Manos del Marga-Marga: el papel que hace germinar plantas y flores
Creado por Liz Valdés en Quilpué, este emprendimiento crea papel reciclado con semillas dirigido a empresas, instituciones, imprentas y personas individuales para distintos fines: tarjetas de presentación, partes de matrimonio, avisos publicitarios y otros. El papel contiene un mix de huerta chilena y un mix de flores para ofrecer a sus clientes. Dependiendo de varios factores, los primeros brotes deberían germinar en un plazo entre siete y 10 días.
En 2008, Liz Valdés trabajaba como publicista de forma independiente, cuando notaba que en su casa su madre y su padre tiraban a la chimenea todos los excedentes de papel que encontraban. Ella se oponía a que dichos papeles terminaran quemados, contaminando el medio ambiente, y desde aquel hito comenzó a recuperarlos para hacer, en principio, manualidades, y luego hojas de papel reciclado. De pronto la empezaron a contactar agencias de publicidad, en concordancia con su profesión, y se abrió a fabricar partes de matrimonio y credenciales con ese papel que se empeñaba en recuperar y salvar de la basura.
Así, continuó hasta 2010 cuando a ese mismo papel reciclado decidió añadirle semillas para convertirlo en un papel germinable, es decir, que al ser puesto sobre la tierra, pudiera dar a luz a una planta. Nacía así el Mix Huerta Chilena (con semillas de ají, pimentón, tomate limachino, albahaca, cilantro, apio y zanahoria) y al año siguiente el Mix de Flores (zinnias, cosmos, claveles turcos, clavelinas, amapolas, perritos). En su casa, ubicada en el sector El Retiro, de Quilpué, solían recoger semillas como costumbre familiar.
En 2015 Liz creó el Mix Huerta Étnica, con nobles semillas de cereales precolombinos, y en 2017 nació Huerta Gourmet, con un mix de hortalizas premium y finas hierbas. Pero no fue hasta ese año, 2017, en que Valdés fundó con personalidad jurídica la empresa Manos del Marga-Marga, en honor a la provincia donde vive y al estero que baña Quilpué.
“Hasta 2017 yo funcionaba con mi rut y ese año comencé a recibir asesoría de Sercotec Valparaíso y nos salió un trabajo para la empresa Paris. La necesidad de la demanda nos empujó a formalizar”, comenta la fundadora de Manos del Marga-Marga. “Nos llegaron muchos más pedidos y de proyectos más grandes. En principio podía sola, pero después fue necesario tener un equipo de trabajo y contratar gente”, agrega. En ese aspecto, destacan en la página web del emprendimiento, hoy está conformado “mayoritariamente por mujeres en un sistema colaborativo de trabajo, lo que genera un excelente ambiente de trabajo, con relaciones laborales respetuosas y solidarias, en donde los objetivos del proyecto se alinean con las necesidades y metas de sus integrantes”.
2018 fue al año de la consolidación de la propuesta al contratar personal durante todo el año. “La incorporación de las semillas marcó la diferencia”, comenta Liz Valdés, quien mantuvo el Mix Huerta Chilena y el Mix de Flores como ofertas estables en su catálogo, mientras que el Mix Huerta Étnica y el Mix Huerta Gourmet son sólo a pedido.
En términos sucintos, Manos del Marga-Marga recolecta papel usado, traído por distintos proveedores, desde instituciones hasta recicladores/as de base (papeles de oficina, fotocopias, etcétera). Ese papel luego se convierte en pulpa y, hoja a hoja, se pasa a una batea, para luego con un bastidor se transforman en el papel reciclado. Se moldea, se coloca una tela y después se traspasa a una prensa para exprimir el agua y pasar al secado sustentable. Sustentable, porque, según Valdés, “secamos con energía solar, humedad y viento, no empleamos energía eléctrica”.
“Las personas que entienden de plantas saben que no pueden poner muchas semillas juntas en un mismo lugar porque se le exige al suelo que dé nutrientes para muchas plantas. El promedio adecuado es que una etiqueta de 5 x 9 centímetros puede servir para un macetero de unos 20 centímetros de diámetro”.
Los clientes preferentes
El tipo de papel germinable fabricado por Manos del Marga-Marga va desde pequeñas etiquetas de 9 x 5 centímetros hasta 63 x 34 en formato medio tabloide. Los clientes varían entre empresas, instituciones, agencias de publicidad e imprentas. Estas últimas piden papel en grandes cantidades para poder imprimir.
El otro mercado al que intentan cautivar es a personas particulares: novios, madres para los cursos de los hijos, etcétera. “Atendemos a una gran cantidad de personas que se unen por la necesidad de usar algo que no se vaya a convertir en basura, algo que le vaya a quedar de recuerdo a la persona. Ya que cuando plantan el papel, pueden ver las plantas. O después del matrimonio que fueron, pueden ver brotar una plantita. Atendemos varios nichos”, cuenta la emprendedora.
Hay varias maneras de disponer el papel en el macetero, explica Liz Valdés. Si es una etiqueta de ropa del Mix Huerta Chilena, se puede colocar entera hidratada o partirla en trocitos. “Yo no recomiendo que la pongan directamente en la tierra, pero sí en un departamento o una casa, hidratar en un plato de agua y verán cuándo la semilla se hincha”, considera Valdés. Dependiendo de la especie, las condiciones climáticas y el cuidado -avizoran en el sitio web- se podrían ver los primeros brotes en entre 7 y 10 días.
“Las personas que entienden de plantas saben que no pueden poner muchas semillas juntas en un mismo lugar porque se le exige al suelo que dé nutrientes para muchas plantas. El promedio adecuado es que una etiqueta de 5 x 9 centímetros puede servir para un macetero de unos 20 centímetros de diámetro”, añade la creadora de Manos del Marga-Marga.
En tanto, las imprentas y agencias gráficas piden grandes volúmenes de papel para imprimir. “Sacan calendarios, material publicitario”, dice Liz. Al principio, comenta ella, fabricaban papel todo el año, pero ahora sólo lo hacen en verano, porque el secado del papel es complicado en meses de invierno. “A menos que tengamos una cámara de secado, no podemos trabajar confeccionando en invierno. Lo otro sería hacerlo, pero consumiríamos mucha energía, y no es el espíritu de este proyecto”, agrega.
Del mismo modo, en el mismo taller que tiene en su casa del sector quilpueíno de El Retiro tratan de no ocupar el agua potable, sino que lo hacen con agua de pozo que reutilizan un par de veces antes de filtrarla, y luego se arroja a las plantas del mismo predio. En total, dice Valdés, producen cerca de 5.000 hojas mensuales en promedio. Y si bien en principio sacaban las semillas de los mismos invernaderos o huertos familiares, hace dos años les compran las semillas incrustadas en el papel a proveedores/as certificados/as.