Cell Chile: la primera empresa chilena de paneles solares para departamentos que invita a clientes a independizarse de la red eléctrica
Los primeros paneles de fabricación chilena se adaptan a las necesidades del usuario y se instalan en las ventanas de los edificios. Con un kit básico, los clientes aseguran una reducción de un 20% del consumo, aunque pueden aspirar a una autonomía total de la corriente eléctrica. Si llegara a haber un corte de luz, por ejemplo, el sistema continuaría funcionando normalmente. “La idea es ser un poco rebelde con lo establecido”, dice Gonzalo Pacheco, ingeniero mecánico de la Usach y uno de los socios de la firma.
Como estudiante de ingeniería mecánica de la Universidad de Santiago, Gonzalo Pacheco Parra se esmeró en fabricar autos solares. Durante cuatro años, fue director (capitán) del Equipo Solar de la Usach (ESUS) y desde ese cargo lideró el proceso de creación de los vehículos sustentables Apollo I y II, que recorrieron la soledad del desierto en la carrera Atacama Solar.
Una vez egresado, sus compañeros del equipo solar persistieron en la iniciativa y dieron vida a Apollo III y IV, y en un plazo cercano a Apollo V. Esa experiencia como integrante del proyecto estudiantil lo llevó a imaginar otro tipo de soluciones por medio de la energía fotovoltaica.
“Fue un período de harta experimentación ,y de pronto nos planteamos el desafío de fabricar paneles solares en Chile”, dice Pacheco, quien acaba de fundar la primera empresa chilena de paneles solares para departamentos: Cell Chile.
Junto a su socio Vladimir Ovalle, el ingeniero civil mecánico de la Usach observó que la única opción de instalar paneles solares en el contexto habitacional era en los techos de las casas, por lo que pensó cómo adaptarlos para los edificios, toda vez que el crecimiento de las ciudades se torna cada vez más vertical. Así, Cell Chile transforma las ventanas de los departamentos en paneles solares fabricados en nuestro país, y no importados desde China.
“Los chinos siempre producen paneles, pero no hacen nada en ciertos nichos. Entonces nosotros ahí vimos una oportunidad. Los paneles que se producen en el mundo son estandarizados, no se adaptan a la radiación. En cambio los de nuestra línea de producción, que se ubica en Maipú, se adaptan a la medida del cliente en tamaño y potencia. No podemos desaprovechar la radiación que hay en nuestro país: Chile tiene la mejor radiación solar del mundo”, explica Gonzalo Pacheco, también director de Movener, empresa que convierte viejos vehículos de combustión interna en eléctricos.
Pacheco no hubiese podido llegar a esta propuesta sin un capítulo clave en su formación. Junto a su socio Ovalle presentaron un proyecto a Corfo para producir alternativas de eficiencia energética y respetuosas con el medioambiente. Recibieron el visto bueno de la institución, y en 2017 lograron hacer una pasantía de tres semanas en la Universidad Konstanz, en Alemania, donde se empaparon de las nociones básicas en la confección de paneles.
“Nosotros planteamos el concepto ‘vida off-grid’, es decir, aprender a desligarte de la red eléctrica. Las ganancias no son solo desde la perspectiva económica. La idea es ser un poco rebelde con lo establecido, abordar la independencia energética como un modelo de vida”
“Fue una pasantía bastante breve, pero aprendimos las técnicas de los alemanes respecto del encapsulamiento de paneles, los tipos de celdas, los compuestos que se usan y los tipos de químicos. Aprendimos también de las condiciones ambientales para encapsular los paneles. El tiempo de fabricación de un panel depende de si es artesanal o mediante un proceso más definido”, cuenta el cofundador de Cell Chile.
Sin cortes de luz
Cell Chile produce paneles a baja escala en su fábrica en Maipú. “Hoy tenemos una capacidad de producción de 20kw mensuales”, dice Pacheco, quien asegura que al adquirir el “Kit Semilla Solar”, un kit inicial de 100W, el usuario puede empezar a ahorrar “hasta un 20% en sus cuentas de luz”.
La alternativa para los clientes, agrega el emprendedor, es escalar en la potencia de los paneles hasta llegar a un ahorro de 100% de luz y, con ello, aspirar a la filosofía que inspira a Cell Chile: lograr independizarse completamente de la red eléctrica y seguir funcionando a pesar de los cortes de luz.
“Nosotros planteamos el concepto ‘vida off-grid’, es decir, aprender a desligarte de la red eléctrica. Las ganancias no son solo desde la perspectiva económica. La idea es ser un poco rebelde con lo establecido, abordar la independencia energética como un modelo de vida. La pregunta que uno se tiene que hacer es qué valor le otorga a no depender de un corte de luz para seguir en funcionamiento”, reflexiona Pacheco.
Según cuenta el ingeniero mecánico, los paneles de Cell Chile pueden ser adosados a cualquier ventana, sea con más o menos vista directa al sol. “Siempre llega un poco de radiación en Chile”, opina. No en vano, el lema que aparece en la página web del emprendimiento (www.cellchile.com) es “enchúfate al sol”.
Cell Chile ofrece tres tipos de kits para cada requerimiento del consumidor: el básico es el reseñado Kit Semilla Solar (100W), que trae una caja de almacenamiento de energía, donde el usuario puede medir el registro de su consumo. Este tiene un valor de $250.000. Los otros dos kits son Flor Solar (una caja energética, dos paneles solares de 100W y cuesta $340.000) y Árbol Solar (dos cajas, dos paneles y tiene un precio de $420.000). “Las capas de durabilidad de los paneles son de aproximadamente 15 años”, plantea el emprendedor. Cada kit, además, ayuda a evitar la emisión 50 kilogramos de CO2 al año al medioambiente.