Jardín Botánico de Viña del Mar impulsa su recuperación luego que el fuego destruyera más del 90% de su superficie
Alejandro Peirano, quien dirige el emblemático pulmón verde de la ciudad jardín, ha insistido en que lo más doloroso del incendio del fin de semana es la muerte de la funcionaria Patricia Araya, su madre y dos nietos, que estaban en su casa al interior del recinto y no alcanzaron a huir de las llamas. A la tragedia humana se suma la enorme pérdida de biodiversidad causada por el fuego, que arrasó con gran parte de las 32 colecciones botánicas de plantas chilenas y exóticas -muchas de ellas en peligro de extinción- y del vivero donde se reproducían principalmente especies con algún riesgo de conservación. Peirano señaló que entre las prioridades está restablecer los sistemas de captación de agua y de riego, para pronto iniciar la reforestación, y pidió a la comunidad “que no nos abandonen”.
El voraz incendio que el pasado fin de semana causó la muerte de más de 120 personas y consumió miles de hectáreas en las comunas de Viña del Mar y Quilpué, en la región de Valparaíso, provocó además un serio daño a los esfuerzos de conservación de la biodiversidad del país, al arrasar con la mayor parte del Jardín Botánico Nacional (JBN), ubicado en Viña del Mar.
Según describió el director del recinto, Alejandro Peirano, el fuego “cruzó por el aire la quebrada del Marga-Marga y de pronto lo teníamos al lado; fue caótico y muy veloz”; esta situación provocó que, a pesar de la evacuación del recinto, una de las funcionarias que vivía allí falleciera junto a tres integrantes de su familia. “Para nosotros, lo principal es el dolor de haber perdido a la señora Patricia Araya y su familia. Ella era una funcionaria del área de Horticultura, encargada de producir las semillitas y estaba en su casa. No alcanzó a evacuar. Falleció la señora Paty, su mamá y dos nietos de la señora Paty. Eso es lo más doloroso”, señaló Peirano a los medios de comunicación presentes en el lugar de la tragedia. Asimismo, informó que otro funcionario sufrió quemaduras en el 60% de su cuerpo y que los 60 funcionarios del lugar “están muy afectados”.
El directivo, notoriamente conmovido por la tragedia humana y ambiental, señaló que más del 90% de terreno del Jardín Botánico Nacional fue consumido por las llamas. “Si bien se quemó mucha superficie, todavía está el lote B, que es el jardín histórico, está vivo (…) el prado está”, dijo Peirano, quien es ingeniero agrónomo de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
En este contexto, hizo un llamado a la comunidad a colaborar con la recuperación del Jardín Botánico, en una primera instancia mediante aportes en dinero a través de una cuenta bancaria. “Se viene la recuperación de nuestro jardín. Nosotros somos verdes, el verde es el color de la esperanza y nosotros no la vamos a perder, sabemos que vamos a recuperar el jardín, pero necesitamos la ayuda de ustedes”, dice Peirano en un video publicado el domingo en la redes sociales del JBN.
Agradeció a quienes se están ofreciendo de voluntarios para ir a ayudar, pero indicó que, por ahora, no es conveniente que acudan pues aún hay situaciones de mucho riesgo, por la caída de árboles y ramas. “Hay muchos árboles que se quemaron en la base y tendremos que botarlos (…) Palmas chilenas, araucarias, tilos, secuoyas, todo eso se quemó, es desastroso”.
El dinero recaudado será destinado a ayudar a los funcionarios que perdieron sus casas -algunas dentro del recinto- y sus enseres, así como a financiar las labores de despeje de árboles y vegetación quemados, por ejemplo, para las motosierras y su combustible. Señaló que entre las prioridades está recuperar los sistemas de captación de agua y de riego -que se abastecen del estero El Olivar-, y pronto comenzar con la reforestación, aunque hay patrimonio irrecuperable, como los árboles centenarios que existían en el lugar. Según los primeros cálculos del director, la vegetación mediana tardará al menos dos años en recuperarse.
