En la comuna de Canela, en la costa de la Región de Coquimbo, las gigantescas aspas de 15 generadores eólicos de parque Punta Palmeras de ACCIONA se mueven a un ritmo constante para producir la electricidad equivalente al consumo de unos 60 mil hogares, una energía limpia que evita la emisión de 119.000 toneladas de CO2 -versus la generación a carbón- y la importación de unos 215 mil barriles de petróleo al año. Pero su impacto va mucho más allá: las torres de 92 metros de altura y más de 100 toneladas que sustentan las aspas están hechas en parte importante con acero reciclado proveniente de miles de estufas a leña contaminantes que en los últimos años han sido sacadas de hogares del centro y sur de Chile, para disminuir la contaminación del aire en las ciudades del país.
Desde un artefacto que contamina, a una obra que genera energía limpia. Esa es la ruta circular que sigue el acero reciclado fabricado por AZA, que proviene de la chatarrización de las más de 30 mil estufas que han sido retiradas por los programas de recambio de calefactores, la principal herramienta de los 10 planes de descontaminación existentes en las grandes urbes ubicadas entre Santiago y Coyhaique, donde más de 10 millones de personas sufren cada invierno las consecuencias de la contaminación.
El proceso implica el retiro de estufas a leña altamente contaminantes para su reemplazo por artefactos más eficientes a gas, pellet, electricidad o parafina, los que disminuyen considerablemente las emisiones atmosféricas. Tras ello las viejas estufas son recogidas para retirarles ladrillos, cenizas y otras impurezas para luego ser trasladadas a los centros de reciclaje de AZA en Temuco, Puerto Montt y Concepción y luego transportadas a la planta productiva en Colina, donde se funden y se laminan para convertirlas en barras de acero. Cada aparato genera en promedio unos 27 kilos de chatarra, y solo en 2020 las 540 toneladas de estufas que han llegado a AZA han permitido generar unas 480 toneladas de acero nuevo.
Este acero reciclado, en conjunto con el proveniente de otros múltiples procesos de chatarrización de material recuperado por AZA, es el que está proveyendo un suministro de materia prima circular a los proyectos de energía eólica que está levantando ACCIONA, y que a Punta Palmeras suma los parques eólicos Tolpan Sur (Renaico, 84 MW) y San Gabriel (San Gabriel, 183 MW), ambos en La Araucanía. Este último proyecto suma en total más de 7.800 toneladas de acero reciclado.
“Hemos decidido utilizar el acero de AZA en nuestros proyectos porque cumple con nuestras normas de sostenibilidad, economía circular y de ciclo de vida de los proyectos, reduciendo la huella de carbono no solo de nuestros parques, sino de todos los suministros que tenemos, y eso permite asegurar que en el largo plaza este acero que viene de materiales reciclados, y por lo tanto tiene muy baja huella de carbono comparado con otros, nos permite cumplir con la política de sostenibilidad de nuestros proyectos”, afirma José Ignacio Escobar, director general para Sudamérica de Acciona.
Y a esto se suma, agrega, que este acero reciclado “es de alta confiabilidad, de alta resistencia, y que cumple con todas las exigencias normativas y de calidad que exigimos”.
El uso de acero reciclado en proyectos de infraestructura está adquiriendo un rol cada vez más importante. A nivel global, la industria del acero ha actuado como fuerte impulsora de la economía circular, principalmente porque el 100% del acero producido se puede volver a convertir en acero una vez terminada su vida útil -e infinitas veces-, al punto que de acuerdo a cifras de World Steel Association (2016) se reciclan 650 millones de toneladas de acero cada año.