Loïc Blondiaux: “Debemos desarrollar una democracia que considere al planeta como un factor relevante”
Tras exponer en el Congreso del Futuro, este destacado abogado y politólogo francés afirma que hasta ahora los gobiernos no solo han sido ineficaces en luchar contra el cambio climático, si no que han sido inútiles en dicha tarea. Y frente a la crisis de la democracia, afirma que la solución al problema está en ella misma, pero en una buena democracia. “Para luchar contra el cambio climático debemos hacer leyes con una carácter coercitivo, que se tomen medidas rígidas y drásticas, pero lamentablemente el gobierno no hace lo necesario”, dice Blondiaux.
No solamente una crisis climática afecta al planeta. Para el abogado francés con Master en Derecho Público y politólogo Loïc Blondiaux existe una crisis democrática que se ha extendido hasta la cúpulas más altas del poder, donde la negación a la crisis ambiental se ha tomado potencias mundiales como Estados Unidos y Brasil.
Para Blondiaux hoy existe a nivel global una crisis generalizada en la representación entre la sociedad civil y el gobierno, donde las instituciones y las políticas ya no actúan como un vínculo entre los ciudadanos y el gobierno. En síntesis, dice, hay un
déficit de debate democrático, que si bien se está llenando, hay que tener cuidado de que la respuesta no genere mayor frustración.
Pero más allá del debate social y político, afirma que es necesario repensar la democracia de forma que se centre en problemas que afectan no solamente a los seres humanos, sino que además todos los seres vivos de la Tierra.
Para ello, el miembro de la Comisión de Debate Público de París cree que es necesario redireccionar las políticas públicas, desde una mirada de corto plazo a una de largo plazo, y construir una planificación central que apunte a un poder político que este sobre el financiero y económico.
¿Cree que una democracia debilitada y cuestionada es culpable por la crisis climática en la que estamos?
Esa es una cuestión muy importante, creo que hay un enlace bien fuerte entre el problema climático y nuestro sistema político; nuestros gobiernos son bastantes miopes, no ven más allá de la próxima elección. Los gobiernos de ahora no solamente han sido ineficaces sino que inútiles en lidiar con el cambio climático, porque evidentemente las plantas y los animales no pueden votar, y no ponen en primer lugar los intereses del planeta y el medio ambiente.
Sin embargo, es un problema que si está siendo reclamado por la ciudadanía
Hay otro problema mayor: que existe un conflicto de intereses entre los políticos y la ciudadanía, que buscan cosas distintas. Los políticos defienden los intereses de los banqueros, de los agentes económicos, pero no los intereses de las plantas y el medio ambiente. Los actores que integran el espacio político en el juego democrático son exclusivamente los humanos, pero ahora es necesario defender los intereses de las entidades naturales. Para luchar contra el cambio climático debemos hacer leyes con una carácter coercitivo, que se tomen medidas rígidas y drásticas, pero lamentablemente el gobierno no hace lo necesario. En Francia, por ejemplo, hay un gran interés en el tema climático y es esencial, ya que esto hace que los líderes se muevan.
Mary Robinson comparó el compromiso de los líderes mundiales en 1945 después del fin de la Segunda Guerra Mundial con la crisis actual. Ella dice que ese mismo compromiso debería estar presente en la crisis que enfrentamos ahora ¿Ve una falta de compromiso de forma histórica?
La sociedad civil espera una acuerdo de la élite política, porque hay una discrepancia -por ejemplo- con líderes como Trump y Bolsonaro que niegan el cambio climático, entonces finalmente la sociedad civil pide que haya una transversalidad en la élite para tomar esas medidas más contundentes. Ese es un tema central, que la gente comience a poner en duda el problema climático existente. Lamentablemente, tendremos que prepararnos para muchos cambios; el clima está haciendo que muchas familias se trasladen a puntos donde la vida sea más fácil, ya sea tanto por el calor, las inundaciones o los incendios, por lo que los refugiados climáticos cada día comenzarán a ser más frecuentes. Otro punto también a considerar es la escalada de los conflictos bélicos que se están dando en todo el mundo, los que van a terminar desenfocando el tema del cambio climático por amenazas de otro tipo.
“En la lucha por los recursos naturales y por espacios compatibles con la vida humana, es muy probable que las guerras que se aproximan derrumben otras formas de gobierno político”
En el Congreso del Futuro hemos escuchado a muchos expositores que hablan de consecuencias gravísimas al cambio climático, como la extinción de la humanidad ¿Era imaginable que una democracia disfuncional podría llegar a esto?
Los gobiernos de ahora han sido parte del problema, pero de la misma forma, la democracia podría ser la solución; pero una buena democracia. Debemos desarrollar una democracia que considere al planeta como un factor relevante. Desde 1972, con la Cumbre en Estocolmo, que los líderes mundiales comenzaron a hablar sobre este problema de forma global. También lo hemos leído las investigaciones de Rachel Carson desde los años 40, y más fuertemente con su libro de la Primavera Silenciosa.
En la lucha por los recursos naturales y por espacios compatibles con la vida humana, es muy probable que las guerras que se aproximan derrumben otras formas de gobierno político.
Algunos dicen que las democracias funcionan a través de decisiones en el corto plazo, aunque el cambio climático, como se ha dicho, requiere tomar decisiones que perduren en el largo plazo.
La democracia funciona muchas veces en corto plazo y eso suele ser desagradable, habría que concebir una democracia que pueda solucionar problemas en el más largo plazo, con una mayor planificación. En la Unión Soviética vimos como existía una planificación central con miradas a largo plazo, y les funcionó en cierta manera. Una planificación democrática depende de que el poder político tuviese mayor control sobre el financiero y el monetario, el problema es que hoy es necesario invertir en energías alternativas. Lo que necesitamos es un cambio sistemático que junte a la economía, las finanzas y la democracia. Sin esto, la democracia se quedará sin fuerza.