Estrategia Hídrica Local: Comuna de San Pedro implementa inédito instrumento que busca empoderar a los municipios para gestionar el agua en sus territorios
En 2020, esta comuna rural de la Región Metropolitana inició un profundo diagnóstico de la crisis hídrica en su territorio, donde más del 40% de sus habitantes se abastece de agua potable con camiones aljibe y casi el 100% del recurso se extrae de pozos, pese a estar a apenas 100 km del centro de la capital. Dialogando con sus comunidades, los sectores productivos, los escolares y el municipio, en un trabajo apoyado por la embajada de Suiza, la consultora EBP Chile creó un instrumento de gestión de los recursos hídricos en el territorio pionero en el país, con una gobernanza municipal para articular a los distintos actores. Hoy la Estrategia Hídrica Local (EHL) presenta su plan de acción hídrico con 42 medidas y acciones concretas que buscan que, a 2030, la comuna tenga una gestión sostenible del agua.
Periodista
San Pedro, en la Provincia de Melipilla, es la última de las 52 comunas de la Región Metropolitana en la punta suroeste del territorio que avanza hacia la costa, por lo que colinda con las regiones de Valparaíso y O´Higgins, a 108 km del centro de la capital. Lejos de los grandes sistemas de agua potable, alcantarillado y saneamiento, esta zona rural de 9.700 habitantes y la comuna más pobre por ingresos en la región enfrenta actualmente una severa crisis hídrica que afecta tanto a la agricultura -su principal actividad económica- como al abastecimiento de agua de sus habitantes: hoy siete camiones aljibes deben repartir agua a 4.406 personas, poco menos de la mitad de la población de la comuna.
Conocida por ser una de las tres zonas de producción de frutillas más importantes del país, San Pedro tiene 700 hectáreas dedicadas a este cultivo, a lo que se suman casi 3.600 há de olivos y unas 600 há de viñas como principales actividades agrícolas. Hoy el 98% de los derechos de agua entregados en la zona -equivalentes a 6.558 litros- corresponden a aguas subterráneas, y lo mismo ocurre con los 9 sistemas de Agua Potable Rural (APR) que abastecen a sus habitantes. ¿El problema? Que los pozos se están agotando.
Según la información levantada en la EHL, en la última década, las lluvias en la comuna han disminuido un 42%, a lo que su suma un incremento en la demanda de agua por el despegue de las actividades agrícolas y agroindustriales en la zona, así como el aumento del número de viviendas – de 3.633 a 4.300 solo entre 2011 y 2016-, que han presionado la utilización de aguas subterráneas, derivando entre otras razones, en un agotamiento del recurso. Un cóctel que solo puede agravarse, ya que según las proyecciones del Atlas de Riesgos Climáticos para Chile (ARClim, del Ministerio del Medio Ambiente) la temperatura media anual de la comuna se incrementará en 1,3ºC hacia el período 2035-2065, mientras que las precipitaciones caerán en un 19,02%.
“Al igual que en el resto del país, en la última década las lluvias han disminuido de forma importante en la comuna, lo que ha derivado en una baja de los caudales y de las reservas acuíferas. Esto, unido a otros factores, ha llevado a una situación de escasez hídrica que ha afectado en forma grave la disponibilidad de agua tanto para el consumo humano como para el resto de las actividades agrícolas y de servicios”, dice el alcalde de San Pedro, Emilio Cerda.
El resultado de ello, agrega, es que se ha tenido que empezar a distribuir agua en camiones aljibe, y limitar la disponibilidad del recurso tanto para el uso domiciliario como para actividades productivas. “Esto ha importado un gasto e inversión considerables para paliar los efectos de la sequía y precaver sus efectos futuros, tanto a nivel gubernamental como municipal. Y otro efecto ha sido el constante cuestionamientos al uso que se le da a un recurso hoy escaso, tanto por las personas como por las empresas y sectores agrícolas, produciendo una fricción social latente”, afirma el alcalde Cerda. Y esta situación climática, agrega, “además ha dejado al descubierto una legislación inadecuada, poca cultura en el uso y ahorro del agua, sobreexplotación, mala distribución, y un accionar de las distintas autoridades que aún es ineficaz”.
Para tomar medidas frente a esta situación, el municipio, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y EBP Chile desarrollaron durante este año una inédita Estrategia Hídrica Local (EHL), que busca posicionarse como un instrumento de gestión municipal de los recursos hídricos en el territorio, con una gobernanza comunal, que incluye un plan de acción con 42 proyectos e iniciativas concretas que comenzarán a materializarse a partir de hoy en cuatro áreas principales: eficiencia hídrica, educación y cultura del agua, levantamiento de información, y gobernanza y gestión hídrica.
