Respect Chile: la empresa líder en asesorías de sustentabilidad en eventos masivos
Con casi 10 años de experiencia en distintos escenarios, sobre todo en eventos de gran convocatoria, el emprendimiento fundado por Álvaro Morales y Pilar López fue clave en la elaboración de la primera “Guía de Buenas Prácticas para Eventos Medioambientalmente Sustentables” (Guía EMAS), presentada a fines de septiembre por el MMA, poco antes del estallido social. Ante la suspensión de varios eventos masivos de fin de año, Respect retomó sus otras líneas de negocio como la de ser empresa verificadora independiente del programa Huella Chile, que mide la huella de carbono en las organizaciones.

Cuando estudiaba ingeniería civil acústica, Álvaro Morales comprendió que el ruido era un contaminante más y que podría traer grandes perjuicios. Se le metió en la cabeza el bichito de la sustentabilidad. Además, siendo trompetista, tenía experiencia en el mundo de los eventos masivos. Juntó esas dos aficiones y en 2009 llegó a la productora Lotus a cubrir un área que no estaba resuelta: reciclaje y gestión de residuos. “Hace 10 años ni se hablaba siquiera de reciclaje”, dice Morales.
Con toda la experiencia en producción de eventos, Morales invitó a otros colegas ingenieros en sonido a abordar este tipo de escenarios. Ahí surgió la posibilidad de organizar festivales como Maquinaria y conciertos como El Abrazo, con más de 70 mil personas. “Ahí noté que la gestión de residuos en eventos masivos era nula”, opina él.
Así llegó el 2011, cuando Lollapalooza escogió a Chile como una de sus sedes. En menos de tres meses, Morales tuvo la misión de organizar todo lo que concierne a sustentabilidad para el festival. Lollapalooza traía dos iniciativas sustentables -Rock and Recycle y Green Street- pero al año siguiente Morales empezó a hablar en otros términos, más allá del reciclaje. Ahí empezó a sonar como concepto el de calcular la huella de carbono. “Lollapalooza Chile fue el primer festival en calcular y neutralizar la huella de carbono”, asegura el socio de Respect.
Por el éxito de su iniciativa, Morales fue contratado como jefe de sustentabilidad de la productora Lotus, donde incorporó los temas de huella de carbono, reciclaje y eficiencia energética. Paralelamente, ya había fundado Respect para abocarse a estos mismos temas y otros más.
“La propuesta nuestra discrepaba bastante del Lollapalooza de Chicago, porque eran solo Rock and Recycle y Green Street. Nosotros abordamos muchas más variables, por lo que fuimos distinguidos como uno de los cinco festivales más sustentables del mundo”, recuerda Álvaro Morales.
Llegó un punto en que Lotus ya tenía un nicho, y Morales decidió desprenderse de esta productora y concentrarse 100 por ciento en Respect Chile, junto a su socia Pilar López. Con su empresa, se encargó de la sustentabilidad en un concierto de Pearl Jam, Cirque du Soleil, y obtuvieron muy buenos reconocimientos.
Como Respect fueron pioneros en instalar el concepto de carbono neutralidad dentro de los eventos masivos. Ahí entra lo que se genera por CO2 en términos de asistencia de público, basura, transporte de proveedores y artistas, etc. “Lo que no se alcanza a reducir, se neutraliza a través de la adquisición de bonos de carbono, para proyectos que mitigan el cambio climático: conservación o proyectos de energías renovables”, explica Morales.
El primer evento masivo como Respect fue la ceremonia de año nuevo 2017 en Valparaíso. Antes se habían concentrado en instancias desde 5 mil a 10 mil personas, pero en dicha celebración fueron llamados por el alcalde Jorge Sharp, quien recién había asumido su cargo.
“Nos llamaron principalmente por la problemática de residuos que generaba el año nuevo en Valparaíso. Generaban una contaminación gigante y querían ver cómo reducirla. La primera tarea fue ver cuánto contaminan, porque no había indicadores. Trabajamos la huella de carbono, hicimos la auditoría y luego neutralización bajo la certificación Carbon Neutral: esta exige que todos los alcances directos de la huella de carbono sean compensados, no los indirectos”, sostiene Morales.
La creación de la Guía
Respect fue fundamental en el nacimiento de la “Guía de Buenas Prácticas para Eventos Medioambientalmente Sustentables”, presentada en septiembre pasado por el Ministerio del Medio Ambiente. Se trata de un instrumento que sirve de insumo para clientes y empresas en materia de sustentabilidad para eventos, sean estos masivos o no.
En 2018 Respect organizó 30 eventos masivos en sustentabilidad, y por eso, en el marco de la COP, fueron convocados a participar de la elaboración de esta guía. Sin embargo, el estallido social iniciado el 18 de octubre cambió el rumbo de las cosas y así muchos eventos que estaban programados para fin de año se suspendieron o se reprogramaron.
A cambio, en Respect tuvieron que abocarse a explorar sus otras áreas de interés como ser empresas verificadoras de Huella Chile. “Así hemos logrado mantener una estabilidad mediana en medio de la crisis”, opina Álvaro Morales.
Junto con la guía, el MMA anunció en mayo pasado la implementación de un sello especial para gestionar la huella de carbono en eventos. Si los sellos para empresas son cuatro, en los eventos son solo el de cuantificación y el de neutralización.
“El sello de huella está asociado a la ISO 14067, porque se toma un evento puntual y asociado a un proyecto, a diferencia de la huella corporativa que se toma anualmente”, dice Morales.
Lo importante de la guía, según Morales, es que “está planteada como una forma de reportabilidad hacia los clientes y productores”. En otras palabras, “cuando alguien quería hacer un evento sustentable, no sabía por donde partir. Ahora lo puede hacer”.
La otra novedad que destaca Morales en el documento es la presencia de cuatro pilares: reciclaje, huella de carbono, ruido y agua. Sobre el reciclaje, la guía entrega consejos sobre el porcentaje de reciclabilidad, a partir de la medición de cuánta basura genera el evento, su montaje y desmontaje. En el ámbtio de la huella de carbono, la guía propone alinearla al sistema de Huella Chile.
El agua también se sugiere cuantificarla en cada evento que se organice. Por último, el ruido, aquel elemento que Morales entendió que era un contaminante mientras era estudiante universitario, también se considera dentro de las recomendaciones. “Cuenta, por ejemplo, a cuántos decibeles como máximo tengo que estar expuesto para no tener daño auditivo. No solo se preocupa de los sectores aledaños, sino del ruido interno, dentro del espectáculo”.