Los proyectos del Fondo para el Reciclaje que pretenden sacar a Chiloé de la alerta sanitaria
La segunda versión del Fondo para el Reciclaje contó con una postulación especial para municipios de la provincia de Chiloé, debido a la crisis de la basura desatada en la ciudad de Ancud en abril del año pasado, que derivó en la declaración de alerta sanitaria para la isla. Seis comunas del archipiélago fueron beneficiadas con una suma de 330 millones de pesos para financiar distintos proyectos de reciclaje: algunos siguen operativos y otros debieron tomarse una pausa a causa del coronavirus. Si bien la prioridad fue Chiloé, también hubo proyectos favorecidos en otras zonas del país , como San Antonio, Valdivia y Peñalolén.
El 12 de abril de 2019 las calles de Ancud amanecieron repletas de bolsas de basura por todos sus rincones. Situado en el sector de Huicha, el vertedero municipal había llegado al límite de su capacidad, por lo que la ciudad sufrió un colapso sanitario. Las autoridades tomaron cartas en el asunto y declararon alerta sanitaria para la provincia de Chiloé. El documento apareció publicado un día después del suceso en el Diario Oficial. El 31 de diciembre de 2019 dicha alerta sanitaria se prolongó hasta junio de 2020.
La crisis de la basura desatada en Ancud, extensiva hacia toda la superficie de la isla, obligó a las autoridades sanitarias a adoptar medidas para trasladar los desechos. Dictada la medida, los residuos municipales fueron llevados hasta el vertedero particular Aconser, ubicado en el sector de Mocopulli, en la comuna de Dalcahue.
A raíz de la situación especial que atravesó la isla, el Fondo para el Reciclaje del Ministerio de Medio Ambiente decidió abrir en su segunda versión en 2019 una postulación especial solo para comunas de Chiloé. Este fondo nació como un mecanismo de apoyo a la Ley REP dirigido a municipios y asociaciones de municipios, y su finalidad es promover hábitos más sustentables en la gestión de residuos. En 2018, año de la primera edición, el Fondo benefició a 33 municipalidades y asociaciones de municipalidades, la mayoría de ellas de la Región Metropolitana, por un total de 359 millones de pesos.
En tanto, los resultados de las postulaciones al Fondo 2019 en la glosa especial para Chiloé fueron publicados en el Acta de Admisibilidad de las Propuestas, dada a conocer el 1 de julio de aquel año. De 10 propuestas enviadas, el comité a cargo de la revisión declaró admisibles a nueve municipios. Sin embargo, siete recibieron finalmente los recursos del fondo por un total de 330 millones de pesos: Ancud ($110 millones), Quinchao, Quemchi, Dalcahue, Quellón ($45 millones cada uno), Curaco de Vélez y Puqueldón ($20 millones cada uno).
Dentro de la misma postulación 2019, también fueron favorecidas otras seis comunas del país, sin contar Chiloé: Valdivia ($159 millones), Puente Alto ($162 millones), Peñalolén ($155 millones), San Antonio ($6 millones), El Monte y Maipú ($10 millones cada uno). El total del monto destinado a las comunas extra Chiloé fue, por lo tanto, de 502 millones de pesos.
En principio, las platas serían destinadas a la adquisición de 320 composteras y kits de reciclaje para ser repartidas entre los vecinos de Ancud. No obstante, una empresa ofertó el doble de composteras y se entregarán muchas más de las que se presumían: 640.
El detalle de los proyectos: Ancud Composta
El llamado de la postulación dirigida al archipiélago buscaba “financiar proyectos, basados en la economía circular, los cuales deben ser enmarcados en la valorización de residuos sólidos domiciliarios y asimilables a domiciliarios, generados en la Provincia de Chiloé. Esto debe traducirse en pilotos de recolección selectiva y/o valorización de residuos, orgánicos e inorgánicos, a través de la reutilización, reciclaje y compostaje, entre otros”, según consta en las bases del Fondo.
Ancud fue el municipio con el proyecto más grande de toda la provincia: 110 millones de pesos. La mayor asignación de dineros obedece obviamente a que fue la comuna que sufrió un colapso sanitario en abril de 2019. Casi la totalidad del fondo se ocupó para adquirir composteras, en el marco del programa municipal Ancud Composta, el que ahora solo se ocupaba de capacitaciones en reciclaje para los habitantes de la ciudad.
