Desde hace varios años, Enel viene trabajando en una visión sobre las ciudades circulares, las que incluso plasmaron en un position paper presentado a fines de 2020, donde se define una estrategia sobre cómo construir la ciudad circular del futuro y el rol que en ello tendrán cada uno de los actores involucrados. Parte de esa mirada es la que entregará este jueves Luca Meini, Head of Circular Economy de Enel Holding, durante la realización del seminario internacional “Transformación digital para las ciudades circulares, Iquique 2021”, el que se extenderá desde hoy hasta el viernes.
En esta entrevista, Meini analiza los desafíos y oportunidades de esta transición, y profundiza en lo que desde Enel entienden hoy como las ciudades circulares. “Básicamente -afirma- nos referimos a una visión de ciudad en la que se repiensan los flujos de materia y energía y el uso de bienes en una perspectiva de economía circular, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y generar impacto en el planeta. En concreto, esto se consigue a través de una visión global del contexto urbano, de los objetivos no solo económicos sino también medioambientales y sociales, una gobernanza abierta y las oportunidades que posibilitan las nuevas tecnologías como la movilidad eléctrica, la digitalización renovable, etc”.
Suena lógico que desde Enel se potencie la transformación digital, la electrificación, la electromovilidad, tecnologías sostenibles que son al mismo tiempo intensas en el uso de energía. Pero hay también una visión más completa y compleja, la de impulsar las ciudades circulares. ¿Por qué decidieron dar este paso?
Un desafío complejo como el de transformar una ciudad requiere inevitablemente la colaboración de numerosos actores: instituciones, ciudadanos, asociaciones, empresas, etc. Enel, con sus negocios, ya contribuye a la transición, pero hemos decidido contribuir en términos más amplios al intercambio de ideas fomentando la discusión y la elaboración en términos más amplios en torno a este concepto. Desde este punto de vista, Enel se encuentra en una situación única tanto por su largo compromiso con el tema de la transición y la economía circular, como por el tipo de negocio que nos obliga a tratar siempre con todos los actores y por tanto tener el rol de agregador.
¿Cómo ha afectado -o impulsado- la pandemia por Covid-19 a estos objetivos?
La pandemia ha acelerado aún más la conciencia de la necesidad de esta transición, tanto en términos generales hacia un modelo económico sostenible como más específicamente en el contexto urbano. La pandemia ha puesto en tela de juicio el papel mismo de la ciudad, como ha sucedido en otras ocasiones en el pasado. La posibilidad de que muchos trabajen de forma remota, la movilidad limitada, las restricciones de salud, han llevado a un replanteamiento enérgico de un modelo urbano ya insatisfactorio, y han acelerado la discusión sobre cómo repensar las ciudades para que puedan ofrecer oportunidades y calidad de vida de manera efectiva para todos. Además de ser ambientalmente sostenibles.
Han planteado que la economía circular puede mejorar la competitividad de las ciudades, darles una mayor prosperidad económica y social ¿Qué pasos se deben dar para ello, cómo hacerlo?
La idea de hacer un mayor uso de las actividades, de la energía y del material puede ofrecer mejores oportunidades. Estoy pensando, por ejemplo, en compartir coche, reutilizar, compartir espacios, etc. Además, un modelo económico basado en reparaciones, mantenimiento y servicios puede crear nuevas oportunidades y favorecer las cadenas de suministro locales. Para ello, sin duda se necesita una visión a mediano plazo que movilice todos los recursos y partes interesadas en un camino claro y compartido: las tecnologías ya están disponibles, necesitamos acelerar en otros frentes.
Para alcanzar los objetivos de la economía circular se requiere de la colaboración entre actores. Le quiero poner un ejemplo de otro ámbito: se abrió una discusión a sobre si liberar o no las patentes de las vacunas para acelerar su producción -e inoculación- a nivel global, sobre todo en los países menos desarrollados. ¿Es posible un camino similar para acelerar la transición hacia las ciudades circulares, como impulsar la transferencia de tecnología, la cooperación abierta, por ejemplo?
En cuanto a las ciudades circulares, no creo que sea necesariamente algo que nace en los países más ricos y luego pasa a los más pobres. Se trata de la transformación de un modelo que puede tener lugar en cualquier contexto. Si en Europa hay ejemplos como Amsterdam o París, en América Latina Bogotá es sin duda un ejemplo importante. También en términos tecnológicos, Santiago y Bogotá con una flota total de alrededor de mil autobuses eléctricos son un referente mundial. También en lo que respecta a Enel, Latinoamérica es un laboratorio fundamental para nosotros.