Informe de Observatorio de Sostenibilidad de la FEN muestra los desafíos del país para el cumplimiento de las metas de los ODS
El Segundo Informe de Sostenibilidad elaborado por el organismo tiene como objetivo entregar información útil a las empresas para la toma de decisiones y nuevos modelos de negocios. Si bien el estudio muestra mejoras en el país en gran parte de indicadores que permiten evaluar el cumplimiento de las metas de la Agenda 2030, aún estamos lejos de los indicadores de la OCDE y existe además una amplia brecha entre las regiones del país. Desde las empresas, se valora la existencia de buenos indicadores en muchas de las materias, pero se reconoce que aún queda un gran camino por avanzar que va desde apurar la implementación de medidas hasta romper la desconfianza.


El Observatorio de Sostenibilidad de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la U. de Chile presentó ayer su Segundo Informe de Sostenibilidad “Chile y sus regiones”, cuyo objetivo es construir una mirada interdisciplinaria de la sostenibilidad en el país y entregar información útil para la toma de decisiones en las empresas y nuevos modelos de negocios.
Esto en el actual marco en que lo que realicen -o no- las empresas en materia de sostenibilidad tiene incidencia en la construcción de reputación de marca y de la organización en su conjunto, sea esta pública o privada, plantea Pedro Hidalgo, director del Departamento de Administración de Empresas de la FEN en la presentación del informe.
“El medio ambiente y su aporte de recursos naturales deben ser usados con eficiencia y eficacia en los procesos productivos. Los modelos económicos emergentes prestan cada vez más atención a la manera como se utilizan dichos recursos (ambientales, humanos y financieros) desde el diseño a la reutilización del producto o servicio. Es decir, los resultados de una empresa se miden en su última línea pero también, y cada vez más, en cómo se lograron dichos resultados. Es la atención que presentan inversionistas, analistas y acreedores para disminuir riesgos e impactos”, agrega.
El informe analiza una serie de indicadores sociales, económicos y ambientales y está alineado con los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) -o Agenda 2030- que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de las ciudades, con el año 2030 como fecha de cumplimiento.
Y en ese sentido, el informe muestra cuán avanzados -por ejemplo en sanemiento de agua (ODS 6), que alcanza a casi el 100% en el país- o qué tan atrás estamos en estas materias, pero al mismo tiempo muestra las brechas que existen para el cumplimiento de cada uno de estos objetivos a nivel regional.
“El informe, en lo general, es un tremendo aporte, porque nos permite ver una mirada nacional pero además segmentado por regiones, lo que permite tener indicadores de desarrollo sostenible y además cómo vamos en su cumplimiento. Eso nos va a significar un aporte similar al que hace el índice de pobreza multidimensional en otro ámbito de cosas”, dice Juan Carlos Corvalán, presidente del Comité de Sostenibilidad de la Cámara de Comercio de Santiago y gerente de sostenibilidad de Sodimac.
“El gran desafío de Chile es moverse de un sistema escolar segregado y que enseñaba solo a algunos niños, a un sistema inclusivo, que reconoce que todos los niños pueden aprender y se adapta a las necesidades y ritmos de cada uno”.
Precisamente en materia de pobreza (ODS 1), el informe muestra que los niveles de pobreza multidimensional -que mide el porcentaje de personas con carencia en salud, trabajo, educación, vivienda y cohesión social, entre otros- en Chile disminuyeron desde un 19,1% en 2015 a un 18,6% en 2017. Sin embargo, mientras en Magallanes esta registra un 10,7%, en La Araucanía alcanza a un 25,4% de la población, en Tarapacá a un 24% y en Los Lagos a un 22,7%.
La situación es distinta al medir la pobreza por ingresos, que solo evalúa patrones de consumo y capacidad adquisitiva. Mientras La Araucanía se mantiene como la más alta con un 17,2%, la Región de Tarapacá está entre las que tienen menor pobreza, con un 6,4% en un ranking que nuevamente es liderado por Magallanes, con un 2,1%. “Realidades como la de Tarapacá es desmostración de que la existencia o ausencia de ingresos económicos es un factor necesario, pero no suficiente para determinar el grado de vulnerabilidad de una persona”, señala el informe.
Brechas en educación
En materia de educación (ODS 4), nuevamente si bien Chile muestra indicadores que lo ponen en el primer lugar en América Latina, aún está muy por debajo de los promedios de la OCDE. En este sentido, el informe señala que “el gran desafío de Chile es moverse de un sistema escolar segregado y que enseñaba solo a algunos niños, a un sistema inclusivo, que reconoce que todos los niños pueden aprender y se adapta a las necesidades y ritmos de cada uno”.
Al mismo tiempo, los indicadores en materia de educación también muestran grandes diferencias entre las regiones. Mientras los años promedio de escolaridad en la Región Metropolitana (RM) y Antofagasta llegan a 11,8, en Maule registran 9,9 y en La Araucanía 10,2. El puntaje promedio en la prueba Simce, en tanto, oscila entre 272 en Arica y 217 en la RM a 256 en Aysén, 260 en Tarapacá y 260,5 en La Araucanía.
“Las cifras también muestran que la empresa privada continúa al debe en innovación, en especial las grandes empresas. Según el CNID (2016) en Chile el porcentaje de empresas que innovan ha disminuido de un 27,8% el año 2006 a un 11,8% el año 2014”
Al analizar la construcción de infraestructura resiliente, promoción de la industrialización sostenible y fomento a la innovación (ODS 9), el estudio indica que en general Chile cuenta con una buena infraestructura física para la movilidad de bienes y personas, al igual que en infraestructura de tecnologías de la información. Sin embargo, la inversión en investigación y desarrollo aparece como el gran desafío, un aspecto clave para el desarrollo de una industria y una economía sostenibles.
