Antonia Biggs: “Queremos que cuando se piense en reciclaje bien hecho, se piense en ANIR”
Tras poco más de dos meses de reuniones con los socios del gremio luego de asumir el cargo, y recorrer también a fondo sus instalaciones, la nueva gerenta de la Asociación Nacional de Industrias del Reciclaje (ANIR) analiza en esta entrevista los desafíos que se vienen para la industria en un escenario en que los sistemas de gestión de residuos creados por la Ley REP comienzan a tomar forma, y cómo posicionar a un gremio que durante décadas levantó a pulso las empresas que iniciaron el trabajo del reciclaje y la economía circular en Chile frente a este nuevo marco normativo.
Periodista
A comienzos de octubre, la geógrafa Antonia Biggs -con más de 15 años de experiencia en gestión ambiental y políticas públicas- asumió como gerenta general de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje, transformándose en la cara visible de un gremio que durante décadas se ha ido construyendo de manera independiente y que hoy debe insertarse en el sistema normativo creado por la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP).
Al cargo llegó tras un año de trabajo como directora del Pacto Chileno de los Plásticos, donde coordinó el trabajo entre las empresas, los organismos estatales y la academia para avanzar en metas que disminuyan el impacto del plástico en los ecosistemas. Hoy, tras poco más de dos meses de reuniones con los socios de ANIR, y recorriendo a fondo sus instalaciones, Antonia Biggs analiza en esta entrevista los desafíos que se vienen para la industria en un escenario en que los sistemas de gestión de residuos creados por la Ley REP comienzan a tomar forma, y cómo posicionar en este nuevo escenario a un gremio que durante décadas levantó a pulso las empresas que iniciaron el trabajo del reciclaje y la economía circular en Chile.
“Somos gestores que llevamos 30 años haciendo esto a escala industrial, estamos aquí, y estamos disponibles para cooperar con este ecosistema. Así lo hemos hecho en todo este tiempo. Hay una frase que se me quedó grabada, de una de nuestras socias en ANIR: hacer de los residuos los recursos del mañana. Y hacia allá vamos. Lo ideal para nosotros es que nada llegue a relleno sanitario, y que aprovechemos estos residuos para generar materia prima para otras industrias”, dice Biggs.
¿Qué representa ANIR hoy día?
Hoy somos la única asociación gremial que representa a la industria del reciclaje en Chile. Hasta ahora estamos compuestos por 48 socios, que son gestores y valorizadores de distintos tipos de materiales para el reciclaje: plásticos, orgánicos, recauchaje de neumáticos, aluminio, acero, desechos agrícolas, vidrios, residuos pesqueros, hospitalarios, aceite vegetal, lubricantes, baterías, cartón y cartón para bebidas, algunos que están concentrados en tipos específicos de plástico, y otros que están dedicados a vínculos con la comunidad, con los colegios, asesorías en reciclaje o impulsando grandes campañas. Y otros trabajan varios de estos productos. La lista es enorme. Todo este grupo de empresas mueve 5 millones de toneladas de residuos cada año (esto sumando la recolección y el tratamiento en plantas de reciclaje), y genera 13 mil empleos directos.
¿Es un grupo que se esté ampliando?
Por supuesto, estamos muy dispuestos a recibir nuevos socios y seguir creciendo, que se vayan sumando todos los otros actores que de alguna forma son parte de la cadena del reciclaje. También está pasando que muchas de las empresas que fabrican productos hoy están abriendo empresas paralelas o subsidiarias dedicadas al reciclaje, o a recuperar sus propios materiales y hacer casi un circuito cerrado. En ese sentido, también les está interesando formar parte. Pertenecer a una asociación gremial permite una mayor fuerza al momento de conversar con las autoridades, y ese es parte del fin de la ANIR: dar a conocer la realidad, las cifras y la forma en que opera esta industria en las conversaciones para el avance de las leyes y decretos vinculados al reciclaje. Y que todas estas nuevas regulaciones se implementen de forma transparente y respetando la libre competencia. Esto debe funcionar, tal como me comentó un socio de ANIR, al igual que un ecosistema natural, donde todos -desde el más chico hasta las empresas más grandes- deben aportar para que este ecosistema de reciclaje funcione. Aquí no puede haber monopolios. Pero en definitiva, en nuestro ADN está la colaboración y la participación, pero también somos muy rigurosos al momento de decidir quién entra a la ANIR para que se cumpla el estándar que tenemos hoy.
