Hay datos que invitan a la esperanza en América Latina y el Caribe: según datos de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), hay 196 iniciativas a nivel regional directa o indirectamente vinculadas a economía circular. Del mismo modo, de seguir en esta curva de crecimiento y adoptar los lineamientos de esta economía resiliente, podría haber un incremento de 4,8 millones de empleos netos en la región para 2030, según proyecta la CEPAL y la OIT. Además, ya con una mirada global, la economía circular puede ayudar a encarar el 45% de emisiones totales de gases de efecto invernadero.
Estos números, sin embargo, colisionan a menudo con la economía lineal y extractivista que predomina en el grueso de los países de América Latina y el Caribe. A esto se suma la poca articulación entre una y otra iniciativa, y lo que queda, por lo tanto, son abordajes de carácter aislado. Precisamente buscando subsanar esa dispersión en los proyectos, el pasado 1 de febrero se presentó la Coalición de Economía Circular – América Latina y el Caribe, la primera instancia que busca acercar el concepto con una agenda regional en común. El lanzamiento ocurrió en paralelo con la celebración -en formato virtual- de la XXII Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de la región.
“Las conversaciones empezaron a fines de 2019, porque nos dimos cuenta de que había muchas organizaciones relevantes a nivel global que estaban trabajando en América Latina y el Caribe en economía circular. La idea era crear una cohesión sin afán de competencia. Cada país tenía agendas distintas. Por el tema de la pandemia se retrasó un poco en concretarse, pero ahora tenemos más madurez, fue para mejor”, explica Luisa Santiago, líder de la Fundación Ellen MacArthur en América Latina, uno de los ocho socios estratégicos de la flamante Coalición.
En efecto, las otras organizaciones que integran la Coalición de Economía Circular son el Centro y Red de Tecnología Climática (CTCN), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Konrad Adenauer (KAS), la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y el Foro Económico Mundial (FEM). La instancia es coordinada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el octavo socio estratégico.