La decisión de la embajada de Suiza de involucrarse en este proyecto se tomó tras consultar a varios expertos y académicos, quienes coincidían en que San Pedro es una comuna que enfrenta desafíos importantes hídricos desde hace más de una década. “Nos dimos cuenta de que en la vida de los sanpedrinos el ir y venir de los camiones aljibes era una realidad cotidiana y que se generan situaciones cada vez más conflictivas en torno al acceso al agua potable, tanto para el uso humano como para la actividad económica”, dice el embajador de ese país en Chile, Arno Wicki.
El que la comuna no goce de una gran visibilidad en la Región Metropolitana los motivó a colaborar con actores territoriales locales, así como el hecho de que este territorio refleja varios desafíos que se ven a lo largo del país: uso intensivo del recurso hídrico, impactos del cambio climático, gobernanza del agua débil o inexistente, y un sentimiento de impotencia ante la falta de soluciones concretas.
“San Pedro contiene todos los ‘ingredientes’ que caracterizan una crisis hídrica. El trabajo de diálogo multisectorial iniciado en 2020 nos permitió darnos cuentas de la profundidad de esta última, y de la necesidad de encontrar soluciones concretas a corto plazo. Asimismo, hemos aprendido que el desarrollo de espacios de diálogo es fundamental para comprender los intereses y los desafíos de los actores implicados. Esto facilitó la puesta en común de los objetivos y la definición de una hoja de ruta y de líneas de acciones concretas”, afirma Wicki.
Diagnóstico conjunto con las comunidades, y tomar acción ante conflicto latente
A inicios de 2021, se inició el trabajo conjunto con el municipio para enfrentar el problema en materia hídrica en el territorio, y para ello lo primero fue levantar información y realizar un diagnóstico hídrico de la comuna, trabajo que estuvo a cargo de la consultora EBP, quien plantea las EHL como instrumentos clave de planificación municipal, con San Pedro como piloto. El levantamiento participativo se hizo con cuatro grupos de actores claves del territorio (municipio, líderes territoriales representantes de la ciudadanía, del sector productivo y de los sistemas de Agua Potable Rural, o APR), a través de una herramienta desarrollada por EBP llamada “QuickScan Hídrico”, para el levantamiento de información de manera colaborativa.
Entre otras cosas, se identificó que si bien en el territorio y en sus habitantes existe una tradición agrícola como fuente de subsistencia y de trabajo, el problema latente generado por la escasez hídrica y el contexto de cambio climático lleva a cuestionarse si realmente es posible seguir sosteniendo estas prácticas tradicionales, seguir trabajando los tipos de cultivo o el modelo de gestión de los recursos, donde el agua no solamente se hace insuficiente para el riego, si no que para el consumo humano. Y en ese escenario, la demanda del municipio y de la comunidad apunta a la necesidad de tomar acción para ser eficientes en el uso del agua, de aprovechar las tecnologías y los sistemas que existen en Chile y el extranjero, e impulsar proyectos concretos.
“La comunidad tiene claro que no se trata de profundizar más los pozos o de buscar fuentes de agua en la misma comuna, ni menos de seguir trayendo camiones aljibe. El escenario hoy es distinto aquí y en cientos de comunas del país, y San Pedro debe ser el ejemplo de cómo con una gestión eficiente, con la implementación de tecnología y nuevos sistemas, junto a la entrega de información y educación, permite generar una nueva cultura en el uso del agua”, explica Nicola Borregaard, gerenta general de EBP Chile.
La brecha de información fue otra de las aristas detectadas en el diagnóstico, un aspecto clave ya que solo los datos concretos permiten avanzar hacia una solución. “La data pública existente nos demuestra que hay una sobreexplotación de los recursos hídricos subterráneos, que son la principal fuente de abastecimiento de la comuna, donde un 98% de los Derechos de Aprovechamiento de Agua (DAA) otorgados son de origen subterráneo. Sin embargo, de la muestra representativa de pequeños agricultores que participaron en este proceso se identificó que el 100% se abastece a través de pozos y solo un 18% cuenta con DAA inscritos, lo que da cuenta de la complejidad en la gestión y sistema de abastecimiento”, agrega Borregaard. Además, solo un 2% de los DAA subterráneos de la comuna reportan sus extracciones, por lo que no existe información concreta sobre uso efectivo del agua en la cuenca.
“La situación obliga a los distintos actores públicos y privados, tanto a vecinos como a agricultores y empresarios, a crear estrategias de acción que establezcan medidas paliativas, pero por sobre todo establecer proyectos que se mantengan en el tiempo, con efectividad en las medidas y de eficacia en los recursos. La municipalidad de San Pedro pretende ser un actor clave tanto para implementar proyectos propios, como en apoyar las distintas iniciativas públicas y privadas, articulando acciones conjuntas”
¿Cómo impacta esto en sus habitantes? Como se ha señalado, San Pedro es una comuna 100% rural y sus habitantes mantienen huertas, árboles frutales, cultivos de subsistencia, pero hoy ni siquiera pueden satisfacer su demanda para consumo de agua y más del 40% de la comunidad se debe abastecer por camiones aljibe. Un tema complejo y sensible porque el agua es esencial para vivir, por lo que su escasez finalmente deriva en conflictos.
