A pesar de que los recursos estaban aprobados desde diciembre pasado, recién el 21 de agosto la Dirección General de Aguas (DGA) pudo publicar las bases de la licitación para iniciar la formulación de sus Planes de Gestión Estratégica de Cuencas, los que intentarán combatir la megasequía que ya afecta a parte importante del país desde hace más de una década, y que se prevé que se agrave en los próximos años principalmente por los impactos asociados a la emergencia climática.
“Así son los tiempos de la administración pública”, se excusó el director de la DGA, Óscar Cristi, en su exposición de ayer en el taller “Planificación estratégica de recursos hídricos en un contexto de cambio climático”, organizado en colaboración con la Comisión Nacional de Riego y el Centro Cambio Global UC en el Centro de Extensión de la Universidad Católica.
En su alocución, Cristi explicó que los planes tienen por objetivo central “conocer realmente la oferta y demanda actual proyectada de agua” para luego establecer un “portafolio de acciones que aseguren el abastecimiento y calidad” del recurso hídrico.
El jefe de la DGA partió con un ejemplo concreto para hablar de lo que él considera “derechos de agua de papel” en el escenario chileno: en promedio, desde la Región del Biobío hacia el norte, las personas solo pueden extraer un 33% de las aguas sobre las que tienen derechos. Es decir, “si una persona tiene derecho a 10 litros por segundo de agua, solo puede extraer 3 litros por segundo debido a las condiciones hídricas actuales”, explicó el funcionario, para quien “discutir sobre los derechos de agua no va a tener ningún efecto práctico: hay que ir al ejercicio del derecho, cuánto es lo que una persona puede extraer efectivamente”.
El plan, explicó Cristi, tiene una implementación con un horizonte a 10 años y busca mejorar la gestión del recurso en las cuencas de Chile. Al cabo de ese plazo, la DGA quiere intervenir las 101 cuencas del país. Sin embargo, a partir de octubre de este año, el plan arrancará con 11 cuencas priorizadas, que son básicamente las que tienen mayor estrés hídrico en el país: las de los ríos Maule, Copiapó, Choapa, Limarí, Elqui, Huasco, Maipo, Aconcagua, Loa, Quilimarí y Petorca.
“El otro criterio de selección fue que en esas cuencas la DGA ya tiene ciertos avances, ya hay una modelación hecha que hay que aprovechar para seguir avanzando”, explicó Cristi. Respecto de dichas cuencas, Cristi recordó que se priorizaron aquellas regiones que cuentan con decretos de escasez hídrica en sus comunas. Por ejemplo, todas las comunas de la Región de Coquimbo tienen dicho decreto, mientras que otros están concentrados en la Región de Valparaíso y la Región Metropolitana.
Una de las metas establecidas por estos planes es la de abrirse al hallazgo de fuentes alternativas de abastecimiento de agua, fuera de las tradicionales. “Esto implicará salirse un poco de cómo lo hemos hecho hasta ahora. No solo pensar en embalses, sino que encontrar fuentes complementarias o sustitutas de los embalses. La recarga de acuíferos, por ejemplo, es una experiencia muy difundida en otros países, pero en Chile tenemos poca experiencia. No conocemos bien nuestros acuíferos más profundos. O también implica el reúso de aguas servidas tratadas o finalmente la desalinización”, explicó Cristi a País Circular.
Cristi también enfatizó la importancia de que estos planes de la DGA sean permanentes en el tiempo. Por eso manifestó la necesidad de que este instrumento quede establecido en el Código de Aguas, de manera que “no dependa de la administración de turno y pueda contar con presupuesto especial”, aseguró.
“En el sector privado uno puede hacer lo que la ley no prohíbe, en cambio en lo público solo se puede hacer lo que la ley mandata. A través del Código de Aguas, lo podemos instalar como una obligación de la DGA el realizar estos planes estratégicos”, resaltó Cristi, quien recordó que el organismo que dirige “no cuenta con presupuesto para invertir, no hacemos embalses ni infraestructura. Nos encargamos de proponer las iniciativas”.