Recuperación energética: una fórmula probada que reduce el metano en los rellenos sanitarios
El metano contribuye 80 veces más que el CO2 al calentamiento global en un plazo de 20 años, siendo los rellenos sanitarios uno de sus principales emisores. En Chile, la empresa KDM lleva casi 12 años recuperando el metano para convertirlo en biogás que sirve como combustible para generación eléctrica. El Ministerio del Medio Ambiente, en esa línea, apuesta por una estrategia de reducción de este gas y valora las iniciativas que vayan en ese tenor, sean o no para aprovechamiento energético. Mejorar la calidad operacional de los rellenos, del mismo modo, asoma como clave en el abordaje de esta materia.
Actualmente el metano es responsable del 25 por ciento del calentamiento global que experimenta el planeta y, si se mide en un período de 20 años, puede llegar a ser 80 veces más potente que el CO2 en contribución al efecto invernadero. Para colmo de males, se llegó a la conclusión de que la meta de no aumentar en un 1,5°C la temperatura del planeta, establecida en el Acuerdo de París, no se logrará sin reducir las emisiones de metano en un 40-45% al año 2030.
Estos datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) han puesto en alerta a los representantes gubernamentales y de la sociedad civil que cada año se reúnen en las cumbres por el clima. De hecho, en la última COP27 de Egipto, el metano acaparó la atención en el debate, y el PNUMA anunció el lanzamiento de un nuevo sistema basado en satélites para detectar fugas de metano, en todas sus variantes, tanto la de origen animal como vegetal por descomposición de residuos orgánicos. Del mismo modo, Chile, en la última citada cumbre climática realizada en el país norafricano, asumió compromisos más ambiciosos de reducción de metano en la actualización de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC)
En Chile, y en general en todo el mundo, los rellenos sanitarios han sido sindicados entre los principales responsables en las emisiones de este gas de efecto invernadero que tiene en vilo al mundo. En principio este metano simplemente se incineraba a través de antorchas de quema, pero desde hace un tiempo empresas como KDM, cuyos rellenos sanitarios son responsables de cerca del 60 por ciento de la basura de Santiago, ha dado varios pasos más allá: desde 2011, en el relleno de Lomas Los Colorados, ubicado en la comuna de Tiltil, produce biogás que luego sirve como combustible para alimentar motores de combustión interna, tras lo cual se genera energía eléctrica que se inyecta al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
“En principio, a través de un Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), establecido en el Protocolo de Kyoyo, hacíamos la destrucción del metano (quemas de antorcha) para convertirlo en CO2 equivalente, el que se vendía al mercado internacional en bonos de carbono. Cuando terminó de regir Kyoto, terminamos la venta de esos bonos y comenzamos a incursionar en una planta piloto generadora, llamada Lomas Los Colorados, con 2 MW instalados”, recuerda a País Circular Pablo Bustos, jefe de generación de transmisión de KDM Energía, el área de la empresa encargada de abordar esta temática.
Bustos, quien está a cargo de todos los rellenos sanitarios de KDM en el país en esta materia, indica que solo en Lomas Los Colorados se produce energía eléctrica y se genera entre 12 y 13 MW por hora, dependiendo del volumen de metano disponible; en los rellenos de Talca, Teno y Los Ángeles, en cambio, se alcanza hasta el proceso de termodegradación que propicia la conversión del metano en biogás.
“Recibimos la basura sin separación, para nosotros mejorar la calidad de biogás, ojalá recibiéramos solo materia orgánica. Nos llega todo, somos recolectores, llega todo lo que está en la RM y alrededores, pero entre más materia orgánica llegue, tendremos un biogás de mejor calidad”, complementa Pablo Bustos.
“Iniciativas que tengan como objetivo la reducción de emisiones de metano, con o sin el aprovechamiento energético, son relevantes”.
MMA aumenta ambición en metano
“La captura de metano para la generación eléctrica es más común de lo que se piensa”, dice de entrada a este medio el ex ministro de Medio Ambiente en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, Marcelo Mena, actual CEO de Global Methane Hub, un proyecto de 240 millones de dólares de inversión por tres años, cuyo objetivo es reducir las emisiones de metano al 35 por ciento a 2030, y al 50 por ciento a 2050. Energías, residuos orgánicos, agricultura (dentro del cual destaca el cultivo del arroz) y la ganadería, son las áreas temáticas de esta iniciativa.
Mena conoce de cerca los nuevos sistemas satelitales de monitoreo de metano en el mundo, anunciados en la última COP de Egipto, y que están ayudando a los Estados a tomar mejores decisiones para evitar fugas de este compuesto en distintas actividades productivas. De acuerdo con Mena, un modelo satelital de la agencia espacial de Países Bajos habría demostrado que los rellenos sanitarios “pueden ser las fuentes puntuales más grandes de metano en el planeta, más que las instalaciones de energía”.