“En el trabajo que realizamos con representantes de la sociedad civil, del sector productivo y de las APR, se da cuenta que existe un conflicto muy importante con las grandes empresas presentes en el territorio, pero también por prácticas tradicionales de los propios pequeños agricultores de la comuna que no siempre son las más eficientes en el uso del agua. Pero no existe evidencia concreta que dé cuenta de lo anterior, y ciertamente eso genera aún más conflicto e incertidumbre. Esta situación impacta a los habitantes en todos los ámbitos de su vida, desde el agua necesaria para beber y para regar sus alimentos, hasta el agua que es necesaria para regar las áreas verdes comunitarias, con mantenimiento municipal”, dice Nicola Borregaard.
“El municipio -agrega- ha tenido que tomar la decisión de no mantener todas las áreas verdes comunes, priorizando el uso del agua para consumo humano. Sin embargo, esto genera una dicotomía entre las comunidades ya que, por un lado, demandan espacios comunes y áreas verdes, y, por otro lado, demandan al municipio el hecho de cuidar el recurso y dar prioridad al consumo humano”.
Crear cultura: los jóvenes se involucran en el cuidado del agua
Ese proceso participativo también mostró que la comunidad le da una alta importancia a la educación ambiental y la transferencia de conocimiento para poder avanzar de manera colaborativa en el cuidado del agua: aprender de casos exitosos, saber qué es lo que están haciendo otras comunas en materia hídrica, qué nuevas tecnologías existen y qué es aplicable en su contexto.
Y para ello se está ejecutando también un trabajo paralelo en el marco de este proyecto a través del programa de acompañamiento escolar Ko-Ciencia, desarrollado por la ong EGEA, que a través de talleres, juegos y experimentos buscan formar niñas y niños que sean agentes de cambio conscientes, con pensamiento crítico y capaces de identificar problemáticas ambientales, así como soluciones para enfrentarlas. En San Pedro, este trabajo se desarrolló en el 5º Básico del Liceo Municipal de la comuna, y con la comunidad educativa del mismo establecimiento.
“La EHL es una iniciativa pionera, ya que toma a la municipalidad como organismo articulador central, y que al mismo está en consonancia con las recomendaciones de Escenarios Hídricos 2030, haciendo hincapié en la gestión del recurso y en su institucionalidad para así alcanzar la seguridad hídrica. Así, esta iniciativa participa en el esfuerzo colectivo, conectando sus acontecimientos con la visión de la gobernanza desde las cuencas”
Lo que detectaron los alumnos, al igual que los diferentes actores del territorio en el proceso participativo, fue falta de conciencia, cultura y conocimiento respecto del cuidado del agua. “Los alumnos y alumnas dijeron que hacen falta instancias en la que se capacite y concientice a la población en general, no sólo a estudiantes, sino que a empresas, agricultores, funcionarios municipales y la población en general; el mensaje debe llegar a todos y todas por igual. Una de las principales problemáticas que identificaron a nivel comunitario fue el desperdicio de agua a través de los riegos de cultivos y la falta de conocimientos de la cantidad de agua que esto requiere, además del poco conocimiento por parte de la población sobre la real situación hídrica del territorio”, explica Nicolás Maturana, director de EGEA.
Por otro lado, los talleres impartidos en los 5tos básicos se adaptaron a la malla curricular del MINEDUC en la materia de Ciencias Naturales, por lo que las sesiones fueron parte del plan educacional programado por el establecimiento. Al ser un programa de acompañamiento, se potenció la participación del docente incorporándolo en todas las sesiones y entregando todo el material para la ejecución de las clases, dejando las capacidades instaladas en el profesor para que el programa sea replicado en los próximos años. El compromiso es que se mantenga a lo menos por cuatro años.
En materia de rendimiento académico, el curso que se incorporó a este proyecto piloto terminó con un promedio 6,4 en Ciencias Naturales, muy por sobre el 4,8 que obtuvo el curso de 2020. Pero el principal resultado, dice Nicolás Maturana, “tiene que ver con la concientización de las y los estudiantes, que se dieran cuenta que las problemáticas medioambientales son parte del futuro y que muy pronto deberán asumirlas como ciudadanos responsables”.
