En poco más de dos meses, el próximo 11 de abril, el pueblo de Chile decidirá quiénes finalmente serán los representantes en la Convención Constitucional que redactarán la nueva Constitución Política. El pasado 11 de enero venció el plazo para definir las candidaturas que irán por un escaño para escribir el nuevo texto constitucional: las propuestas son variadas y de todo el espectro político.
No todas las candidaturas, sin embargo, abordan la temática medioambiental con la importancia que merece. Dada la relevancia que reviste integrar la variable ambiental dentro del texto, a la luz de la crisis climática en curso, algunas de estas postulaciones la consideraron en primer orden de sus prioridades.
Entre las propuestas que se desprenden de los diferentes programas figuran dotar de derechos a la naturaleza, instalar la justicia intergeneracional como concepto, poner fin gradualmente a la economía extractivista, proteger la biodiversidad y consagrar el derecho humano al agua. País Circular destacó algunas de esas candidaturas y aquí están formuladas esas ideas.
Sara Larraín: “No se pueden desentender los derechos humanos de los derechos ambientales”
Aunque en principio pensó en sumarse al proceso constituyente solo desde afuera, la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, finalmente decidió postular como candidata a integrar la Convención Constitucional. “A las personas del movimiento ambiental nos gusta más incidir que llevar representantes, pero la evaluación que hicimos es que ninguno de nosotros puede mirar para el lado en este momento y decidimos afrontar las ofertas que nos hicieron algunos bloques políticos para participar como independientes en distintas listas”, cuenta Larraín, ex candidata presidencial en las elecciones del año 1999.
Candidata por el distrito 11 (La Reina, Peñalolén, Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura) como independiente con un cupo otorgado por el PPD, Larraín propone una nueva constitución para “restaurar los ecosistemas de Chile”. Entre las propuestas principales de esta nueva “Constitución ecológica”, en sus palabras, figura el resguardo del patrimonio ambiental, los ciclos de los ecosistemas y las fuentes hídricas, sin desligarse del contexto de crisis social por el que atraviesa el país.
“No se pueden desentender los derechos humanos de los derechos ambientales. La convivencia no se puede construir si no avanzamos hacia una sociedad con equidad, justicia social y ambiental, reconocimiento a los pueblos indígenas, paridad de género y eliminar las zonas de sacrificio”, expresa Larraín, quien intentará llevar dichas propuestas si eventualmente sale elegida en la votación del próximo 11 de abril.
Según ella, la protección del medioambiente debiese ser transversal en todos los apartados de la nueva carta magna. Pero le parece importante dejarlos explícitamente incluidos en los primeros capítulos de los principios y valores fundamentales del Estado. “Hay que entender que seguimos con la explotación del medioambiente, vamos a tener problemas serios. Ya lo vivimos el fin de semana antepasado con los aluviones en el Cajón del Maipo. Es una muestra clara de lo que puede ocurrir cuando desforestamos los cerros, sin entender que nos estamos disparando en los pies”, complementa Larraín.
En relación a su postulación en un distrito donde hay comunas en que se impuso la opción Rechazo en el plebiscito del 25 de octubre, la directora de Chile Sustentable cree que en dichos territorios “hay mucha gente, jóvenes, mujeres, que entienden que Chile necesita un cambio estructural”. Por otra parte, Larraín cree que comunas como La Reina -donde vive- y Peñalolén tienen una vocación de mayor inclusión y sustentabilidad, por lo que su candidatura en ese distrito, según ella, responde a la “coherencia” de postular en la comuna donde reside.
Por último, y consultada frente a su postulación por un partido de la ex Nueva Mayoría, Larraín defiende su opción en el entendido de que “cuando hay un desafío global, no nos perdemos, y necesitamos unidad porque si hay fragmentación no vamos a tener un porcentaje mayoritario como en el plebiscito”. De cualquier modo, dice ella, “sigo teniendo una visión crítica de la transición”.