Arquitecto Borja Gómez Martín: “En Chile hay conciencia de la relevancia que tiene la construcción sostenible y existe la industria para llevarla a cabo”
El profesional español, quien está a cargo del proyecto del nuevo estadio de Universidad Católica, considera que si bien hay avances en materia de construcción sostenible, se puede hacer mejor. En esta entrevista con País Circular, Gómez Martín señala que en el caso del recinto deportivo, fue diseñado desde su esencia para ser más responsable con el medio ambiente, y comenta aspectos como que el sistema de iluminación se pensó de forma que se evite el estrés lumínico para la fauna de la precordillera. Añade que para el desarrollo de este tipo de proyectos es determinante tener un cliente con visión y la participación de industrias con “operaciones de carácter circular”, como el reciclaje de un gran volumen de materiales.
La industria de la construcción carga sobre sus hombros el estigma de ser una actividad con un alto impacto negativo en el medio ambiente; por mencionar solo un par de antecedentes, a nivel global genera el 39% de las emisiones de CO2 y a nivel local es responsable del 35% de todos los desechos sólidos. De ahí la importancia de cada esfuerzo por reducir su impacto y avanzar a una construcción sostenible. En Chile hay varios ejemplos de esos esfuerzos y entre ellos ha destacado el último tiempo la construcción del nuevo estadio de Universidad Católica, que apuesta a ser un modelo de sustentabilidad.
La obra fue adjudicada mediante concurso a un equipo del Grupo IDOM (Consultoría, Ingeniería y Arquitectura), empresa con base en Bilbao, España, y operaciones en más de 125 países, desde 1957. El desarrollo del proyecto está a cargo del arquitecto español Borja Gómez Martín, quien se mudó a Chile hace un par de años como jefe de la oficina de IDOM en el país.
“Creo que en Chile hay una conciencia amplia de la relevancia que tiene la construcción sostenible. Creo que existe la industria para llevarla a cabo, que hay una serie de agentes del conjunto de la industria y de clientes que están interesados en ello y que apuestan por ello”, señala con optimismo Gómez Martín a País Circular, y añade, no obstante, que “queda mucho por hacer”.
El profesional relata que “siempre he estado muy interesado en hacer una arquitectura que no contemple solamente lo que es el espacio (…) La arquitectura tiene muchísimas más variables y abarca el conocimiento de muchos más profesionales que estrictamente el arquitecto. Cuando estaba haciendo mi tesis doctoral, en la Escuela de Arquitectura de Madrid, recuperé un texto muy interesante de IDOM que hablaba precisamente de eso, de cómo muchos profesionales sentados en la mesa al mismo nivel podían participar de manera holística en el diseño de un proyecto de arquitectura”. Luego de eso, comenta, llamó al jefe de arquitectura de dicha compañía y le dijo “si esto es verdaderamente lo que estáis haciendo, pues yo me apunto”. Era 2012 y desde entonces forma parte de la empresa.
Para conocer su opinión sobre los avances de la construcción en materia de sustentabilidad, además de algunos detalles sobre el nuevo estadio de Universidad Católica, entrevistamos a Gómez Martín en las oficinas de IDOM en Santiago, en un piso 25 en pleno centro, con vista al cerro Santa Lucía y a una cordillera que apenas se ve debido a la contaminación.
El arquitecto subraya que para poder innovar y avanzar en proyectos sostenibles es indispensable, por una parte, tener un cliente “con visión” y, por otro lado, la participación de la industria con “operaciones de carácter circular”. Sobre este punto, en el caso del estadio menciona, por ejemplo, que están trabajando con Aceros AZA para el reciclaje de toda la chatarra ferrosa del antiguo recinto deportivo, así como con una empresa -cuyo nombre no puede divulgar- que está reciclando el plástico de las viejas butacas.
Gómez Martín se declara como una persona “muy positiva” y se apasiona cuando habla de las obras en las que ha participado, cuyas características de innovación y sustentabilidad han llevado a su equipo a obtener varios premios internacionales.
-¿Por qué es necesario que al diseñar los edificios, el espacio urbano, no solo participen arquitectos?