En las últimas décadas la industria del reciclaje en Chile se fue construyendo por su cuenta, a pulso, por la visión de una serie de emprendedores que vieron en esto una oportunidad. ¿Cómo se inserta hoy esta industria en el nuevo esquema de la Ley REP, con una legislación específica y un marco reglamentario distinto?
Están todos los socios alerta a lo que va a ocurrir para poder participar de este nuevo esquema. Nosotros hacemos esto bien, lo hacemos desde hace mucho tiempo, y tenemos muy buenas prácticas y un estándar en el rubro. Por supuesto que hemos participado de toda la parte regulatoria y legal para mostrar el trabajo de años de nuestros socios, en toda la cadena de gestión y con todo tipo de materiales. Hoy uno de nuestros mayores objetivo es traspasar toda esa información y conocimiento para la cooperación, representando a la industria del reciclaje en la instalación del nuevo sistema.
¿Ven un riesgo de quedarse fuera del sistema?
Lo que buscamos es que sea justa la participación, que todos tengamos la misma posibilidad de acceder a las licitaciones que se hagan, por ejemplo. Que la participación de todos los actores sea transparente y equilibrada, entre ellos los municipios, nosotros como gestores, etc. Nosotros tenemos la puerta abierta para conversar con todos -dentro del marco y las reglas de la Ley REP- para mostrar nuestra experiencia, la capacidad técnica instalada, nuestras cifras, que hay espaldas suficientes para seguir creciendo. Veo imposible que la industria que representa ANIR quede fuera del sistema REP, pero estamos atentos a como se están ajustando las reglas del juego para que se incentive y se proteja la libre competencia.
“Nuestras proyecciones de capacidad técnica son siempre a tres años plazo, y prácticamente en todos los casos -para casi todos los materiales- es posible incrementar las tasas de reciclaje a lo menos al doble. Por ejemplo, en el caso del plástico PET al año 2020 se valorizó un 20,7% del material disponible país, estimamos que la capacidad técnica actual permite reciclar un 38% del material disponible país y la capacidad proyectada, en 3 años, permitiría reciclar un 63%”.
En este posicionamiento de la industria del reciclaje en la implementación de la Ley REP, ¿Cuál es el principal objetivo que buscarás impulsar desde tu gestión?
En primer lugar, seguir fomentando la colaboración; la público-privada, y también entre privados. E incluso hacer simbiosis industrial -por decirlo de alguna forma- entre los propios socios de la ANIR, no solo potenciarnos hacia afuera sino también entre todos nuestros socios, en todas las regiones. Si alguno necesita infraestructura o materiales, y hay otro que disponga de ellos, que puedan conversar y potenciarse. Eso es parte también de la colaboración que quiero instaurar, y que he realizado en mis trabajos previos. Sentarse a conversar, potenciar el ecosistema, en este caso con el objetivo de seguir incrementando las tasas de reciclaje y evitar que los residuos terminen en rellenos sanitarios o en los ecosistemas, siempre con esa lógica detrás. Para eso viene un trabajo de reforzar el apoyo a las regiones, porque la Ley REP está bastante concentrada en cómo va a operar en la Región Metropolitana y aquí hay que pensar a nivel país. Y todo esto trabajando el posicionamiento con más fuerza de la ANIR: qué es lo que hacemos y hacia dónde queremos ir, marcando el estándar de la industria del reciclaje en el país.
En ese qué hacemos, acaban de sacar un estudio con las cifras de reciclaje en Chile centrado en productos y materiales de la Ley REP. ¿Cuáles son los principales hallazgos de este estudio?
Que existe capacidad técnica instalada para aumentar todos los porcentajes de valorización que existen al año 2020. Por ejemplo, el aluminio está en 16,3% y podría incrementarse hasta un 100%. El PET está hoy en un 20,7% y podría llegar a 38% con la capacidad técnica instalada. Y esto se repite en todos los materiales. El tema es cómo llegamos a incrementar esos volúmenes, y la respuesta -pensando en la Ley REP- es ciertamente incrementando la recolección domiciliaria y en los puntos en que se genera este tipo de material, y que esta sea eficiente, rápida y que, idealmente, se entregue un material limpio y listo para ser procesado.
Hoy el mayor porcentaje del reciclaje es de residuos industriales, y con la Ley REP lo que ingresa fuerte son precisamente los residuos domiciliarios. Con la capacidad técnica instalada, ¿cuántos años se puede cubrir las metas de la REP?
Nuestras proyecciones de capacidad técnica son siempre a tres años plazo, y prácticamente en todos los casos -para casi todos los materiales- es posible incrementar las tasas de reciclaje a lo menos al doble. Por ejemplo, en el caso del plástico PET al año 2020 se valorizó un 20,7% del material disponible país, estimamos que la capacidad técnica actual permite reciclar un 38% del material disponible país y la capacidad proyectada, en 3 años, permitiría reciclar un 63%. Por tanto, es necesario centrarse en la recolección.
