Este miércoles, en Coyhaique, el Ministerio del Medio Ambiente iniciará oficialmente la consulta pública del anteproyecto para la Ley Marco de Cambio Climático. Y de acuerdo a los últimos borradores del proyecto, el corazón del proyecto radica en la fijación por ley de una meta de carbono neutralidad para el año 2050, lo que se alinea con los objetivos globales planteados tanto por los principales organismos internacionales como por la ciencia.
Si bien el gobierno había señalado inicialmente que apostaría por una meta de carbo neutralidad hacia el año 2040 o 2045, y se trata de una meta menos ambiciosa que la que se han fijado países como Uruguay (2030), Noruega (2030) o Finlandia (2035), la fecha para alcanzar la meta de cero emisiones netas -equivalente a igualar el balance entre emisiones y capturas de gases de efecto invernadero- que finalmente se propone Chile es similar a la que se están planteando las grande economíascomo la Unión Europea, Francia, Reino Unido, España, Alemania, Holanda y Nueva Zelanda, entre otras.
Para Paulina Riquelme, abogada y presidenta de la Comisión de Desarrollo Sustentable y Cambio Climático de la CPC, califica la meta de carbono neutralidad como “una señal potente” a la vez que “ambiciosa, pero más realista” que el anuncio inicial de fijarla para el año 2040. “La importancia de incluir la carbono neutralidad dentro de la ley es que se le da estabilidad a una meta, tienes un mandato, porque no es fácil cambiar una ley”, afirma.
Una opinión similar tiene Pilar Moraga, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR2) e integrante del Observatorio de la Ley de Cambio Climático para Chile: “la meta de carbono neutralidad pero puede tener una fuerza vinculante mayor que en un tratado internacional si está establecida en un cuerpo legal”
De acuerdo al documento, el objetivo de la Ley Marco de Cambio Climático es transitar hacia un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero hasta alcanzar la neutralidad de emisiones, aumentar la resiliencia a los efectos adversos del cambio climático, y dar cumplimiento a los compromisos internacionales asumidos por el Estado de Chile en la materia.
Para alcanzar este objetivo, todos los planes, políticas y programas que se elaboren en esta materia deberán responder a siete principios básicos: deben estar fundamentados en la mejor evidencia científica disponible; se priorizarán las medidas más efectivas para mitigar sus impactos a menor costo social, económico y ambiental posible; deberá apelar a la equidad procurando una justa asignación de cargas, costos y beneficios con énfasis en sectores, comunidades y ecosistemas más vulnerable.