Lo interesante de tener tanto conocimiento en una mesa es que se convierte también en materia de arquitectura. Si uno es capaz de entender la complejidad del entorno, puede también intervenir en él de una manera mucho más respetuosa y precisa. Nosotros hicimos un proyecto muy bonito aquí cerca, en Perú, nos invitó Gastón Acurio y nos pidió que hiciéramos una escuela de gastronomía en el desierto costero; es un proyecto que también lideré yo y que fue muy interesante. Le propusimos que no podíamos intervenir de la manera habitual en ese entorno, lo primero que hacía falta era agua, y en ese caso entró el equipo nuestro de aguas, de medio ambiente, y trazamos un proyecto muy bonito que partía desde la gota de agua que se ingiere, que después segregas y luego reciclas, y que se convierte -en este caso- en un sistema de lagunas naturales (…).
Si uno dispone en la mesa de todos esos profesionales que también proyectan contigo se convierte en materia de proyecto. Y uno puede hacerlo de una manera consciente, no solamente intuitiva, que sería lo que hacían nuestros antepasados.
“Si uno es capaz de entender la complejidad del entorno, puede también intervenir en él de una manera mucho más respetuosa y precisa”.
-En el contexto de crisis climática que estamos viviendo, ¿cómo ves que está el desarrollo de la industria de la construcción para enfrentar este problema, a nivel mundial y acá en Chile?, ¿se avanza tan rápido como se debiera?
Creo que todos somos muy conscientes de que la edificación es uno de los grandes productores de dióxido de carbono en el mundo. La industria de la edificación tiene mucho que decir y también tiene mucho positivo que hacer, claramente. Los últimos 10 o 15 años hay una conciencia global muy fuerte de eso y en Europa hay un avance muy grande en el camino de la mejora.
Yo diría que ahora mismo en Chile se empieza a ver esa conciencia, existe el conocimiento para hacerlo y se empieza a implantar. Todavía queda mucho por hacer, pero también en la experiencia que estamos teniendo hay un interés y hay una dirección, o sea, uno mira ahora por la ventana, estamos aquí en el centro de la ciudad, y después de las lluvias tan maravillosas que hemos tenido, a pesar de eso el smog lo tenemos aquí. Entonces, hay algo que hacer, y es algo que los propios arquitectos chilenos lo han dicho. Esa conciencia está, lo que sí es que empieza a ser apremiante y existe la tecnología para hacerlo. Ahora, quizá uno quiere que las cosas sean más rápidas; lo que yo siento es que ya hay un interés por hacerlo y aquellos que pueden ya están aportando en esa dirección. Yo soy positivo.
-Lo que se observa en la construcción es que se van integrando de a poco algunos elementos sostenibles, pero como algo parcializado, por ejemplo, eficiencia energética, techos verdes, muros verdes…
Creo que de manera natural, cuando llega algo nuevo, se adopta parcializado. Entonces, lo que hemos entendido de la sostenibilidad hasta ahora es incorporar gadgets a los edificios de tal manera que, a lo mejor me reducen la energía, pues por ejemplo, le pongo paneles solares al edificio (…), pero quizá eso es el primer paso. Desde mi punto de vista, es una ayuda pero se puede hacer mejor.
Si uno piensa el edificio no como un elemento que ya viene dado, al que le pongo gadgets, sino como algo que desde su esencia está diseñado para consumir menos y ser más responsable con el medio ambiente, entonces es desde el primer metro cúbico de hormigón que tú estás aportando en esa dirección. No es lo mismo pretender que un gato corra los 100 metros planos a que lo haga un guepardo; el guepardo ya viene preparado y corre muchísimo porque esencialmente su estructura está pensada para correr mucho. Es decir, por mucho que quieras entrenar a un gato no va a correr tanto como un guepardo. Eso es lo que pasa con un edificio que en su esencia es sustentable.
-¿El nuevo estadio de la UC tiene esa esencia sustentable? Has dicho que es un estadio del futuro, un modelo, y que se basa en 3 ejes: reutilizar, reciclar y diseñar de la forma más eficiente, ¿cómo es eso?
Desde el primer momento teníamos esa encomienda con el estadio y lo leímos en esa dirección. Estudiamos cuáles eran los vientos predominantes en la precordillera, cómo iban a pasar esos vientos a través del edificio, cómo era el soleamiento, qué es lo que teníamos y cómo lo podíamos aprovechar. Entonces, lo primero que dijimos es ‘el edificio que existe merece la pena, hay muchos metros cúbicos de hormigón ahí y el hormigón es uno de los grandes consumidores de dióxido de carbono en la edificación, si podemos utilizar todo ese hormigón, toda esa estructura que existe, ya estamos ganando una batalla’. El graderío bajo del estadio es muy bueno, está muy inclinado, tiene unas visuales magníficas y, estructuralmente, estaba en buenas condiciones, entonces mantuvimos todo ese graderío.
