Contrapunto sobre la recién lanzada Estrategia Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos Municipales
Francisca Perales, Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo, y Claudio Radonich, alcalde de Punta Arenas y presidente de la Comisión de Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), contrastan opiniones sobre esta política pública presentada hace tres semanas por el gobierno. El documento, que surgió a partir de un trabajo intersectorial liderado por la Subedere, entrega a los municipios una hoja de ruta para implementar acciones orientadas a mejorar la gestión de los residuos sólidos, disminuir su impacto en el medioambiente, y hacer frente al colapso de los rellenos sanitarios.


A fines de agosto, en la Región de Tarapacá, se lanzó oficialmente la Estrategia Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos Municipales. Corresponde a una iniciativa, liderada por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere), junto al Ministerio del Medio Ambiente y el Ministerio de Salud, con metas planteadas al 2030.
Este documento orienta a las autoridades locales, a través de acciones planificadas, tanto en recolección, traslado y disposición final de los residuos sólidos domiciliarios, con el fin de minimizarlos y valorizarlos. El principal objetivo es reducir los impactos ambientales, económicos y en salud.
Tras presentar un amplio diagnóstico, la Estrategia plantea acciones específicas en torno a 4 ejes fundamentales: Gobernanza; Desarrollo y Fortalecimiento de Capacidades; Acceso al Financiamiento; y Normativa y Legislación.
Francisca Perales Flores, subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo, señaló que la inquietud surgió tras detectar problemáticas en tres ámbitos de interés. “Uno, en materia del ciclo completo de la gestión de residuos por parte de los municipios, desde la recolección de origen, hasta la disposición final. Porque efectivamente es poco eficiente, a lo que se suman problemas de financiamiento”.
“En segundo lugar, que en un contexto de triple crisis ambiental [climática, de biodiversidad y de contaminación], hay una oportunidad que se estaba desaprovechando, de poder generar mecanismos de economía circular, disminuir presión en materia de gestión de la basura y avanzar hacia una forma más sostenible de poder hacer este trabajo. Y tercero, en términos de salud pública, porque hay sitios de disposición final que están sin autorizaciones sanitarias y, por tanto, requieren de una mirada integral”, explicó Francisca Perales.
“En función de aquello se articuló esta guía práctica; una hoja de ruta que es pública y que indica cada una de las acciones que se pueden desarrollar en los 4 ejes y donde el gobierno central pone a disposición sus herramientas para acompañar a los municipios. Particularmente, en poder ir instalando estos planes a escala comunal. Pero incluso, cuando haya voluntad intercomunal, que sean los gobiernos regionales los que tomen también un poco el protagonismo en la gestión de los residuos sólidos, como se está haciendo a propósito de la instalación de las áreas metropolitanas”, añadió la ingeniera civil en Bioquímica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Claudio Radonich Jiménez, alcalde de Punta Arenas y presidente de la Comisión de Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), planteó una visión bastante más crítica. “Más que hoja de ruta, es una mirada general sobre un problema que es evidente. Y las conclusiones son conocidas, no hay nada distinto a lo que estamos viviendo. El tema es cómo mejoramos hoy lo que está pasando. Creo que Chile puede tener un Nobel en enumerar los problemas, pero en cómo buscamos las soluciones es donde hay una brecha muy grande”.
“Desde mi punto de vista, falta una mirada más territorial, pero sobre todo de coordinación entre todos los actores. Además de Medio Ambiente, también se involucra Salud, por los permisos que tiene que dar para los rellenos sanitarios. Tiene que interactuar Transporte, por los traslados de ciertas materialidades. Agricultura, porque pueden ser unos socios maravillosos respecto a la materia orgánica. Están los gobiernos regionales. Están las municipalidades que, finalmente, son las responsables de que esta política, muy bien intencionada, pueda ser efectiva. Y están los vecinos que generan la basura. Es toda una cadena la que tiene que funcionar”, expuso el jefe comunal.