Peirano recordó la labor del Jardín Botánico de Viña del Mar en cuanto a investigación, conservación, educación, apoyo a otros jardines botánicos, y su servicio como parque para el disfrute de las personas. “Toda la base que teníamos para esas actividades se perdió; vamos a tener que ver cómo la recuperamos (…) Hay muchísimo trabajo por hacer y vamos a requerir de muchos fondos. Vamos a necesitar ayuda de la comunidad, del Estado y de aquellas empresas que nos puedan colaborar, porque nosotros vamos a salir adelante con esto. (…) Por sobre todo les pido que no nos abandonen”, subrayó Alejandro Peirano.
En la página de Instagram del Jardín Botánico Nacional @jardinbotanivovdm están los datos de la cuenta bancaria donde se pueden realizar las donaciones.
“Se viene la recuperación de nuestro jardín. Nosotros somos verdes, el verde es el color de la esperanza y nosotros no la vamos a perder, sabemos que vamos a recuperar el jardín, pero necesitamos la ayuda de ustedes”.
Pérdida de biodiversidad
El terreno que administra la Fundación Jardín Botánico de Viña del Mar tiene un total de 400 hectáreas; de ellas, 32 son las más conocidas y donde se concentraban las actividades; hay 118 hacia el sector poniente de la comuna; y otras 250 que están en el límite con Quilpué.
El recinto es conocido porque en su interior se desarrollan de forma permanente diversas actividades para la comunidad. De hecho, el Jardín Botánico tiene 4 ejes de trabajo: educación, investigación, recreación y conservación. En este último ámbito, su finalidad es contribuir a la preservación de la biodiversidad del hotspot chileno, para lo cual contaban con 32 colecciones botánicas de plantas chilenas y exóticas, entre ellas la colección Jardín Selva Valdiviana, el Cactario, el Jardín de Palma Chilena y el Jardín Rapa Nui, donde habían logrado reproducir el árbol toromiro, extinto en su medio natural de la Isla de Pascua debido a la sobreexplotación. En el ámbito de la conservación también cumplía un rol fundamental el vivero, donde se criaban plantas nativas, la mayoría de ellas con algún grado de amenaza.
En total, en el lugar se conservaban cerca de 1.500 especies nativas y exóticas valiosas. Además, contaba con una laguna artificial con más de 50 especies de aves y ejemplares de tortugas de orejas rojas. Si bien habrá que esperar para tener un informe detallado de la situación, el director informó que entre las especies que se salvaron hay algunos toromiro y parte de la colección de Juan Fernández.
En materia de recreación, el recinto tenía espacios acondicionados para actividades al aire libre, como lugares de picnic, parrillas, arriendo de bicicletas y senderos para hacer trekking. Además, realizaba una serie de eventos durante el año; sin ir más lejos, para el pasado fin de semana estaba programada una Feria Medieval.
Asimismo, ejecutaba un Programa de Educación Ambiental dirigido a los alumnos y alumnas desde educación parvularia hasta cuatro medio, para quienes ofrecía talleres, visitas guiadas, cuenta cuentos, entre otras actividades
La historia del Jardín Botánico se remonta a 1917, cuando el terreno fue comprado por un empresario con la finalidad de albergar diversas especies; en los años ’50 pasó a ser de propiedad pública y su dueño es desde entonces el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), entidad dependiente del Ministerio de Agricultura. Un tiempo fue administrado por el mismo INDAP, luego por CONAF, y en 1992 fue entregado en comodato a la Fundación Jardín Botánico Nacional (FJBN), que se creó para tal efecto, “para darle mayor autonomía, operatividad y ampliar las formas de financiamiento, figura jurídica por la que se rige hasta hoy”, según se reseña en la página web del Jardín.
El domingo, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, manifestó en su cuenta de X su “profunda tristeza por la pérdida irreparable de una de sus funcionarias y familia. Mis máximas condolencias en esta tragedia”. Además, lamentó el “daño invaluable a biodiversidad que se ha preservado por más de 100 años”. Se espera que en los próximos días el ministro Valenzuela realice algún anuncio oficial respecto a las medidas para la recuperación del recinto.