Ese graderío lo hemos limpiado y dijimos ‘oye, de eso que vamos a limpiar, ¿qué podemos reutilizar o reciclar? Ahí esencialmente teníamos el acero de la estructura que existía en la cubierta, de los marcadores, etc. que, junto con Aceros AZA, hemos pasado a convertirlo en chatarra y reutilizarlo. Solamente con ese acero reciclado se evitan en torno a 3.600 toneladas de dióxido de carbono equivalente emitido. (…) En el caso de los asientos, los vamos a triturar y convertir en asientos nuevos, de tal manera que la mayor parte del plástico que había en las butacas lo utilizamos otra vez.
Si uno reutiliza el hormigón, recicla todo el acero y casi todo el plástico, solamente con eso ya se ha ganado un montón.
Lo siguiente es que lo que uno diseñe nuevo sea coherente y gaste lo menos posible. Con eso, tenemos muchísimo ganado; si además lo implementas con medidas activas o semi activas que mejoran el rendimiento, pues vas a tener un edificio de un consumo muy bajo. Así, para el segundo graderío lo que hicimos fue utilizar materiales que se apropiaran del dióxido de carbono, utilizamos la madera. Esto es producto de una reflexión sobre los materiales que tenemos a mano en Chile, y la madera es un magnífico material chileno, así no tiene sentido importar materiales de otras partes del mundo cuando tienes un material magnífico y una industria que lo puede procesar y convertir en un material de calidad, como es la madera laminada -el glulam-. Lo segundo es hacer una estructura ligera: hicimos la estructura de la cubierta de madera y la fachada de madera, pues, cuanto más ligera fuera, menos estructura de hormigón necesitábamos hacer nueva debajo, y además en un país sísmico, pues más interesante. Y lo tercero, es usar estos elementos de tal manera que sombreen cuando tienen que sombrear y que permitan ventilar cuando tienen que ventilar, de tal modo que el aire pase a través de esta fachada, pero que impida que el sol entre y así el pasto consuma la menor cantidad de agua; que esté lo mejor ventilado posible y además la gente esté fresca cuando tiene que estar fresca y reciba el sol cuando lo tiene que recibir y no le deslumbre.
-Junto con lo que me has contado, ¿el estadio incluye sistemas de reutilización de agua, paneles solares, u otros elementos puedes mencionar?
Claro, hay elementos que incrementan este efecto que te mencionaba. La cubierta está diseñada para llevar paneles solares, una gran cantidad de ellos. Respecto al agua, se pensó muy bien en cómo gestionarlas. Se va a captar toda el agua que cae en la cubierta y en el terreno de juego, se va a almacenar y reciclar para poder generar un ciclo de reutilización del agua.
Además, el agua que se use, aquella que no esté contaminada, también se va a reutilizar; hay un sistema de red separativa de aguas, que permite que las que no vamos a poder reciclar, pues desecharlas, y las que podemos reciclar, mantenerlas.
“Cuando se piensa el edificio no como un elemento que ya viene dado, al que le pongo gadgets, sino como algo que desde su esencia está diseñado para consumir menos y ser más responsable con el medio ambiente, entonces es desde el primer metro cúbico de hormigón que tú estás aportando en esa dirección”.
-Mencionaste el tema del pasto, ¿ya definieron cómo va a ser?
El directorio está en ello. De lo que estoy seguro es que va a ser coherente con todo lo que estamos haciendo.
-¿La cancha va a tener alguna tecnología especial, por ejemplo, para captar el agua?
Sí, está contemplada una tecnología de drenaje de última generación de tal manera que toda el agua, tanto de riego como de lluvia, se va a canalizar. No se va a perder ni una gota de agua.
-¿Cómo están haciendo el reciclaje de las butacas, con qué empresa?
Hay una empresa -creo que no hemos hecho público el nombre- que ya recogió todos los asientos, los ha triturado para hacer chips, que va a utilizar inyectándolos en los nuevos asientos, que tienen un diseño más moderno, que actualizamos en conjunto con esta empresa.
Esto me lleva a otro aspecto muy interesante también, que para hacer estos proyectos la industria tiene que participar. Ahí tenemos estas operaciones de carácter circular, como por ejemplo el hecho de que recojamos el acero, lo reciclemos y lo volvamos a utilizar, tiene que venir acompañado de la participación de la industria; creo que hay una reflexión también de economía circular en este tipo de operaciones.
