculante de participación con los territorios. Creemos primordial consagrar el derecho humano al agua, gestionado comunitariamente, y el cambio de “recursos naturales” por “bienes comunes naturales”. También garantizar la justicia ambiental, siempre de cara a la gente”, comenta Labbé, miembro también de la Coordinadora Territorial Wallpen y de la Red de Humedales de Chile.
Lo importante, según Labbé, es “generar una política de aprovisionamiento de agua para las comunidades y limitar la propiedad privada del agua”. El convencional electo por la provincia de Concepción cree que el gran porcentaje de independientes pro transformaciones sociales permitirá lograr los objetivos trazados, so pena de la resistencia que habrá, dice él, “de los grupos de poder dentro de la Convención”. En suma, agrega, “hay una fuerza para generar un proceso a favor de las demandas socioambientales”.
El optimismo obedece también, añade Labbé, a que ha habido una articulación entre los movimientos sociales desde antes de la revuelta del 18 de octubre, que responden a “una crítica al modelo extractivista”. Señala que las demandas particulares de cada territorio servirán como argumento técnico a la hora de entrar al debate constituyente.
Por último, Labbé indica que no todos los tópicos medioambientales -por ejemplo, los referidos a economía circular, reciclaje y otras- deben estar explícitamente plasmados en la nueva Constitución. “Lo clave es el carácter de la Constitución, es decir, que no quede solo en un texto hermoso, sino que se pueda traducir en leyes y políticas públicas reales”, explica el joven docente.