“La inversión en I+D aparece como una de las más urgentes de abordar. Si bien resulta evidente que en los últimos 15 años se han desarrollado en Chile diversas iniciativas y programas, especialmente desde lo público, que han promovido el I+D, estas acciones han sido insuficientes lo que lleva al país a posicionarse entre el grupo de países más deficitarios en estas materias a nivel global”, señala el informe.
“Para el año 2018 -agrega- el panorama no es mejor: se reduce el presupuesto del Área Ciencia, Tecnología e Innovación en cerca de 70 millones de dólares respecto del 2017, es decir, la brecha se incrementa con el resto del mundo. Las cifras también muestran que la empresa privada continúa al debe en innovación, en especial las grandes empresas. Según el CNID (2016) en Chile el porcentaje de empresas que innovan ha disminuido de un 27,8% el año 2006 a un 11,8% el año 2014. Esto contrasta con la Unión Europea, donde en un período similar el porcentaje se incrementó de un 38,8% a un 48,9%”.
Esto también se evidencia en regiones, donde la inversión en I+D respecto del PIB al año 2016 era de un 0% en Aysén, 0,07% en Tarapacá y 0,09% en Antofagasta, mientras que en Los Ríos este porcentaje era de un 0,77% y en la RM de 0,61%.
Y en materia de desigualdad (ODS 10), Chile ha mejorado levemente respecto del promedio de los países de la CEPAL, pero aún está muy lejos de los indicadores de la OCDE en esta materia. Y aún persisten grandes diferencias entre las regiones, indica el estudio: “Las regiones de Magallanes y de Antofagasta presentan los ingresos medianos más altos del país, superando en más de 120 mil pesos el ingreso mediano nacional en el año 2017. La Región Metropolitana, de Aysén y de Atacama también tienen ingresos medianos mensuales superiores al resultado nacional. Sin embargo, el sector centro-sur del país, es decir, las regiones de Maule, Biobío y Araucanía evidencian los ingresos medianos mensuales más bajos de Chile”.
“En prácticamente todos los indicadores tenemos disparidades muy grandes por región, en educación, equidad, pobreza… Un Chile que en algunas cosas es cercano a Europa como Magallanes, la Región Metropolitana y Antofagasta, y otro Chile que es más cercano a indicadores de África, como La Araucanía (…) Es impresionante e inaceptable”.
“Romper la desconfianza”
La presentación del informe ayer en la FEN fue seguida con atención por representantes de las empresas, quienes valoraron los avances realizados pero también reconocieron la necesidad tomar mayores acciones que permitan que estos avances lleguen a todos.
“El informe muestra una mejora continua, el país no es el mismo de hace unos años, pero hay mucha desigualdad: en el Maule se incrementó el porcentaje del PIB per cápita, pero es la cuarta peor región del país en cumplimiento de los ODS y buena parte de la gente no tiene agua potable”, dice Francisco Cerezuela, gerente de relaciones institucionales y sustentabilidad de Telefónica.
Una mirada que comparte Juan Carlos Corvalán, de Sodimac: “En prácticamente todos los indicadores tenemos disparidades muy grandes por región, en educación, equidad, pobreza… Un Chile que en algunas cosas es cercano a Europa como Magallanes, la Región Metropolitana y Antofagasta, y otro Chile que es más cercano a indicadores de África, como La Araucanía. Allí los niveles de pobreza, contaminación, distribución de ingresos, educación la dejan en el último lugar. Es impresionante e inaceptable”.
Las empresas, sin embargo, están avanzando en torno a implementar acciones que mejoren estos indicadores. “La totalidad de las empresas que trabajan en la minería del cobre orientan sus acciones en cumplir con los ODS, y emplean factores que van más allá del éxito económico”, dice Jorge Bande, director del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (CESCO). Sin embargo, reconoce, “aún queda mucho por hacer en la reducción de la desigualdad en regiones como Atacama”
¿Qué hacer? A juicio de Corvalán, se necesita que las empresas se hagan cargo de sus impactos y miren los fenómenos a largo plazo porque -asegura- crecimiento no es igual a desarrollo.
“Hay que romper la desconfianza. Nadie cree en los empresarios, en Carabineros, en la Iglesia. Nos faltan más bomberos. Sabemos que para romper esa desconfianza las empresas tienen que comprometerse con los ODS. Los indicadores del Informe de Sostenibilidad son buenos, pero son perfectibles”, señala.
En materia de educación, por ejemplo, Francisco Cerezuela propone “propender hacia la educación digital, que es mirada en menos por la academia. No lo veo en la Comisión de Acreditación, se sigue empleando el modelo de educación presencial. Estamos con problemas presentes que tienen soluciones del pasado, y yo quiero que sean del futuro. Hoy el 50% del país no tiene cobertura digital”
Y en ese sentido, dice Juan Carlos Corbvalán, es en base a este tipo de estudios y la información que entregan que las empresas pueden ir avanzando “desde el desconocimiento total hacia un conocimiento más parcial. Cada vez más empresas se están comprometiendo, porque se están dando cuenta de que con eso no solo garantizan su existencia como empresa, sino su conexión con los clientes. Ha ido progresivamente avanzando. Yo quisiera que esto fuera más rápido, pero este informe nos sirve para eso. Lo tomamos como insumo”.