En ese caso del acero, todo el que había se ha llevado a reutilizar. Son más de 2.100 toneladas de acero reciclado destinado a las estructuras soportantes del edificio, principalmente en las enfierraduras de la construcción del nuevo estadio; lógicamente tiene que haber una aportación de material nuevo, pero el reciclaje repercute en un porcentaje considerablemente grande.
-Con eso también se reduce la generación de residuos…
La producción de residuos ha sido muy limitada. Si tenemos en cuenta que la mayor parte del volumen de material estaba contenido en hormigón y en acero (…) puedo asegurar que una gran parte del volumen de los materiales se ha reutilizado, y esto es fundamental, es coherente.
-Para el estadio también han considerado la afectación del entorno ¿Cómo van a reducir la contaminación lumínica y por ruido?
Efectivamente, hay dimensiones que trascienden los números y la parte energética. Algo de lo que estábamos conscientes desde el principio es el entorno especial en el que está implantado el estadio, así que lo que hicimos básicamente fue intentar que la percepción de la escala del edificio fuera muy sutil. El edificio, en su parte baja es prácticamente lo que existía, con una ampliación hacia la tribuna Sergio Livingstone, y la parte superior va a ser como un filtro de madera. La fachada de madera divide una pieza que podría haber resultado aparentemente grande, en dos: una muy sencilla de madera y la de hormigón que queda prácticamente enterrada. Es un edificio cálido, que no va a resultar extraño para la comunidad, y se va a integrar bien en el entorno.
Por otra parte, como se trata de un edificio donde se hacen eventos, buscamos contener ese efecto de modo que sea lo más respetuoso tanto con la fauna y la flora, como con los usuarios del vecindario. En este punto la iluminación es un elemento muy importante. Históricamente en los estadios se ha producido desde arriba, en grandes torres, y eso lo que hace es que se ilumina también el entorno próximo. Aquí no, aquí la iluminación va a producirse desde el interior de la cubierta y va a estar contenida. En eso, los grandes pensadores de este tema han estado muy preocupados de que los animalitos y los bichitos de la zona no estén iluminados durante la noche, porque eso los estresa.
Por otro lado, la fachada de madera tiene unos sistemas de cerramiento de protección acústica, además del propio efecto de la cubierta de madera, que van a contener el sonido en el interior del estadio. Eso genera un efecto en términos deportivos muy interesante porque incrementa la presión acústica sobre el equipo contrario, pero ese mismo efecto está protegiendo el exterior.
“Para hacer estos proyectos la industria tiene que participar. Ahí tenemos estas operaciones de carácter circular, como por ejemplo el hecho de que recojamos el acero, lo reciclemos y lo volvamos a utilizar, tiene que venir acompañado de la participación de la industria”.
-Sobre ese tema de que la percepción de la escala del edificio sea sutil, hay un proyecto de IDOM, la Bodega Beronia (en La Rioja, España), que prácticamente es subterránea, ¿cómo se llega a ese diseño?
La Bodega Beronia fue un proyecto muy interesante y con un cliente también muy valiente. Una de las cosas que comentamos siempre es que para hacer estos proyectos es indispensable que el cliente esté dispuesto a confiar y a hacer una apuesta en algo que es novedoso. Una vez que está construido parece evidente, pero antes hay que tener esa visión. Es lo que ocurre con el directorio de Cruzados, y es lo que nos ocurrió con el equipo directivo de la bodega. Ahí también fue un concurso, con un planteamiento muy potente: hacer una bodega que no pasara de moda, que fuera sustentable y tuviera la última tecnología en vinificación.
En el concurso hubo una propuesta con una bodega que sobresalía por encima del viñedo y que era un icono, que tenía mucha visibilidad desde fuera. En cambio, nosotros pensamos que lo único que no pasaba de moda era el paisaje, así que nuestra apuesta fue hacer desaparecer la bodega. [Aprovechando las características del terreno se hicieron las bodegas bajo tierra y se usó un sistema de pozos de geotermia para mantener la temperatura ideal para el vino, en vez de usar aire acondicionado]
-Además de tener un cliente que esté dispuesto a innovar, ¿cuánto influyen otros factores, como las normativas y el desarrollo de materiales para hacer una construcción más sustentable?
