El próximo 6 de julio, todos los puntos limpios de Providencia se cerrarán definitivamente tras cerca de 15 años de funcionamiento, en una comuna que ha actuado como una especie de laboratorio de prototipos de sistemas de reciclaje en Santiago por sus características: tiene una población y densidad que lo hace posible; y es una comuna pequeña que es de paso, pero también de servicios y residencia. Se trata de una decisión que ya se venía analizando desde hace un tiempo en el municipio, pero que la crisis sanitaria causada por la pandemia de coronavirus terminó por acelerar.
Hoy Providencia es una de las pocas comunas de la región con sus 14 puntos limpios operativos, las 24 horas del día, pero la crisis sanitaria ha terminado por transformarlos en un punto de riesgo tanto para los vecinos como para los encargados de su gestión, ante la permanencia del virus por largo tiempo en algunos de los materiales de los envases. A esto se suma que en el municipio ya existía el convencimiento de que los puntos no sirven porque son altamente ineficientes.
Actualmente, solo es posible recuperar entre un 60% y un 80% de los materiales que los vecinos dejan en los puntos limpios, lo que implica que entre un 40% y un 20% no sirve para el reciclaje porque no cumple estándares de calidad o limpieza y termina convertido en descarte, y finalmente en basura. A estos puntos limpios termina llegando de todo, incluida basura, lo que demuestra que aún queda un largo camino de educación en esta materia.
A esto se suma un segundo factor, y es que muchas de estas instalaciones se ubican en las plazas y parques de la comuna, lo que les termina impactando de manera negativa ya cada uno que recibe, en promedio, cerca de 200 kilos diarios de residuos.
“Esto permite devolver los parques y plazas a los vecinos, que sabemos que hoy no las están usando. En Providencia son los patios de las personas que viven en edificios, que son el 90% de los vecinos, y visualmente también los puntos de reciclaje en la vía pública causan bastantes problemas debido a que siempre están colapsados. Esos espacios van a quedar como si nunca hubiesen existido puntos de reciclaje”, explica Paloma Valenzuela, jefa del Departamento de Medio Ambiente de Providencia.
Y hubo también otro aspecto asociado a la pandemia, además del sanitario, que apuró la decisión: el económico. La cuarentena y paralización de una serie de actividades económicas ha hecho también que los ingresos permanentes de las comunas -entre ellos permisos comerciales y de circulación vehicular, por ejemplo- también hayan disminuido, pero pese a ello no es posible disminuir la frecuencia de retiro de residuos desde los puntos limpios porque sigue llegando material.
Esta suma de factores terminó por ponerle el punto final a la existencia de los puntos limpios de Providencia, y se optó por un formato nuevo de recolección de residuos, a través de un punto limpio móvil que se ubicará periódicamente en distintos sectores de la comuna. Pero también hay otro elemento que incidió en la decisión: el éxito que ha tenido el trabajo del programa piloto “Mi Barrio Recicla”.