En principio, las platas serían destinadas a la adquisición de 320 composteras y kits de reciclaje para ser repartidas entre los vecinos de Ancud. No obstante, una empresa ofertó el doble de composteras y se entregarán muchas más de las que se presumían: 640. El pasado 27 de abril, la Municipalidad de Ancud anunció en su cuenta de Facebook la recepción de las composteras adjudicadas y los plazos. De acuerdo a la publicación, las composteras y kits se entregarán “en una primera etapa a 340 familias y, posteriormente, otras 300 del sector urbano”.
“Estos recursos contribuye bastante a paliar la crisis de la basura que tenemos en Ancud. Esto responde a una política municipal que tiene la finalidad de reducir los residuos sólidos domiciliarios orgánicos, pero también estamos enfocados en el reciclaje de aceites, cartones y plásticos”, dice a País Circular el alcalde de Ancud, Carlos Gómez.
Según complementa Alfredo Caro, encargado de Medio Ambiente del municipio, el proyecto irá en ayuda de vecinos y vecinas del sector urbano de Ancud, y de las localidades rurales de Quetalmahue y Chacao, “Además de eso están contemplados kits de reciclaje y composteras para 42 establecimientos educacionales”, explica Caro. Esa entrega está en receso debido al anuncio de la suspensión de clases a causa de la pandemia del coronavirus.
De aquí en más, las familias deberán enviar sus antecedentes a un proceso de postulación para adquirir las composteras. “Es importante haber puesto en el tapete la forma en que se depositan los residuos domiciliarios. Muchas comunas están depositando sus residuos en vertederos que ni siquiera tienen resolución sanitaria. Si queremos transformarnos en una provincia atractiva turísticamente, que lo somos, deberíamos partir por gestionar mejor nuestros residuos”, agrega el alcalde Carlos Gómez.
Mientras dura la pandemia, complementa Alfredo Caro, el municipio estará abocado a brindar asesorías técnicas durante 12 meses a todas las viviendas y establecimientos educativos. En el caso de estos últimos, la municipalidad les está dictando capacitaciones online al respecto a los docentes. De manera que cuando la comunidad escolar vuelva a clases “esté todo instalado y con ellos listos para abordar esta nueva etapa de manejo de residuos”, agrega el encargado de Medioambiente comunal.
Según el alcalde Gómez, es muy oportuno que otras comunas chilotas hayan postulado al Fondo para el Reciclaje 2019, ya que se necesita involucrar a toda la provincia en subsanar el problema. El jefe comunal asegura que la crisis de la basura está controlada, en tanto todos los residuos de Ancud están siendo depositados en el relleno sanitario -único en la isla- que entró en operación en enero pasado en el sector de Punta El Roble, y cuya instalación contó con la férrea oposición de las comunidades.
“Ya tenemos nuestro propio relleno sanitario. Tenemos la resolución sanitaria que nos entrega la Seremi de Salud. Está terminado, falta el proceso de la vía solamente. Este proyecto tuvo el rechazo de la comunidad, efectivamente. Ellos presentaron un recurso de protección que siguen en trámite. Se solicitó un informe al municipio, a la seremi de Salud, seremi de Medio Ambiente y Gobierno Regional”, revela Gómez.
“Cada municipio puede entrar a la economía circular a través de un centro de acopio provincial, y que todos esos residuos se puedan destinar a reutilización. En Chiloé hay muy pocas empresas valorizadoras, y las que hay están lejos de Chiloé: Santiago, Concepción, pocas en Puerto Montt. Eso es un cuello de botella para el esfuerzo que podamos hacer en las comunas. Uno puede acumular mucho vidrio, pero ¿y si no hay quien lo reciba o reutilice? Hay que esperar que venga un proveedor que lo reutilice, y no tirarlo a un basural”.