Influye muchísimo, la normativa y los materiales son temas clave. En cuanto a los materiales, creo que es la industria la que más nos aporta y la sensibilidad del momento en que estamos ayuda mucho a que la industria se embarque en desarrollos que van a favor de la sostenibilidad.
En cuanto a la legislación, suele ir un poco por detrás cuando uno está innovando. De hecho, en el caso de la Bodega Beronia, una de las cosas que más nos costó fue obtener una certificación energética muy popular porque no había ninguna bodega en el mundo que la tuviera; la certificación exigía que se contrastaran los datos con edificios anteriores, pero no había ninguna bodega que hubiera hecho eso anteriormente. Fue verdaderamente complicado (…) Pero eso nos llevó a ser la primera bodega con esta certificación energética en el mundo.
El hecho de estar en punta de lanza exige un esfuerzo en demostrar resultados. Hay legislaciones muy antiguas, por ejemplo en Chile hay una que me llama mucho la atención, que tiene que ver con las ventanas para los hospitales (…) es una legislación que está basada en garantizar que entre el sol. Es un aspecto muy positivo, pero puede llevar a situaciones ridículas; la legislación necesita actualizarse con las tecnologías nuevas, pues uno puede hacer llegar el sol y no necesariamente a través de una ventana, puede hacerlo a través de un patio, o a través de cualquier otro tipo de operación que la tecnología permita.
Por eso, cuando digo que el nuevo estadio de la Católica es un modelo, es en el sentido de que va a empujar, va a hacer visibles cuestiones que luego se recogerán seguramente en la legislación y que van a ayudar a todos los demás.
-¿Qué otros proyectos tienen en Chile, hay algunos con el mismo énfasis en sustentabilidad?
Nosotros tenemos siempre ese énfasis, pero claro, cuanto más interés tiene el cliente y más visión de futuro tiene pues, puedes poner más énfasis en ese aspecto porque, lógicamente, un edificio más sustentable también tiene a largo plazo un retorno mayor. Quizá haces una inversión un poquito más grande, inicialmente, pero a largo plazo es un edificio más fácil de mantener. Ahora mismo en Chile, en el área de arquitectura, estamos haciendo bastantes proyectos. De carácter público tenemos tres hospitales completos, y tres hospitales en los que solamente hacemos una aportación en las especialidades; en el área hospitalaria también tenemos algunos clientes privados. (…) En el caso de los hospitales hay un buen empuje por parte del gobierno en la incorporación de la sostenibilidad y eso se agradece; está acotado por la condición presupuestaria, pero hay un interés y lo hemos podido incorporar y eso es muy positivo. Creo que este aspecto es remarcable, no es tan innovador, pero cumple con las condiciones que creemos que deben tener los edificios contemporáneos de sostenibilidad. (…) Exigen cumplir unos criterios de sostenibilidad considerablemente actuales, tanto en las envolventes en carácter térmico de los edificios, tienen que estar bien aislados, con unas condiciones de relación de vidrio envolvente que tienen que estar bien medidas para que el edificio no consuma mucho. Además, en términos de consumo energético global, se exige hacer un análisis energético conjunto del edificio y además, algo que me parece muy interesante, es que en el proceso de uso del edificio se verifique que eso que se ha diseñado se está cumpliendo.
En Chile también hemos estado trabajando con Metro y Ferrocarriles; hicimos la Línea 6, ahora estamos haciendo algunas aportaciones en otras líneas, y en tema de ferrocarriles también estamos muy interesados, hemos hecho algún trabajo con EFE y esperamos seguir aportando.
-A modo de resumen, ¿cómo ves a Chile en cuanto a construcción sustentable?
Creo que hay una conciencia amplia de la relevancia que tiene la construcción sostenible. Creo que existe la industria para llevarlo a cabo, que hay una serie de agentes del conjunto de la industria y de clientes que están interesados en ello y que apuestan por ello. Me parece que ya se ve el beneficio positivo que repercute no solo para la sociedad y para el medio ambiente, sino incluso el económico, en hacer una inversión mayor en un edificio más sostenible y que eso repercute positivo, y también creo que queda mucho por hacer. Uno ve el panorama construido y se da cuenta que queda mucho por hacer, pero como yo soy muy positivo creo que vamos a poder participar en ello y que hay un recorrido maravilloso que hacer los próximos años. Creo que determinados edificios, como por ejemplo el estadio, son una punta de lanza que van a marcar el camino hacia los siguientes pasos.