De ahí que el ex titular de Medio Ambiente valore iniciativas como la recuperación energética de KDM Energía en Lomas Los Colorados en Tiltil: “Como se ha comprobado que el metano es más importante que el CO2 en el balance de emisiones de gases de efecto invernadero, la captura del 50-60 por ciento que se hacía a través de la quema parece insuficiente. Por lo tanto, es relevante capturar en mayores niveles y es mejor generar círculos virtuosos, porque se reducen emisiones y hay mayor generación de energías renovables no convencionales”. Sin embargo, Mena aclara que en este sistema hay aún “un campo de mejora”.
Más importante para el experto es elevar la calidad operacional de los rellenos sanitarios para evitar fugas de metano. En eso los sistemas satelitales se vuelven clave, al aportar información relevante. Este año, sin ir más lejos, deberían entrar en acción los satélites de Carbon Mapper y MethaneSET, a los que se sumará la estación espacial de la NASA. “Todo este collage de mediciones permitirá abordar el tema de las fugas de metano y ayudar a los países a adoptar medidas al respecto”, especifica Marcelo Mena, para quien mejorar las cubiertas en los rellenos sanitarios ayudaría notablemente a la eficiencia del tratamiento del metano generado por descomposición de residuos orgánicos.
“Al ser invisible el metano, las empresas no saben que tienen fugas, no lo hacen de mala fe. California ha mejorado las cubiertas en operaciones en tiempo real y ha logrado bajar hasta en un 90 por ciento sus emisiones de metano”, grafica Mena.
En tanto, en el Ministerio del Medio Ambiente están al tanto de este tipo de iniciativas, ya que forman parte de las medidas consideradas previamente en las NDC y en los escenarios de la Estrategia Climática de Largo Plazo, vigente en estos días. “Las emisiones de metano generadas en rellenos sanitarios y otras fuentes será una de las medidas a potenciar en los planes sectoriales de mitigación”, dice a País Circular la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.
“Iniciativas que tengan como objetivo la reducción de emisiones de metano, con o sin el aprovechamiento energético, son relevantes”, agrega la titular de Medio Ambiente, para quien “el fomento y facilitación del desarrollo de proyectos de estas características es un eje de acción para el cumplimiento de los compromisos climáticos”.
“Como se ha comprobado que el metano es más importante que el CO2 en el balance de emisiones de gases de efecto invernadero, la captura del 50-60 por ciento que se hacía a través de la quema parece insuficiente. Por lo tanto, es relevante capturar en mayores niveles y es mejor generar círculos virtuosos, porque se reducen emisiones y hay mayor generación de energías renovables no convencionales”.
La estrategia antes de llegar al relleno
La ministra Rojas, que tuvo un papel preponderante en la última COP27, dice que en esa cumbre climática Chile reforzó su compromiso para bajar los niveles de metano. Y que, antes del tratamiento mismo en los rellenos sanitarios, es importante abordar el problema en su conjunto. Por ejemplo, dice Rojas, “el Ministerio tiene varias líneas de trabajo en este tema, por ejemplo, impulsar la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos (ENRO) y la formulación de un proyecto de ley en torno a residuos orgánicos”.
Adicionalmente, complementa la ministra, la Ley Marco de Cambio Climático también incluye instrumentos para evitar o reducir emisiones de metano. Ejemplo de ello son los planes sectoriales de mitigación que buscan fortalecer ese compromiso en los sectores involucrados. “Esto implica que otras instituciones públicas, como el Ministerio de Agricultura o el Ministerio de Energía, deberán tomar acciones para mitigar las emisiones de metano”.
Para el MMA es clave aumentar la ambición del compromiso adoptado por Chile en el Compromiso Global de Metano, en la COP26 de Glasgow, a través del cual el país se impuso reducir para 2030 al menos un 30% de las emisiones de metano por debajo de los niveles de 2020, en todos los sectores. La idea ahora, con estos nuevos compromisos adquiridos en la COP27 de Egipto, es adelantar la meta a 2025 para ayudar a cumplir cabalmente con el objetivo de no más de 1,5°C de temperatura global establecida en el Acuerdo de París.
Según Marcelo Mena, CEO de Global Methane Hub, esta actualización de compromisos de Chile debería también aplicarse en los rellenos sanitarios: “Puede haber una norma de emisión hacia los rellenos sanitarios: cuál es la cantidad de gramos de metano por kilógramo tratado, y eso establecería mejores niveles de capturas”. Asimismo, esperaría que el Gobierno entregue incentivos para evitar que los residuos orgánicos lleguen a los rellenos. “Siempre es mejor separar en origen para hacer compostaje o digestión anaeróbica”, remata.
Para Mena, el biogás resultante de los procesos de termodegradación en los rellenos sanitarios no solo puede tener usos para generación eléctrica. También se le puede dar otros usos a esta recuperación energética, como por ejemplo para calefacción industrial.
Y con respecto a una estrategia integral del metano, el ex titular de Medio Ambiente cree que los instrumentos de gestión de este poderoso gas de efecto invernadero deberían contemplar la reducción de la pérdida de alimentos. “El 30 por ciento de los alimentos en el mundo se pierde en la producción o post consumo. Y el 60 por ciento del metano viene del sector alimentos. Por lo tanto, hay que trabajar para que esas emisiones no lleguen a rellenos, usando tecnologías ya implementadas en Chile, como la harina de insectos y mejores sistemas de refrigeración”, asegura.