Actívate Valdivia y Los Ríos: el piloto de reciclaje y educación ambiental que fomenta la cultura sustentable de la región
La empresa Tarikapuy, de las actrices Carolina Arredondo y Romané Guzmán, ejecuta el proyecto “Modo Reciclaje: Actívate Valdivia y Los Ríos”, financiado por el Fondo Nacional para el Reciclaje del MMA, y que busca inculcar hábitos de cultura ambiental en los habitantes de la Región de los Ríos. Una de las principales novedades es la implementación de cuatro puntos verdes móviles que itineran por las 12 comunas que comprende esa zona del país. Aunque la implementación ha sido un tanto discontinua, producto de la pandemia, se espera que el proceso culmine con un catastro de información precisa para, en un futuro, contar con un proyecto estable en el tiempo.
“Recuperar lo que se había perdido” es la traducción al español del vocablo quechua Tarikapuy, que da nombre a la empresa creada por las actrices Carolina Arredondo y Romané Guzmán. En consonancia con ello, Tarikapuy, nacida en 2018, se trazó como horizonte hacer gestión de residuos en edificios, es decir, “recuperar” lo que comúnmente termina en un relleno sanitario o un vertedero. El efecto de la pandemia, sin embargo, obligó a replantear la misión central del emprendimiento, y ambas profesionales optaron por dar un giro hacia la educación y sensibilización ambiental.
Con esa tarea nueva autoasignada, Tarikapuy se adjudicó una licitación para liderar y ejecutar un proyecto piloto financiado por el Fondo para el Reciclaje del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) por 159 millones de pesos. El proyecto se titula “Modo Reciclaje, Actívate Valdivia y Los Ríos” y fue postulado por la Municipalidad de Valdivia, la Asociación de Municipalidades de la Región de Los Ríos para el Manejo Sustentable de Residuos y la Universidad Austral de Chile (UACH), a través de la Unidad de Gestión Ambiental como organismo técnico asociado.
En operaciones desde octubre de 2020, el piloto busca instalar buenas prácticas en manejo de residuos en las 12 comunas de la Región de Los Ríos, principalmente a partir de tres iniciativas: educación ambiental a través de cápsulas y otros instrumentos; inclusión de estos mismos temas en el plan curricular de los colegios de la región; y, tal vez el más novedoso, la implementación de cuatro puntos verdes móviles (containers) rotativos que integra cuatro tipos de residuos, además de un espacio para personas con discapacidad: vidrio, latas de aluminio, botellas plásticas y papeles y cartones.
“La novedad es que se está descentralizando la gestión de residuos. En un país tan centralista como Chile, es muy difícil llevar toda esta infraestructura a regiones. Uno de los grandes impactos tiene que ver con eso”, explica Carolina Arredondo.
No obstante, el proyecto ha debido afrontar los avatares propios de una pandemia. No toda la planificación ha podido llevarse a la práctica, por los periódicos cambios del Plan Paso a Paso del Gobierno. Actualmente, los cuatro containers se encuentran en la comuna de Valdivia, pero el objetivo, una vez que las otras comunas avancen de fase en el citado plan, es seguir en este formato itinerante.
“Hemos estado en Máfil, por ejemplo. Tenemos pensado llegar a Paillaco y Lago Ranco en marzo. A Corral íbamos a llegar, pero justo decretaron cuarentena en Valdivia y hubo que suspender todo. Tenemos pendiente La Unión. En una emergencia sanitaria todo es más complejo, pero en la medida en que el contexto lo permita, vamos a ir avanzando”, asegura Arredondo, quien reseña que los containers comenzaron a rotar a partir de diciembre del año pasado.
Un hecho que la actriz califica como “relevante” es la declaratoria que existe sobre el reciclaje como actividad esencial durante la pandemia. Esto permitió, a juicio de la cofundadora de Tarikapuy, el proyecto pudiera seguir operando en Valdivia, a pesar de que la capital regional recién salió de una prolongada cuarentena (actualmente se encuentra en Transición, o sea, Fase 2).
“Fue muy acertado declarar al reciclaje como actividad esencial porque así no cortas un impulso. En tiempos de pandemia, no todos los hogares tienen espacio para acopiar. Cuando cortas un hábito, es difícil retomarlo. Por eso es tan potente la medida. La respuesta en Valdivia ha sido muy favorable y las personas han respondido de una manera sorprendente. El día 1 del punto verde móvil en Valdivia había mucha expectación sobre cómo lo harían los vecinos. Y fue impactante ver cómo separaban residuos y reciclaban”, comenta Carolina Arredondo.