EHL: Plan de Acción con 42 proyectos e iniciativas concretas frente a la sequía
Todo este trabajo terminó finalmente en la elaboración de una Estrategia Hídrica Local que contiene un plan de acción consensuado con todos los actores del territorio que participaron de manera voluntaria, con 42 proyectos e iniciativas concretos para ejecutar en la comuna, en cuatro áreas específicas: eficiencia hídrica, educación y cultura del agua, levantamiento de información, y gobernanza y gestión hídrica. Esta estrategia se dará a conocer hoy por las autoridades de la comuna, así como los 16 proyectos del plan de acción que fueron seleccionados por el municipio y la ciudadanía para priorizar su implementación, incluyendo tres proyectos emblemáticos que se espera implementar en el corto plazo.
Entre ellos se encuentran, por ejemplo, pilotos de reutilización de aguas grises, programas de capacitación al sector productivo, la medición de la huella hídrica municipal, la creación de un comité y de un encargado hídrico comunal, replicar el proyecto Ko-Ciencia en otros colegios municipales, la creación de parcelas hídricas demostrativas y la realización del concurso “Desafío Inclusión Hídrica” en San Pedro.
La visión del municipio, y de la comunidad, es que al año 2030 San Pedro gestione de manera sustentable sus recursos hídricos con base en la educación y concientización de sus ciudadanos, usando tecnología eficiente y moderna, fomentando la especialización de profesionales locales, articulando un trabajo asociativo con diversos actores estratégicos, y proyectando beneficios con foco en la equidad social.
“Es necesario capacitar y empoderar a los municipios, a sus funcionarios y funcionarias. En San Pedro vimos que dentro del mismo municipios existen varias iniciativas que se superponen, existe información hídrica que se maneja desde diferentes áreas y departamentos, pero que no conversan, hay una desarticulación. La estrategia hídrica a nivel municipal es clave para poder albergar las distintas iniciativas, sistematizar la información existente y poner sobre la mesa el agua antes de que sea demasiado tarde”
“La situación obliga a los distintos actores del sector público y privado, tanto a los vecinos como a agricultores y empresarios, a crear estrategias de acción que establezcan medidas paliativas, pero por sobre todo establecer proyectos que se mantengan en el tiempo, con un criterio de efectividad en las medidas que se adopten, y de eficacia en los recursos que se inviertan. La municipalidad de San Pedro pretende ser un actor clave tanto para implementar proyectos propios, como la de apoyar las distintas iniciativas públicas y privadas, articulando acciones conjuntas”, afirma el alcalde Emilio Cerda.
A su juicio, el trabajo para crear la Estrategia Hídrica Local con realismo, pero sobre todo con la participación directa de la comunidad, constituyen la dirección correcta para abordar en forma decidida y permanente la crisis. “La primera importancia de esta estrategia es la de unificar las acciones, recursos y esfuerzos realizados por los distintos actores involucrados. De esa forma, se pretende lograr la mayor efectividad, dar respuestas que se mantengan en el tiempo, y que aminoren de manera considerable y sensible los efectos de la escasez hídrica”.
Para el embajador de Suiza, Arno Wicki, trabajar la gestión del agua a nivel municipal es crucial, ya que ésta es la unidad política más cercana a la ciudadanía y que puede entender mejor los problemas locales. “Se trata de una iniciativa pionera -destaca-, ya que toma la municipalidad como organismo articulador central, y que al mismo está en consonancia con las recomendaciones de Escenarios Hídricos 2030, haciendo hincapié en la gestión del recurso y en su institucionalidad para así alcanzar la seguridad hídrica. Así, esta iniciativa participa en el esfuerzo colectivo, conectando sus acontecimientos con la visión de la gobernanza desde las cuencas”.
Un punto en el que coincide Nicola Borregaard, de EBP, para quien si bien la unidad territorial para la gestión de los recursos hídricos debe ser a nivel de cuenca, es necesario articular, empoderar e instalar un modelo de gestión local en los municipios, y así, desde el territorio y sus habitantes, poder identificar los desafíos y problemáticas principales a abordar. “Los instrumentos de planificación territorial a nivel local son fundamentales para avanzar en un modelo integral”, afirma.
“Es necesario capacitar y empoderar a los municipios -agrega-, a sus propios funcionarios y funcionarias. En San Pedro pudimos ver que dentro del mismo municipios existen varias iniciativas que se superponen, existe información hídrica que se maneja desde diferentes áreas y departamentos, pero que no conversan, hay una desarticulación. Es por esto que la estrategia hídrica a nivel municipal es clave para poder albergar las distintas iniciativas, sistematizar la información existente y poner sobre la mesa el agua antes de que sea demasiado tarde. Para ello, planteamos que es fundamental la figura de un Encargado Hídrico Municipal como articulador entre los distintos actores claves en el territorio en materia hídrica, y como persona que lidere el proceso de implementación de la EHL. Hoy no hacemos un hito de cierre de la EHL, hoy se da inicio a un importante paso para instaurar en el modelo municipal de San Pedro, una hoja de ruta clara”.