Arturo Brandt: “Chile ha sido súper responsable en la entrega de su inventario de emisiones y es uno de los países que más ha avanzado”
El abogado y profesor adjunto de Vermont Law & Graduate School, Estados Unidos, desmenuza el 5to Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, explicando cuáles son las industrias que producen más emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el país y qué medidas son, a su juicio, eficaces para alcanzar la carbono neutralidad.
Como parte de las medidas que deben adoptar los países que adhieren a la Convención Marco de las Naciones Unidas de Cambio Climático se encuentra la realización de Informes Bienales de Actualización, con el fin de que presenten información del estado de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), considerando su mitigación y el efecto que han tenido las acciones desarrolladas por los Estados para controlarlos.
Considerando esto es que Arturo Brandt, abogado y profesor adjunto de Vermont Lay & Graduate School, repasa el documento elaborado por el Ministerio del Medio Ambiente, el que casi alcanza las 400 páginas, detallando cuáles son las industrias con más emisiones y cómo en Chile hay muchas medidas que se pueden adoptar para disminuir y desincentivar estas emisiones de GEI.
“Lo que nos importa es no olvidar que Chile tiene una meta en su Ley Marco de Cambio Climático y que queremos ser carbono neutral al 2050. Para esto quedan 27 años, que van a pasar volando”, sostiene en esta entrevista con País Circular Arturo Brandt, quien preside desde noviembre la Asociación Chilena de Derecho Ambiental.
-¿En qué consiste el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero del 5to Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático?
Este inventario es parte de un compromiso que tiene Chile en la Convención Marco de las Naciones Unidas en Cambio Climático. Todos los países que suscribieron, como el caso de Chile, se comprometieron a entregar inventarios de emisiones y en el fondo ver cómo lo están haciendo. Si bien hay un compromiso internacional donde no hay una obligatoriedad, porque no han una sanción por no cumplimiento, Chile ha sido súper responsable y es uno de los países que más ha avanzado o que mejor cumplimiento ha dado a este compromiso internacional. El inventario nos ayuda a entender dónde están las mayores emisiones de GEI en Chile y ahí hay un dato bien importante: que hoy en día Chile tiene una emisión total, al año 2020, de 105 millones de toneladas. Eso equivale como al 0,25% de las emisiones globales de GEI. Para hacerse una idea, Latinoamérica en su conjunto aporta el 8,6%. De las emisiones que hay en Chile, la mayor cantidad proviene del sector energético por el uso de combustibles fósiles para la generación de energía. En ese sentido, son casi 80 millones el 2020. Después le siguen las emisiones del transporte terrestre y las derivadas de la manufactura y la construcción.
-¿Qué pasa con el sector del Uso de la Tierra, Cambio del Uso de la Tierra y Silvicultura (UTCUTS) en Chile?
Esa es una característica muy propia de Chile, ya que es el único sector que consistentemente absorbe CO2 en el país. De aquí podemos destacar 50 millones de toneladas que corresponden a absorciones, del sector forestal y productos de madera recolectada. Además, cabe destacar que el bosque nativo y las plantaciones son las que tienen mayor participación en la captura de CO2.
-¿Qué ocurre con las regiones? ¿Hay algunas que emitan más GEI que otras?
Efectivamente, en las regiones donde hay más energía térmica, y ahí está Antofagasta porque hay generación a carbón y gas, que es la razón por la que hay más emisiones; la Metropolitana también, por las industrias y transporte; y Valparaíso por el lado industrial. Pero se puede ver cómo en Aysén, gracias a los bosques, la región es prácticamente carbono negativo, por así decirlo, y Los Ángeles y Los Lagos también.
“Si nosotros queremos combatir el cambio climático y mostrar a Chile como un líder en esto, es bien vergonzoso que tengamos un subsidio a los combustibles fósiles como el diésel en términos de transporte”.
-¿Por qué es importante analizar estos resultados?
Además de mostrar una especie de pantallazo de cómo estamos, lo que nos importa es no olvidar que Chile tiene una meta en su Ley Marco de Cambio Climático y que queremos ser carbono neutral al 2050. Para esto quedan 27 años, que van a pasar volando ¿Cómo lo podemos hacer y de forma más eficiente para llegar a bajar las emisiones y estar cerca de esa meta? Ahí lo que siempre sostengo, en términos medio pedagógicos, es que hay que cazar elefantes. Entonces, donde tenemos que ir a combatir este incendio es al sector de energía y calor, al sector transportes y manufactura y construcción.
-¿Cuáles son las medidas más importantes a su parecer para lograr estos objetivos?
En el sector de energía y calor estamos hablando básicamente de las carboneras, de las empresas que generan electricidad a partir del gas y hay que hacer ahí una salvedad bien importante: el gas es un 50% menos intensivo -aproximadamente- en emisiones de GEI que el carbón. Por eso siempre hago la salvedad entre combustibles fósiles de los dos grandes actores, lo que es el carbón, que hay que eliminarlo, y lo que es el gas, que es un combustible de transición que nos puede ayudar. Una primera aproximación de cómo poder modificar ese sector para que existan menos emisiones derivadas del carbón es modificando el mal llamado impuesto verde. Este impuesto grava a aquellas industrias que emiten más de 25 mil toneladas de CO2 en forma anual. Entonces todas estas fuentes fijas, como las carboneras, tienen que pagar un impuesto. El problema con eso es el diseño. Por una razón que desconozco, en la que ningún gobierno de ninguna tendencia política ha querido atacar, es modificar el diseño. Bajo el actual funcionamiento, las compañías de la generación renovable tienen que compensar a los térmicos a final de año, por lo que tienen que pagar en impuestos al carbón. Entonces lo que se produce ahí es que los que son parte de la solución, los renovables, tienen que pagarle a los que son parte del problema, los térmicos, principalmente del carbón, y ahí hay un contrasentido.
Respecto al tema de transportes, el principal problema es el Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles (MEPCO). Si nosotros queremos combatir el cambio climático y mostrar a Chile como un líder en esto, es bien vergonzoso que tengamos un subsidio a los combustibles fósiles como el diésel en términos de transporte. Con esas dos medidas, si quitas el MEPCO y cambias el diseño de impuesto al carbono puedes establecer que el contaminar sea más gravoso y se genere un desincentivo.
-Gran parte de la energía que se utiliza en Chile viene de estas fuentes que tienen emisiones más altas de GEI, pero se ha destacado siempre que el país tiene todas las condiciones para abastecerse de energías renovables no convencionales ¿Cuál es su opinión al respecto?
Creo que lo primero es que hay que terminar con el tema de los vertimientos eléctricos que se dan en la generación solar y eólica en el norte de Chile, donde hay mucha generación, pero como no hay suficiente capacidad de transporte -porque esa energía hay que llevarla del norte hacia el sur-, esa energía se pierde y es lo que se llama vertimiento. Hace que sea muy necesario que en la línea Kimal Lo Aguirre se apruebe la resolución ambiental y se construya rápido. Nuestro SEA es un sistema engorroso, que tiene un componente político, lo vimos en Dominga, que no es menor. Ojalá que en Kimal Lo Aguirre tratemos de hacer las cosas un poco más rápidas y de forma menos politizada, porque en la medida que solucionemos lo de la línea, toda esa energía que llegue del norte de alguna forma va a reemplazar la energía térmica en el centro.