Libro Verde: la librería-editorial apasionada por el patrimonio natural
El diseñador industrial Rodrigo Moren fundó hace cinco años este proyecto de librería y editorial independiente que busca alianzas con otras editoriales, organizaciones y fundaciones para contar con una nutrida oferta de literatura sobre ecología, flora y fauna, educación ambiental y temáticas asociadas. Por ahora en funcionamiento online gracias a su lucha por que el libro fuese declarado bien esencial en pandemia, Libro Verde, aparte de ser librería, ya cuenta con proyectos editoriales propios y tiene seis más en curso.
Cuando ya acumulaba una dilatada experiencia en temas de sustentabilidad, el diseñador industrial Rodrigo Moren levantó junto a otros socios una ong que se abocó al diseño, reutilización creativa y reciclaje para trabajar en educación ambiental en los colegios. En ello trabajó con el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID) y el Ministerio de Economía para trabajar en sectores vulnerables de Santiago.
En esa abnegada tarea, que implicó fortalecer a las comunidades educativas y modelar los programas académicos, tomó nota de la necesidad que había en los y las escolares de aterrizar los contenidos ambientales. De hacerlos más amigables, atractivos, a través de herramientas como los cuentacuentos, especialmente dirigidos hacia los de menor edad. Este fue el origen de Libro Verde, un proyecto de librería independiente que paulatinamente se ha ido complementando con una editorial.
“Partió como un repositorio de contenidos didácticos para temas educativos a nivel ambiental, pero detectamos que había una serie de brechas que resolver. Por ejemplo, en huertos y cultivos no hay literatura formal al respecto; hay estudios, algunos PDF, pero literatura práctica que pueda llegar a personas comunes y corrientes, no. Los temas de consumo consciente, derecho ambiental, economía circular estaban siempre en el discurso, pero no se hacían carne en literatura”, cuenta Rodrigo Moren, fundador de Libro Verde.
Siempre pensando en un formato acotado, Moren comenzó a tender alianzas con organizaciones, fundaciones y editoriales a pequeña escala para engrosar su catálogo en materia medioambiental, patrimonio natural, flora y fauna, geografía, entre otras. Hasta ahora cuenta con 94 asociados, entre personas y organizaciones, y juntos han podido conformar una oferta variada de títulos con temáticas similares. Entre esas organizaciones figuran el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y la Fundación Basura.
“Los libros que existen de estos temas en el retail y en cadenas más pequeñas están en un segundo piso, en una cosa como de turistas, en la sección fotografías, pero no presentan plataformas de exhibición, no los muestran en las vitrinas”, precisa Moren, cuyo foco son aquellos autores que no tenían canales de distribución y, por lo tanto, su cobertura era limitada y “se quedaban en circuitos académicos”, agrega.
El proyecto fue mutando a generar un espacio para una editorial, llamada Ediciones Libro Verde, que ya cuenta con un título propio y tiene seis más en camino, incluidos dos dirigidos al público infantil.
“Detectamos que había una serie de brechas que resolver. Por ejemplo, en huertos y cultivos no hay literatura formal al respecto; hay estudios, algunos PDF, pero literatura práctica que pueda llegar a personas comunes y corrientes, no”.
Bien esencial en pandemia
A Rodrigo Moren no le motivaba al principio crear una tienda física de venta. Libro Verde partió exclusivamente con tienda virtual para distribuir sus libros, con lo cual logró dotar a la empresa de “una estructura de la itinerancia y de lo digital”, asegura el emprendedor. Y aunque hace dos años abrió una tienda física en la comuna de Providencia, la llegada de la pandemia no los pilló tan desarmados: ya sabían lo que era trabajar en la modalidad de librería virtual. Actualmente venden sus libros por e-commerce a través de su página web. También cuentan con Instagram y Facebook.
Lo otro que le ha permitido seguir operando con relativa normalidad es la autorización del Ministerio de Cultura para comercializar libros en pandemia. Esto se consiguió por la lucha en que estuvo involucrado Moren como miembro de la Asociación de Editores Independientes de Chile, cuya entidad pidió expresamente a esta cartera desde 2020 poder declarar a los libros como bienes esenciales mientras dure el encierro. “Es un elemento crucial para sortear los efectos de la cuarentena, es una válvula de escape”, acota él.
“Afortunadamente nos ha ido bien, tenemos una excelente relación con un público lector que valora los libros que tenemos. No solo son contenidos didácticos; también existen contenidos duros en nuestro catálogo, aunque nos falta mucho por crecer”, dice el fundador de Libro Verde, cuyos despachos son en Santiago utilizando bicimensajería y empaques reutilizables. “No promovemos que los libros usen plásticos, aunque se deterioren”, complementa.
Por último, Moren está convencido de que el trabajo a pequeña escala puede producir los cambios que el mundo necesita en esta etapa de crisis económica, sanitaria y climática. “Lo pequeño es hermoso”, es el lema que guía su quehacer, y cree que robustecer las relaciones con otras organizaciones, a modo de colaboración, “es fundamental para el desarrollo del futuro”. Cierra con la siguiente reflexión: “Las crisis actuales pasan también por haberle dado vida a un sistema económico que genera grandes problemas, que acapara todo. Actualmente somos consumidores, pero no productores de contenido”.