¿Las decisiones de inversión en infraestructura por parte de los socios de ANIR dependerán de cómo evolucionen los volúmenes de recuperación de materiales para reciclar?
No solo por parte de ANIR, sino que todos los actores del sector, y también los productores, están todos esperando porque los primeros dos años van a ser de ajuste; de ver cómo funciona el sistema, cuánto se logra recolectar, etc. Con eso se podrán tomar las decisiones respecto de si se necesitan o no inversiones para poder llegar a una capacidad mayor. Pero como he señalado, hoy la capacidad está instalada para lo que se requiere en estos primeros años.
“Con los volúmenes que manejan nuestros socios, la infraestructura que poseen, la logística que ya tienen implementada y desplegada, todo esto debiera ser una tremenda oportunidad para que se aproveche y se incorpore todo esto al sistema REP. No todos los socios están involucrados en envases y embalajes, que es lo primero que se va a activar, pero esto sí va a marcar la pauta de cómo va a operar y cuál es nuestro rol ahí, y por eso estamos súper atentos a lo que está ocurriendo”
¿Qué rol cumplen las empresas de regiones en apoyar que la Ley REP llegue a todo el país y no solo a las regiones más pobladas, cómo se va a potenciar esto?
Vamos a apoyar a nuestros socios en esto, en transmitir todas las fortalezas y dificultades que ven para la implementación en los distintos territorios. Hoy estamos conversando con ellos para que nos cuenten cómo ha funcionado la logística que han implementado en el territorio, porque ellos tienen mucho que decirnos a los que estamos en el nivel central. Por ejemplo, en las zonas de mayor densidad poblacional las campanas de vidrio pueden no ser suficientes, mientras que en zonas periurbanas pueden ser la mejor solución. Entonces es al revés, estoy tratando de absorber lo más posible cuáles son las realidades de los socios en regiones, para poder transmitir a las autoridades cómo está funcionando realmente la logística de reciclaje a nivel territorial. Qué necesidades de acopio, infraestructura o maquinarias existen, por ejemplo. O a nivel de permisos para trasladar reciclaje de una región a otra, o los tiempos que demoran la aprobación de proyectos que sin duda son un aporte para el cumplimiento de la Ley REP. Se puede dar también que ciertas regiones generen residuos distintos según las industrias instaladas allí, e ir potenciando esas fortalezas a nivel territorial. Ir traspasando esa realidad a la autoridad también va a ser una labor importante.
En envases y embalajes, hay ya un sistema de gestión en conformación legal, y otros dos anunciados. ¿Cómo está conversando ANIR con estas instancias para analizar el trabajo conjunto?
Las conversaciones son ya bien formales, con abogados que analizan las propuestas que se han hecho, lo que se ha ingresado al Tribunal de Libre Competencia. La ANIR está participando en los espacios que hay para ello, aportando antecedentes, que en general apuntan a que se garantice la libre competencia.
¿Esas observaciones hacia dónde apuntan?
El listado es largo, pero te diría que podríamos destacar dos. El primero es que el sistema de gestión nunca será autónomo y, por lo tanto, nunca calificará como operación de concentración. Nuestros abogados nos han señalado que se requiere certeza jurídica a este respecto, ya que tendrá un impacto directo en los plazos dados, tanto por la Ley REP como por el DS Nº12, para que los sistemas de gestión se encuentren constituidos y puedan comenzar a cumplir con las metas establecidas. Y el segundo es que el procedimiento de licitación que llevarán a cabo los municipios, en el marco de la Ley REP, excluye estas licitaciones de la Ley de Compras Públicas, y esto podría eventualmente generar un problema de libre competencia. Ahora bien, esto es un problema de carácter normativo que escapa al sistema de gestión.
¿Dónde ven las oportunidades y desafíos para los socios de ANIR en este sistema, en términos competitivos?
Con los volúmenes que manejan los socios, la infraestructura que poseen, la logística que ya tienen implementada y desplegada, todo esto debiera ser una tremenda oportunidad para que se aproveche y se incorpore todo esto al sistema REP. No todos los socios están involucrados en envases y embalajes, que es lo primero que se va a activar, pero esto sí va a marcar la pauta de cómo va a operar y cuál es nuestro rol ahí, y por eso estamos súper atentos a lo que está ocurriendo. Y también, ciertamente podemos mostrar con anticipación cómo lo hemos hecho con materiales que hoy no están en la Ley REP pero que sí podrían estarlo a futuro, como textiles o residuos orgánicos.
