Hace un año, Chile se convirtió en el primer país de las Américas en emitir bonos soberanos verdes, es decir, en solicitar dinero destinado a financiar proyectos públicos que favorezcan al medioambiente y, especialmente, la lucha contra el cambio climático. Para utilizar ese mecanismo de endeudamiento, el gobierno definió y certificó un portafolio de proyectos específicos, y elaboró un Marco para Bonos Verdes, donde se especifican las reglas para estas operaciones.
Conforme a lo estipulado en ese marco, el Ministerio de Hacienda acaba de publicar su primer Reporte de Asignación e Impacto Ambiental de Bonos Verdes, para dar cuenta a los inversionistas y al público en general sobre el uso que se ha dado a los recursos obtenidos en 2019 mediante estos instrumentos financieros, que ascienden a US$2.373 millones.
Según el informe, de ese total, al cierre del año pasado se habían ejecutado US$588,6 millones, es decir, 24,8%.
Aunque la emisión tuvo lugar en 2019, parte del dinero obtenido se usó para refinanciamiento de deudas previas, por lo que corresponde a ejecución de 2018, la que asciende a un total de US$ 325,4 millones. En 2019, en tanto, el gasto fue de $263,2 millones.
Consultada sobre el porcentaje de avance, la ministra del Medio Ambiente (MMA), Carolina Schmidt, consideró que “el informe de ejecución de los bonos verdes soberanos emitidos en 2019 es muy positivo, revelando que los montos recaudados están colaborando en la ejecución de proyectos de acción climática con un impacto positivo en la calidad de vida de las personas”.
“Contamos con una potente carpeta de iniciativas a financiar y trabajaremos para que sean ejecutados en los plazos señalados”, agregó Schmidt.
El plazo al que se refiere Schmidt es de cinco años, es decir, el 75,2% restante (USD 1.784,4 millones) de lo reportado debiera ser desembolsado de aquí a 2024.
En tanto, Andrés Pérez Morales, jefe de asesores y coordinador de Finanzas Internacionales del Ministerio de Hacienda (MdH), área encargada de la emisión de los bonos verdes, consideró “favorable” la evaluación del grado de avance de la asignación de los recursos. “Destacamos que en todo momento se han seguido las mejores prácticas internacionales. Primero en el diseño y preparación del Marco para Bonos Verdes, posteriormente en la ejecución de las transacciones, y ahora en el proceso de informe post-emisión”, comentó.
Respecto a los plazos, el jefe de asesores del MdH explica que “el grado de avance ha sido acorde a lo anticipado y en línea con el horizonte plurianual de inversión de los proyectos. El plan es asignar recursos por el equivalente al monto emitido en los bonos verdes el año 2019 en un horizonte de cinco años desde la emisión”. En el informe se explica que se trata de un periodo “necesario, considerando la gran enevergadura de algunos de los proyectos”.
Consultado sobre la posibilidad de que la fuerte variación experimentada por el tipo de cambio en 2019-2020 afecte a estas inversiones -las operaciones de emisión de los bonos fueron en dólares y euros-, Pérez señaló que “no debiese existir un efecto entre la variación cambiara y el portafolio de inversiones”. Asimismo, descartó que la elaboración de un presupuesto en base cero para 2021 insida en el uso de los bonos verdes: “La elaboración del presupuesto en esta línea no debiese de afectar mayormente a proyectos de inversión pública”.