La propuesta de Dalcahue: un centro de acopio provincial
La comuna de Dalcahue se adjudicó 45 millones de pesos del Fondo para el Reciclaje. La propuesta ganadora fue postulada con el nombre “Proyecto Piloto para determinar el modelo de gestión en la recolección segregada de residuos sólidos domiciliarios valorizables, orgánicos e inorgánicos, usando la técnica puerta a puerta”, según consta en el acta de los proyectos triunfadores.
“Puntualmente este proyecto consiste en mejorar el sistema que tenemos a nivel comunal en cuanto a la separación de origen. Dentro de él considera capacitación y concientización para la comunidad, mejorar un galpón que tenemos, además de chipeadores y prensa. Es para fortalecer una iniciativa que estamos llevando a cabo con recursos de la municipalidad”, cuenta el alcalde de Dalcahue, Juan Hijerra.
Los recursos llegaron de manera muy oportuna a las arcas municipales, ya que fue una de las comunas más impactadas tras el colapso sanitario de Ancud. Durante nueve meses, desde la declaración de alerta sanitaria, los desechos de esta última comuna fueron a parar a un vertedero industrial de un particular, situado en el sector de Mocopulli, comuna de Dalcahue. De manera que, según el alcalde Hijerra, se hace muy necesario emprender proyectos de reciclaje para corregir el comportamiento de los vecinos y vecinas.
“Por suerte Ancud tiene hoy un relleno sanitario y nosotros obtuvimos recursos frescos (56 millones de pesos) para regularizar nuestro vertedero municipal. Eso sí, hay que pensar en soluciones más sustentables. Acá en su momento hubo en nuestra comuna 7 vertederos ilegales, fruto de los desechos de la acuicultura, pero hemos logrado con la comunidad algunos recursos de protección para exigirles a las empresas que cumplan con las normativas”, se explaya Hijerra.
Así y todo, la propuesta de la Municipalidad de Dalcahue escapa al ámbito de lo comunal: quieren una solución a nivel provincial. En virtud de ello, el alcalde Hijerra ha establecido conversaciones con las autoridades regionales y provinciales con el objetivo de implementar a futuro un centro de acopio provincial. “Le hemos planteado al Gobierno Regional que los esfuerzos que estamos haciendo las comunas de Chiloé pueda plasmarse en un proyecto provincial”, dice.
La idea, añade Hijerra, es que “cada municipio pueda entrar a la economía circular a través de un centro de acopio provincial, y que todos esos residuos se puedan destinar a reutilización. En Chiloé hay muy pocas empresas valorizadoras, y las que hay están lejos de Chiloé: Santiago, Concepción pocas en Puerto Montt. Eso es un cuello de botella para el esfuerzo que podamos hacer en las comunas. Uno puede acumular mucho vidrio, pero ¿y si no hay quien lo reciba o reutilice? Hay que esperar que venga un proveedor que lo reutilice, y no tirarlo a un basural. Ojalá las autoridades logren interesar a emprendedores, de tal modo que el volumen que se junte sea atractivo para estos últimos”.
“Cualquier recurso fresco que llegue al municipio obviamente es de mucha utilidad”, reconoce Hijerra, para quien estas platas del Fondo para el Reciclaje del MMA llegan a complementar otro fondo obtenido con Luxemburgo. Este fondo, que también está en la glosa de reciclaje, “viene a fortalecer el recurso fresco que llegó del MMA, y va orientado a la concientización y al trabajo comunitario. La idea es copiar lo que ha hecho Luxemburgo, que es un ejemplo en esto”.
Debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19, sin embargo, dichas capacitaciones han tenido que moverse hacia la virtualidad. “Es un desafío entregar mi primera cuenta pública de forma remota”, acota Hijerra, quien es muy crítico con la gestión del Gobierno en el combate a la pandemia.
“A mí me preocupa como autoridad de que se ha instalado una sensación errada de triunfo. Como que el país ha triunfado sobre el virus y que lo tenemos controlado. Eso puede ser un grave error. Lo veo en Chiloé: la gente se ha ido relajando, hacer su vida normal, sin ninguna medida de protección. Me preocupa aún cuando se insiste en retomar las clases. Se comenzó a bajar la guardia: no vaya a ser que esas medidas sean erradas y tengamos que lamentarlas”, detalla el alcalde de Dalcahue, si bien admite que la situación de Chiloé en la mitigación de la pandemia es más halagüeña que en Temuco o Punta Arenas, por ejemplo, debido a la misma condición geográfica de la isla y al cordón sanitario establecido en Chacao, puerta de entrada por el norte a territorio insular.