Al respecto, la Municipalidad de Valdivia, en tanto postulante del proyecto, ha asumido un rol protagónico en la iniciativa. “Con este proyecto estamos enseñando a nuestras vecinas y vecinos reciclar, a separar la basura y la forma de depositarla para que pueda ser reciclada. Creo que ese es el punto más importante, lo que es el primer paso para generar el gran cambio cultural que necesitamos que ocurra”, subraya el alcalde de Valdivia, Omar Sabat.
Por su parte, Arredondo observó en la práctica misma cómo en las otras comunas de la región se activaban redes vecinales a partir de la instalación de los puntos verdes móviles: “Muchas veces tenemos prejuicio respecto de la voluntad de las personas y esa conciencia realmente está. Falta que se activen las redes de educación. Será importante crear mecanismos para, a futuro, darle cumplimiento a la Ley REP que en tres o cuatro años estará 100 por ciento implementada”.
Con respecto a los puntos de recolección selectiva, el alcalde Sabat indica que “poco a poco las personas que han participado del punto verde educativo toman conciencia de cómo mejorar la disposición de los residuos reciclables, hemos tenido muy buenos comentarios y nos motiva a seguir adelante. Por lo demás, hemos dispuesto de nuestro nuevo canal de televisión municipal Valdivia TV como una ventana para la difusión de estos videos educativos inclusivos con una cobertura que alcanza desde Temuco a Chiloé por la señal 43 de Telefónica del Sur, además de nuestras redes sociales”.
“La novedad es que se está descentralizando la gestión de residuos. En un país tan centralista como Chile, es muy difícil llevar toda esta infraestructura a regiones. Uno de los grandes impactos tiene que ver con eso”.
Educación ambiental en colegios
Además de los puntos verdes móviles, Tarikapuy se encarga, como parte del piloto, de generar conciencia ambiental a través de varias herramientas, tales como cápsulas animadas, cortos documentales y cuentos ilustrados, dirigidos tanto a estudiantes de educación prebásica y básica como a público general.
Del mismo modo, la empresa se encuentra desarrollando educación ambiental como parte del plan curricular de colegios de la región en enseñanza básica y media. Producto de esto, Carolina Arredondo señala que su emprendimiento “está realizando en este momento alrededor del 70 por ciento del proyecto piloto”.
Para el alcalde Sabat, es muy importante que el proyecto en cuestión tenga esta componente de educación ambiental asociada: “Este proyecto es muy necesario si queremos potenciar y posicionar el reciclaje como un elemento importante de la educación para el desarrollo sustentable. Establece una metodología de abordaje a todo nivel. No se puede hacer o proyectar una iniciativa de reciclaje sin una base sólida de educación ambiental. Ojalá nuestra región pueda posicionarse en esta materia y tengamos una comunidad con un fuerte compromiso por la sustentabilidad”.
Lo reseñado por el jefe comunal cobra relevancia por cuanto el proyecto piloto puede ser un “ensayo general” de la futura implementación de un plan más permanente en el tiempo. Sin ir más lejos, el piloto culminará con un catastro completo de los hábitos y costumbres de los habitantes de la región, qué residuos están más disponibles para reciclar, cuáles hacen falta en otros containers que pudieran instalarse, etcétera.
“Nosotros tenemos que hacer un levantamiento de información con los vecinos y vecinos. Hay algunos que ya están siendo encuestados respecto de los materiales que se generan, ver si el punto verde incorpora todos los materiales. Teniendo a la mano esa información veremos cómo seguir avanzando”, comenta Arredondo. Omar Sabat, en tanto, añade que el proyecto permitirá levantar información sobre los y las recicladores de base regionales. Sin embargo, el sueño más ambicioso es construir una planta de reciclaje regional, que se vislumbra a través de la asociación de municipios, integrando los desafíos de la Ley REP.
Desde su óptica, Arredondo espera que el proyecto quede funcionando en la región, aunque probablemente deberá responder a otras lógicas, siempre y cuando la pandemia deje de alterar de forma significativa la vida de las personas. “No sabemos si a futuro qué tan móviles van a ser los containers, si vamos a tener un calendario, es incierto”, dice la emprendedora, quien recuerda que originalmente el piloto iba a durar como tope cuatro meses. Omar Sabat, de hecho, recuerda que la ejecución del proyecto, producto del coronavirus, se dilatará hasta el año 2022, pero resalta que la fortaleza del mismo está “en la unión y en la visión común en materia de educación ambiental para el reciclaje”.