“Pero se genera un problema práctico en la aplicación en los territorios, porque de las 345 municipalidades, 70% tiene menos de 30.000 habitantes y en territorios muy extendidos. Y esto significa que no todas tienen las competencias técnicas ni equipos humanos para implementar las acciones planteadas. Si bien la Estrategia es un aporte, más que los diagnósticos, que ya los tenemos claros, hace falta una mirada territorial, que es la que debe perdurar. Además, tampoco es que estén representadas las voces de todos los alcaldes”, cuestionó Claudio Radonich.

“Más que hoja de ruta, es una mirada general sobre un problema que es evidente. El tema es cómo mejoramos hoy lo que está pasando. Creo que Chile puede tener un Nobel en enumerar los problemas, pero en cómo buscamos las soluciones es donde hay una brecha muy grande”.
Ejes estratégicos
En cuanto al primer eje que presenta la Estrategia Nacional, Francisca Perales declara que se constituye una gobernanza para entender el ciclo de la gestión de los residuos a nivel comunal, pero también intercomunal e interregional. “Por ejemplo, donde hay áreas metropolitanas constituidas, que son siete en el país en este momento, apuntamos a que haya modelos de gobernanza intercomunales. Es decir, que podamos trabajar en la forma de abordar la gestión de los residuos desde una perspectiva que supere lo que haga cada municipio. Más bien, que puedan compartir ciertas tareas involucrando también a los gobiernos regionales”.
“Por otro lado, hay comunas cuyos camiones se trasladan más de una región para poder disponer sus residuos domiciliarios. Por lo tanto, el objetivo ahí es poder trabajar la eficiencia de los sistemas del manejo de esos residuos”, enfatizó la subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo.
El segundo eje apunta a potenciar capacidades por parte de los equipos municipales. “Muchas veces no se hace, no porque no quieran avanzar en términos de economía circular o de minimización y valorización de residuos orgánicos, sino porque hay desconocimiento”, destacó Francisca Perales.
“Por eso se incluyen medidas de asistencia técnica, porque es fundamental capacitar funcionarios, particularmente funcionarios municipales, para trabajar en iniciativas de separación en el origen. O, por ejemplo, para poder trabajar en planes donde se puedan instalar plantas de producción de biogás o plantas compostadoras”, señaló.
Respecto al tercer eje, la subsecretaria aclaró que el acceso al financiamiento no significa buscar nuevas fuentes, “sino clarificar las fuentes de financiamiento que existen en esta materia y cuáles se han ido adaptando en el tiempo para poder trabajar en la minimización y valorización de residuos sólidos domiciliarios”.
En esta línea, argumentó que una fuente a regular es el cobro de las tarifas de aseo. “Porque, si bien hay mecanismos que permiten eximir, por ejemplo, a los sectores más vulnerables, sabemos que muchas personas no pagan sus derechos de aseo. Por ello es necesario trabajar en orientaciones para aumentar la recaudación. O establecer nuevas ordenanzas locales que normen el cobro, porque también hay comunas que ni siquiera tienen un tarifario bien definido en esa materia”.
En tanto, en el cuarto eje de la Estrategia lo que se persigue es promover un marco regulatorio acorde a las necesidades actuales del país. “En este sentido, particularmente hemos acordado actualizar el Decreto 40 del Ministerio de Medio Ambiente, que establece algunos umbrales. Por ejemplo, los mínimos para poder acceder al Sistema de Evaluación Ambiental, para cuando se debe buscar un proyecto nuevo de inversión para un sitio de disposición final, tanto público como privado”, explicó Francisca Perales.
“Y en segundo lugar, hemos comprometido actualizar el Decreto 189 del Ministerio de Salud, que indica cuál es el distanciamiento a zonas sensibles y da obligatoriedad al manejo del biogás, que es bien importante para algunas zonas del país”.
