Con la finalidad de propiciar un “gran acuerdo” para fomentar la desalación y el reúso de agua en Chile y Latinoamérica, entre hoy y mañana se desarrollará el foro virtual internacional “Políticas públicas para garantizar el acceso al agua”, organizado por la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR).
A las 09.00 horas se inaugurará la primera jornada de este encuentro que busca debatir en torno a las oportunidades de la industria en nuestro país en el acceso a nuevas fuentes de agua para afrontar la dramática crisis hídrica. En la instancia participarán no solo actores de locales como mineras, sanitarias y fundaciones, sino también invitados internacionales: son ellos quienes mostrarán buenos ejemplos de experiencias en otras latitudes para ver de qué manera se podrían extrapolar a Chile. El encuentro será abierto y transmitido a través del canal YouTube de ALADYR.
“Este congreso surgió desde la necesidad de instalar en el país una regulación para incentivar el uso de nuevas fuentes de agua: desalación y reúso de aguas servidas tratadas. Hay un convencimiento a nivel general de que, debido al cambio climático, el agua no va a alcanzar para abastecer a la población y a las actividades productivas si no se toman medidas. Primero, hay que hacer un uso eficiente del agua y luego nuevas fuentes. Y para eso hay que tener regulaciones, incentivos, un marco legal para los inversionistas”, dice Ivo Radic, representante para Chile de ALADYR y director ejecutivo del Grupo VIGA.
Precisamente el presidente de ALADYR, el venezolano Juan Miguel Pinto, será uno de los encargados de inaugurar la jornada de hoy. Lo acompañarán el ministro de Economía, Lucas Palacios, y la gerenta general de Aguas Andinas, Marta Colet. “La desalación y el reúso siguen conquistando espacios en América Latina por las condiciones que imponen el crecimiento demográfico, una mayor actividad económica y el cambio climático. Vemos ejemplos exitosos de desalación en toda la región que no sólo se supeditan al ámbito minero sino que se han posicionado para el uso potable como en Argentina, Brasil, Chile (Antofagasta), Colombia, México y Perú, entre otros”, indica Pinto.
En el programa del resto del día expondrán representantes de empresas y gremios del rubro que han aplicado la desalación y el reúso del agua dentro de sus políticas para mejorar la eficiencia de sus procesos productivos.
Sin ir más lejos, la minería ha sido la industria más activa en la implementación de estos sistemas de desalación y reúso del agua. Según datos de Cochilco, publicados en el documento de presentación del foro virtual, durante el año 2018 la minería del cobre consumió un total de 62,22 m³ /seg de agua, de la cual la de origen continental alcanzó los 13,36 m³ /seg y la del mar 3,99 m³ /seg. En tanto, el agua recirculada en la minería del cobre fue de 44,87 m³ /seg.
Otra de las ponencias importantes de hoy será la de la directora de Fundación Amulén, Rocío Espinoza, a las 10.25 horas. La representante de esta organización, cuyo propósito es mejorar el acceso al agua potable en las comunidades rurales, valora la instancia convocada por ALADYR por cuanto invertir en tecnologías como plantas desaladoras asoma como una gran solución para afrontar la escasez hídrica que afecta a ese sector. “Nosotros creemos que el agua es una herramienta de superación de la pobreza con foco en la ruralidad”, dice Espinoza.
A la representante de Fundación Amulén le parece insólito que haya comunidades rurales cercanas al mar con serias dificultades de acceder a agua potable. Espinoza recuerda que el 15 por ciento de las personas del mundo rural se abastece del recurso a través de camiones aljibe, lo que equivale a cerca de 1.400.000 habitantes.
“Si tuviéramos inversión social con innovación para desalar agua o reusarla, probablemente tendríamos un mejor escenario. En Valle Hermoso, comuna de La Ligua, 3.000 viviendas no tienen agua. Van en el pozo 27 y aún no encuentran el agua, estando a seis kilómetros del mar. La gente piensa que las plantas desaladoras se usan solo para la minería, pero no es así. Hay plantas de 30 mil litros que conectan una caleta de pescadores con una comunidad rural. Desde 2015 hemos gastado 238 millones de dólares en camiones aljibe. Con esa plata podríamos hecho importantes inversiones”, asegura Espinoza.