A casi un mes del estallido social en Chile, Marina Hermosilla analiza el nuevo escenario del país para comenzar a delinear cómo recobrar el impulso hacia el desarrollo sostenible en un país que hoy está recién redefiniendo cuáles serán sus prioridades para los próximos años. Y durante la entrevista, la directora ejecutiva de “Líderes empresariales por la acción Climática” (CLG Chile), organización que busca promover la acción climática y el avance hacia una economía baja en carbono y que hoy agrupa a 22 grandes empresas del país, volverá varias veces sobre una cita que, cree, grafica lo que hoy está ocurriendo: “No hay empresas exitosas en una sociedad que fracasa”.
También insistirá en la necesidad de subir el volumen de la agenda ambiental en un momento en que la agenda social es la que está con el volumen al máximo, porque, dice, es imposible el éxito de una sin la otra.
¿Cómo impactará -por ejemplo- en el impulso hacia la sostenibilidad que traía Chile en el marco de la realización de la COP25 en Santiago? Para ella, la renuncia a realizar la cumbre climática “era una decisión dolorosa pero necesaria”, ya que “el país no está en condiciones de asegurar la integridad física de las visitas, y por lo tanto no podíamos recibir 22 mil personas. Una fotografía de una COP siendo resguardada por militares con el logo de las Naciones Unidas era impresentable, es una imagen que no podíamos tener. Y por lo tanto, desgraciadamente, es una decisión que había que tomar”.
¿Afectará esto el compromiso país con la agenda climática que se venía desarrollando?
Mi impresión es que eso no implica que haya menos compromiso con la agenda climática del gobierno, y tampoco de parte del sector privado. En lo que teníamos hasta ahora, el momentum que había generado la COP había logrado instalar en el sector privado, de manera bastante transversal, la cuestión climática. Ya no era un tema de los líderes empresariales climáticos, sino que ya estaba permeando a todo el sector empresarial. Hoy si bien el tema social se ha tomado la agenda, por las circunstancias actuales y la efervescencia y convulsión social que tenemos, y por lo tanto el volumen del tema ambiental se ha bajado, yo diría que el entendimiento de la importancia, y de lo que hay que hacer en materia ambiental, no se pierde. Es imposible, después que toda esta convulsión pase, hacer como que no sabemos lo que ya sabemos. Por lo tanto, la agenda tiene que retomarse, y creemos que se va a retomar.
Aún así existen ciertas dudas de que eso ocurra, que es posible que ese momentum se haya perdido
Sí, ese momentum se perdió, eso es un hecho. Pero la conciencia del problema está, y entonces ahí es donde el modelo de desarrollo sostenible para Chile -cuando hoy lo social se ha tomado la agenda- debe incorporar el asunto ambiental de manera equilibrada, y entre ellos el climático es el más urgente, el que permea todos los otros. Ese mensaje, de equilibrio necesario para un desarrollo sostenible, tiene que incorporar en la agenda lo ambiental, lo social y lo económico. Tenemos que ir lográndolo a medida que la situación se vaya estabilizando. Hoy día, de alguna manera vemos que los temas sociales, al tomarse la agenda, han ido posicionando los cambios necesarios. Están apareciendo poco a poco los acuerdos que permiten que la legislación que estuvo parada por muchos años, y para la cual no hubo acuerdo, hoy se están alcanzando. De alguna manera podemos ver que el camino, desde el punto de vista de las demandas, se va delineando. Lo que necesitamos es que se resuelva es el orden público, porque mientras ello no ocurra nada de lo otro va a funcionar.
¿Por qué es importante que esos temas vuelvan a la agenda?
Los temas ambientales tienen que volver -y especialmente la agenda climática- a tener el volumen necesario para estar a la altura de las demandas sociales, de manera que la agenda de desarrollo sostenible de Chile incorpore estas variables de manera adecuada. Cuando decimos una agenda 2050 de carbono neutralidad, esa es una estrategia que atraviesa todos los sectores económicos, y donde la agenda social y la agenda climática muchas veces no solo se topan, se potencian. Lo sabemos muy bien, el cambio climático afecta mucho más fuertemente a los más vulnerables, y en ese sentido abordar una agenda social sin incorporar adecuadamente los temas ambientales no va a ser sostenible en el largo plazo.
Mantener una NDC ambiciosa
Hasta hace poco la agenda ambiental era el número uno en la lista de muchas empresas, hoy es probable que no lo sea, que las prioridades se pongan en otras áreas ¿Cómo se avanza hoy en los temas ambientales, en subirles el volumen, sabiendo que finalmente son las empresas las que empujan este cambio?
Claro, cuando se te esté quemando la casa no te puedes preocupar de si está bien aislada. Pero yo diría que hoy la agenda climática está fuera de la agenda pública, pero no de las empresas. Las empresas que habían incorporado esto en sus decisiones, en sus estrategias de negocios, no lo dejan de hacer de un día para otro, porque son estrategias a largo plazo. Cuando desarrollas una estrategia mirando el futuro, mirando hacia una carbono neutralidad, eso no cambia porque los temas sociales se tomen la agenda pública, porque cambien las prioridades de la agenda pública inmediata.