“Se ve como algo muy técnico. Pero, por ejemplo, todas las islas en la provincia de Chiloé que no son la Isla Grande nunca van a lograr obtener una autorización sanitaria para poder instalar un sitio de transferencia intermedio para la recolección de los residuos. O un sitio de disposición final. Porque no cuentan con indicadores que en el decreto actual les permitan poder obtener esa resolución. Y esas cuestiones, que a nosotros nos parecen relevantes, tienen que ver con esos cambios normativos”, recalcó la ingeniera civil.

“Hay comunas cuyos camiones se trasladan más de una región para poder disponer sus residuos domiciliarios. Por lo tanto, el objetivo ahí es poder trabajar la eficiencia de los sistemas del manejo de esos residuos”.
Recuperar residuos orgánicos
Para contrarrestar lo que plantea esta política pública, Claudio Radonich alude a los resultados del estudio realizado por Kiklos y la Asociación Chilena de Municipalidades, “Radiografía de los residuos domiciliarios en Chile”. Tras recopilar información de 333 comunas, abarcando al 98,5% de la población, se concluyó que un 40% de los vertederos del país está colapsado o cerca del fin de su vida útil. Además, que menos del 2% de los residuos se recicla, aún cuando la mayoría de los desechos enviados a vertederos es recuperable o compostable.
Según el jefe comunal, es ahí donde debería apuntar el foco de la Estrategia. “Si no hay una voluntad de mirar esto de una forma más coordinada vamos a quedar con un documento muy bien escrito, pero, en lo que es aplicación práctica, ¿cómo hacemos para que llegue la menor cantidad de basura a los vertederos y que la materia orgánica podamos tratarla de una forma menos regulada? De una forma más flexible, pensando en los territorios”.
“Por lo tanto, la flexibilidad que hoy se requiere pasa por no seguir regulando, sino que desregulando y generando prioridades. Y desde mi opinión, el tema orgánico hoy es urgente. El 80% de los residuos que actualmente se botan podrían ser reciclados o recuperados, ya que el 60% de ellos son residuos orgánicos“.
En opinión de Radonich, las normativas actuales impiden el compostaje a escala industrial, dificultando cualquier intento serio por valorizar los residuos orgánicos. “Hay un proyecto de ley sobre residuos orgánicos, que fue presentado por el Ejecutivo y que en la práctica quedó adormecido mientras no se generen ciertas condiciones”, declaró.
En contrapunto, Francisca Perales expuso que una de las metas de la Estrategia es “que cada comuna cuente con un plan estratégico de cómo abordar la gestión y el ciclo completo de los residuos sólidos domiciliarios, incluyendo recolección, traslado y disposición final, desde una perspectiva que permita minimizar impactos ambientales”.
“Es decir, poder separar en origen y trabajar en proyectos de valorización de productos particularmente orgánicos. Porque sabemos que ahí están las iniciativas, como mejoradores de suelo a través del compostaje. O, por ejemplo, la producción de biogás, que también puede ser una alternativa para que se reduzcan los gastos en materia del traslado y la disposición, que es donde se utilizan recursos muy importantes por parte de los municipios”, afirmó la subsecretaria de Subdere.
Sin embargo, el representante de la AChM aseveró que el problema no es un tema de dinero, sino de la capacidad de gestión estatal y de la coordinación del Estado con los medios locales. “Porque ya en las municipalidades, en todo el sistema de vertederos y de rellenos, se invierten 500 millones de dólares al año. Uno paga porque se lleven basura que puede ser recuperable. Imagínate la tontera. Entonces, no es un tema de plata que ya está en el sistema, es finalmente poder hacer la separación. Yo creo que la prioridad es justamente poder atacar de manera más fuerte todo lo que es material orgánico y a eso no le da urgencia el documento”.
Francisca Perales, por su lado, insistió en que una buena distribución de los recursos sí contribuye en la línea de activar planes, por ejemplo, de compostaje o reciclaje.