Quemchi y Quinchao, a paso lento
Tanto Quemchi como Quinchao recibieron 45 millones cada uno para poner en marcha sus respectivos proyectos. En el caso de la comuna más al norte de Chiloé, el proyecto se llama “Porque es responsabilidad de todos, Quemchi Recicla (Reduce, Reutiliza y Recicla”, y consiste básicamente, en palabras de su alcalde Gustavo Lobos, “en instalar puntos verdes en el sector urbano de Quemchi y también en las islas pequeñas rurales que comprenden la comuna”.
Según Lobos, el proceso de implementación del proyecto ha sido lento, ya que “los recursos nos llegaron recién en enero”. De todas maneras, la entrega de puntos verdes para la comuna es una gran novedad, por cuanto antes no había. “También habilitamos un ex gimnasio que tenía problemas, donde estamos acopiando todo lo que llega. Tenemos a gente trabajando ahí para hacer el traslado del plástico y el plumavit sobre todo”, especifica la máxima autoridad local.
Como suele suceder por efectos del coronavirus, las capacitaciones que también involucraba el proyecto están paralizadas para los escolares. “Creo que los frutos se van a ver en un tiempo más”, dice Lobos, quien explica que el proyecto tiene varias líneas, y que le permitió incorporar a una persona con magíster en medioambiente en esa tarea de fomento al reciclaje comunal.
Para el alcalde, el problema central pasa por que “la gente tiene errados los conceptos entre vertedero y relleno sanitario”. Dice que desde la década del 90 él visualizaba el colapso de la basura que tendría la isla. Afortunadamente, dice él, los movimientos sociales provocaron una mayor conciencia respecto de este tema. En ese sentido, Lobos dice que es muy importante que la comuna de Quemchi cuente con su propio relleno sanitario para amortiguar la situación.
Por su parte, el alcalde de Quinchao, Washington Ulloa, explica que el proyecto “Quinchao gestiona sus residuos y fomenta el reciclaje” consistía en proporcionar kits de compostaje a 134 familias de la Villa Bosque Verde, un sector habitacional de Achao. Además, pretendía entregar puntos verdes en islas pequeñas que componen la comuna, tales como Alao, Apiao, Caguach y Chaulinec. La comuna de Quinchao abarca casi toda la isla homónima, salvo la zona de Curaco de Vélez.
Sin embargo, la irrupción de la pandemia cambió los planes, y el municipio optó por darle prioridad a la contención del mal. “Decidimos bajar un poco el trabajo que estábamos haciendo por el proyecto. Habíamos empezado por capacitaciones, ya que nuestro territorio comprende muchas islas, pero hemos bajado el pie del acelerador y hemos velado por la contingencia.
“También habilitamos un ex gimnasio que tenía problemas, donde estamos acopiando todo lo que llega. Tenemos a gente trabajando ahí para hacer el traslado del plástico y el plumavit sobre todo”.
Los casos de Peñalolén y San Antonio con foco en los recicladores de base
Entre las seis comunas fuera de territorio isleño que recibieron financiamiento del Fondo para el Reciclaje se encuentran Peñalolén y San Antonio. Coincidentemente, ambos proyectos ganadores tienen a los recicladores de base como centro de su política.
En el caso de Peñalolén, los recursos van directo al Programa de Reciclaje Inclusivo, definido como “un programa de emprendimiento socioambiental que funciona como un sistema de recuperación y valorización de residuos, realizado por recicladores de base en coordinación con el municipio”, explica Marcelo Mínguez, coordinador de Programas de Reciclaje de la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Peñalolén.
Al entrar en el detalle específico, agrega Mínguez, el proyecto contempla la “instalación de al menos cinco puntos de reciclaje en los diferentes macrosectores que serán operados y gestionados por los recicladores participantes del programa”. En ese sentido, el programa promueve “la operacionalización de las infraestructuras contando con implementos como maxisacas y compactadoras, permitiendo optimizar su capacidad de trabajo”, añade.