“Queremos que no exista duda de que si quiero saber cómo funciona la industria en la realidad, con los pies en la tierra, hay que acudir a ANIR. Queremos ser la voz de la industria del reciclaje. Y queremos seguir creciendo, ya se han incorporado cuatro nuevos socios este mes. Mientras más seamos tendremos una mayor fuerza para dialogar frente a los desafíos que se presenten”
Tú señalas que hoy es importante visibilizar el trabajo de los socios de ANIR. ¿Por qué una industria que mueve 5 millones de toneladas de residuos para valorización al año aún no llega a la ciudadanía?
Porque como estamos tan involucrados a nivel industrial, es menos conocido para las personas. Uno está pendiente del residuo en la casa, de cuánto se recicla realmente, y se nos olvida que detrás hay una industria gigantesca que hace esto desde hace muchos años, y que además saca subproductos. Si hablamos de economía circular pura, algunos de los socios fabrican a nivel industrial productos que se utilizan a gran escala en otras industrias como la minería, forestal y construcción. Se vuelven a incorporar innumerables veces. Hay que aterrizar esto a algo tangible. Por ejemplo, un socio recicla 650 toneladas de aceite vegetal, y eso cuesta imaginarlo. Es distinto a decir que recicla 25 a 30 contenedores al mes, para imaginar la cantidad que están moviendo. Como los volúmenes domiciliarios aún son bajos, está un poco disociado, pero hay que abrirse, mostrar que existe todo este mundo enorme donde se mueven volúmenes increíbles, una industria que está trabajando a gran escala en el reciclaje. Y eso es parte de este trabajo de posicionamiento.
¿Falta que estos productos lleguen al consumo masivo, que los productos de material reciclado lleguen a las casas?
Claro, que sepas por ejemplo que un huaipe o un zuncho plástico que llega a tu casa es de textil y plástico reciclados respectivamente, por ejemplo. Comunicar a la sociedad acerca del vínculo entre un consumo y una producción sustentable. Ahí tenemos diálogo abierto con los municipios, los sistemas de gestión, con los acuerdos de producción limpia. El sello Elijo Reciclar también es un muy buen ejemplo de cómo aterriza esto de forma simple a las personas, a decirle que ese envase va a terminar siendo reciclado a gran escala y se va a transformar en un producto que llegará a las manos de los consumidores. Muchos de nuestros socios que exportan ya tienen todos los sellos y certificaciones en esta materia.
¿Hay que trabajar en educación ambiental también?
Como gremio no es nuestro rol, pero si podemos pasar el material, los conocimientos y las cifras a las personas que están dedicadas a la educación ambiental, y bajar esto a escala ciudadana. También a los que están partiendo en el reciclaje, o quieren lanzarse con alguna iniciativa o emprendimiento, podríamos mostrar y compartir la experiencia de cómo fue partir desde cero, lo que ya hemos aprendido y lo que no hay que hacer. Un socio que lleva 30 años reciclando aceite y lubricantes, por ejemplo, podría compartir esa experiencia con alguien que está recién partiendo.
¿Están buscando este tipo de iniciativas innovadoras para incorporarlas al sistema?
Creo que ese es uno de los grandes desafíos que tenemos como ANIR en los próximos cinco años, cómo podemos potenciar desde acá la innovación, con todo el conocimiento acumulado que hay. Cómo lo potenciamos. Por ejemplo, conocí la infraestructura que inventó uno de nuestros socios para reciclar con mayor precisión y sacar dos subproductos. Esa idea que se le ocurrió a él, es innovación nacional pura. También tenemos laboratorios que están testeando cosas fascinantes, y ese sí es nuestro rol, compartir y traspasar ese conocimiento.
¿Cómo visualizas el nuevo rol de ANIR hoy, ya cerrada la discusión para crear la REP y comenzando la etapa de su implementación?
Queremos que cuando se piense en reciclaje bien hecho, se piense en ANIR. Inmediatamente. Que no exista duda de que si quiero saber cómo funciona la industria en la realidad, con los pies en la tierra, hay que acudir a ANIR. Queremos ser la voz de la industria del reciclaje. Y queremos seguir creciendo, ya se han incorporado cuatro nuevos socios este mes. Mientras más seamos tendremos una mayor fuerza para dialogar frente a los desafíos que se presenten, que si cada uno lo hace por su cuenta. También queremos incorporar más socios de regiones, porque de ellos vamos a aprender mucho y compartir sobre las mejores soluciones para los distintos territorios.