“Uno de los roles de la Subdere es generar descentralización de recursos y equidad territorial. Nuestra institución ha sido parte de la aprobación de la Ley de Royalty Minero, que establece la creación de dos fondos. Uno, que es precisamente el Fondo de Equidad Territorial, que distribuye recursos a las comunas de menores ingresos del país. Esto, porque son las comunas que tienen menos presupuesto para poder financiar iniciativas de reciclaje o hacer actualización, por ejemplo, en materia de eficiencia energética”, subrayó Francisca Perales.
“Hemos fortalecido ese trabajo y tenemos a disposición, no solamente los recursos del Royalty que se están entregando y que se van a seguir entregando por los próximos años, sino que también los instrumentos de financiamiento que tiene la Subdere para poder establecer planes en comunas de menores ingresos”, argumentó.

“En lo que es aplicación práctica, ¿cómo hacemos para que llegue la menor cantidad de basura a los vertederos y que la materia orgánica podamos tratarla de una forma menos regulada? De una forma más flexible, pensando en los territorios”.
Colapso inminente
Si en algo coinciden los dos entrevistados es en la necesidad de nuevos rellenos sanitarios. Esto, considerando que, según el estudio de la consultora Kyklos en conjunto con la ACHM, el 20% de la basura se deposita en rellenos sanitarios que ya cumplieron su vida útil, mientras que otro 21% lo hará en los próximos cinco años.
En este sentido, Francisca Perales declara que, así como la Estrategia plantea metas a los municipios, también impone el desafío de buscar lugares donde haya mayores niveles críticos. “De hecho, una de las cosas que establece el documento tiene que ver con la criticidad de los sitios de disposición final en cada una de las provincias o regiones del país”.
“Porque en algunos casos hay regiones que tienen un solo sitio de disposición final. Y sabemos que las zonas más críticas, donde hay que abordarlo con mayor preocupación, son precisamente los lugares que no tienen un relleno sanitario con autorización correspondiente o que están, por ejemplo, con vertederos en planes de cierre”, expresó la subsecretaria de Subderere.
“Hay que reconvertir lugares, por una parte, pero también abrir nuevos sitios donde se pueda hacer disposición. Pero no desde la forma clásica, sino que permitiendo, por ejemplo, valorizar productos desde los residuos. Así estaremos contribuyendo a la comunidad y también al mismo municipio”, aseguró la ingeniera civil en Bioquímica.
Hoy, aprobar un relleno sanitario en Chile toma en promedio 12 años, por lo que Claudio Radonich enfatiza en la necesidad de actuar ahora. “Hay tecnología para poder darle más vida útil a muchos de ellos. Porque abrir uno tarda años y los tiempos no nos dan para esperar con todo lo que significa la permisología. Por eso, la idea es que las zonas que ya están ocupadas, poder reutilizarlas a través de maquinaria minera, que permita escarbar, remover, chipear, para tener más volúmenes. Al menos, mientras se genera la transición a nuevos rellenos”.
“Pero tenemos que extender la vida útil de los vertederos y de los rellenos que están colapsados o a punto de colapsar, porque el problema sanitario que ya estamos teniendo es brutal. La basura es un tema prioritario”, recalcó el alcalde puntarenense.
Según Francisca Perales, en lugares críticos, como la provincia de Osorno, ya se está trabajando en el diseño de un centro de tratamiento integral de residuos. Esto, como parte de la Estrategia Nacional. Asimismo, se están tomando acciones en la Región de Los Ríos, que ha presentado problemas con su vertedero Morrompulli.
“La Estrategia, lo que hace, es dar orientaciones de cuáles son los lugares donde hay que abordar primero, cuál es el trabajo que se tiene que hacer en esa provincia o región y, en función de eso, establece planes de acción específicos para cada lugar”, sostuvo la subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo.

“Hay que reconvertir lugares, por una parte, pero también abrir nuevos sitios donde se pueda hacer disposición. Pero no desde la forma clásica, sino que permitiendo, por ejemplo, valorizar productos desde los residuos”.
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