Rudimenta: vermicomposteras de plástico reciclado en tiempos de pandemia
El emprendedor Rodolfo Campos ofrece estos productos para aprender a compostar residuos orgánicos desde los confinamientos. Cuenta con dos tipos de vermicomposteras, pero adicionalmente vende un acondicionador de PH, el cual permite que se puedan ingresar otra clase de residuos -como los cítricos- al proceso. En la emergencia sanitaria por el COVID-19, dice Campos, reciclar los desechos orgánicos se vuelve urgente, por cuando la mitad de la basura generada por los chilenos corresponde a este tipo de residuos.
No separar los residuos orgánicos cuando hay una medida precautoria como una cuarentena por pandemia puede traer consecuencias sanitarias en el propio hogar. Antes de que se detectara el primer caso de COVID-19 en Chile, sin embargo, el emprendedor Rodolfo Campos tenía plena conciencia de la necesidad de ofrecer vermicomposteras (con lombrices) para implementar estos procesos de reciclaje dentro de las propias casas o departamentos.
Hace seis meses, Campos fundó Rudimenta Organics, sin pensar quizás que sus servicios cobrarían vital importancia en tiempos de pandemia. Esto porque las personas han aumentado la producción de sus residuos orgánicos en sus respectivos encierros, algo coherente con la mayor disposición a cocinar.
Rudimenta ofrece dos tipos de vermicomposteras para espacios reducidos, cuyo sello distintivo radica en su materialidad: son de plástico reciclado. “Las vermicomposteras son de origen australiano, pero en 2020 pretendemos fabricarlas en plástico reciclado acá en Chile”, cuenta Campos.
La vermicompostera llamada Rudimenta 1 es rectangular, permite echar entre cuatro a seis kilos de residuos a la semana y tiene una capacidad de 77 litros, 20 más que la Rudimenta 2. Son casi similares, pero, agrega Campos, “la Rudimenta 2 se usa también en los jardines infantiles, ya que es redonda y todos los niños se pueden mirar a la cara. Es más educativa que la otra y la manera más efectiva de enseñarle a los niños a reciclar sus residuos orgánicos”.
La novedad del servicio es que incluye un acondicionador de PH, que permite, según consigna la página web www.rudimenta.cl, “neutralizar la acidez y equilibrar los niveles de PH para que las lombrices puedan digerir grandes cantidades de residuos de alimentos más rápido”. En esa línea, Campos asegura que a la vermicompostera se pueden introducir, por ejemplo, restos de frutas cítricas porque el mismo regulador de PH lo equilibra, pero “tampoco es llegar y echar como loco cítricos”, aclara él.
“Si hacemos el proceso bien, no habrá mal olor, sino olor a bosque, a tierra de hojas. Será lo mismo que caminar por un bosque en el que cayeron hojas y se reciclan de forma natural. Acá es lo mismo, pero desde nuestras casas”.
Según agrega el sitio digital, el fertilizante está “hecho de una mezcla especialmente seleccionada de minerales naturales” y “ayuda a las bacterias a preservar los nutrientes esenciales y aumenta la disponibilidad de nutrientes para las plantas”. Asimismo, “reduce los olores y las plagas”.
Si bien ambas composteras se venden por separado, la empresa ofrece su “combo estrella”, que consiste en un pack de una compostera más otros productos asociados. Ese kit involucra, además de la vermicompostera 1, un núcleo de lombrices, bloque de fibra de coco, el estabilizador de PH mencionado, la manta de fibra orgánica para control de temperatura, el manual online y la asesoría online.
“Nuestras vermicomposteras duran más tiempo que las de madera”, asegura el empresario, para quien es clave reciclar los residuos orgánicos pues éstos comprenden la mitad de los desechos que van a parar a la basura en los vertederos de Chile.
“La única manera de reciclar residuos orgánicos es desde los departamentos o las casas, porque los cartones y plásticos hay que llevarlos a puntos limpios, y están cerrados hoy por el coronavirus”, detalla Campos.
Según él, reciclar a través de estas vermicomposteras de plástico “es más fácil de lo que uno cree”. Campos dice que lo principal es introducir comida todos los días, y que hay cuatro factores clave para el éxito del trabajo de las lombrices: humedad, temperatura, acidez y aireación. Si esto se cumple, el proceso será fructífero, asegura. No conforme con ello, Campos ha aprovechado la pandemia para reforzar los contenidos de su sitio web y enseñar a compostar desde las casas.
“Si hacemos el proceso bien, no habrá mal olor, sino olor a bosque, a tierra de hojas. Será lo mismo que caminar por un bosque en el que cayeron hojas y se reciclan de forma natural. Acá es lo mismo, pero desde nuestras casas”, explica él.
Al compostar los residuos se produce un bioabono que sirve obviamente para fertilizar cualquier jardín y también un lixiviado con grandes nutrientes, el cual “se debe mezclar con agua porque puede dañar a las plantas”. Si no existe jardín en el departamento, el emprendedor recomienda buscar un área verde dentro del edificio para regalar el bioabono y líquido resultante. “Hay que devolverle los nutrientes a la tierra”, precisa.
“Hay que pensar que los volúmenes de los residuos orgánicos disminuyen entre un 90 y 95 por ciento. Que 100 kilos de residuos quedan convertidos en 5 kilos de vermicompost. Esto trae beneficios ambientales y económicos. Porque los vertederos van a mover la mitad de la basura que se arroja, y los camiones gastarán la mitad de la bencina que normalmente ocupan”, cierra Campos