Otros de los puntos que considera el plan en Peñalolén es la realización de un análisis del sector de envases y embalajes, mercado y plan de negocios enfocado en los recicladores de base para conformar su modelo; plan de capacitaciones a recicladores de base en diferentes temáticas, entre ellas, la Ley REP; campañas de sensibilización enfocada en la educación ambiental y reciclaje; y el inicio de un plan piloto de recolección selectiva con la apertura de 12 nuevas rutas de reciclaje y realización de 12 operativos de reciclaje.
En tanto existen más de 400 familias que se dedican al oficio del reciclaje, Peñalolén, dice Mínguez, viene apoyando desde 2007 a los recicladores de base. “Nuestra hoja de ruta es la dignificación y profesionalización de su oficio”, agrega el funcionario.
Eso sí, la implementación del programa tiene algunas piedras en el camino, dice Mínguez. “Está enfocado en sectores ‘medio altos’ porque los recicladores no solo viven del material de reciclaje”, sino también “de los materiales de reutilización o comúnmente conocidos como ‘cachureos’”. De manera que “los barrios más populares no son tan atractivos para los recicladores”. Adicionalmente, implementar un sistema de recolección “alternativo al tradicional” cuesta entre unas 10 a 40 veces más que uno convencional. En consecuencia, el ingreso de recursos frescos al programa abogará por la integración de “sectores más populares a través de instalaciones de reciclaje que serán operadas por los recicladores participantes de la iniciativa”.
Según Mínguez, el programa comenzó a funcionar desde diciembre hasta que llegó el coronavirus a Chile e interrumpió el proceso. Las prioridades se concentraron, de este modo, en la contención de la pandemia, lo que ha generado dificultades para los recicladores de base. “Los vecinos han estado reticentes al contacto con otras personas, por lo que la mayoría de los condominios que cuentan con rutas de reciclaje han preferido suspender el servicio por un tiempo. Del mismo modo, los operativos de reciclaje y los puntos de reciclaje han permanecido cerrados.
El regreso paulatino del programa ocurrirá pronto, dice el funcionario municipal: “Mantener la operación del programa conlleva la premisa de la empleabilidad de los recicladores de base. Por ello, tratar de que el servicio se encuentre operativo es de vital importancia y pronto retomaremos la frecuencia de retiro de a lo menos una vez al mes, implementando protocolos de seguridad y autocuidado”.
Por otra parte, la Municipalidad de San Antonio también había empezado a ocupar el dinero adjudicado en apoyar a los recicladores de base. El avance de la pandemia en Chile, no obstante, obligó a hacer una pausa en el proceso. El proyecto en sí consistía en “certificar en competencias laborales y conformar la primera cooperativa de recicladores de base de la provincia”, explica Francisco Valenzuela, director de Medio Ambiente, Aseo y Ornato de la Municipalidad de San Antonio.
“Partimos súper bien a finales de diciembre”, agrega Valenzuela, quien aclara que el dinero iba destinado a respaldar a los recicladores de base que se desenvuelven en el centro de la ciudad, específicamente en el comercio. Antes de que llegaran los recursos del Fondo para el Reciclaje, el municipio ya había implementado aplicaciones móviles, junto a la Universidad Católica de Valparaíso e INACAP, para mejorar el trabajo de los recicladores.
Ya llevaban un par de reuniones y estaban a punto de empezar a debatir los estatutos de la cooperativa cuando se desató el coronavirus. “Se decretó prohibición de reuniones, por lo cual no nos hemos podido reunir”, dice Valenzuela. El servicio de reciclaje en el sector céntrico fue suspendido. También se cortó el servicio de recolección selectiva del municipio que atiende a más de 5.000 viviendas en el puerto.
La futura cooperativa, explica Valenzuela, integrará a los dos tipos de recicladores que existen en la comuna: “Tenemos un grupo de recicladores que tienen más infraestructura que los triciclos, y queremos que también estén en la cooperativa”, dice él. Solo esperan que pase la pandemia para certificar a los de base, de modo que puedan, por ejemplo, postular a fondos públicos.