Cuando ya acumulaba una dilatada experiencia en temas de sustentabilidad, el diseñador industrial Rodrigo Moren levantó junto a otros socios una ong que se abocó al diseño, reutilización creativa y reciclaje para trabajar en educación ambiental en los colegios. En ello trabajó con el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID) y el Ministerio de Economía para trabajar en sectores vulnerables de Santiago.
En esa abnegada tarea, que implicó fortalecer a las comunidades educativas y modelar los programas académicos, tomó nota de la necesidad que había en los y las escolares de aterrizar los contenidos ambientales. De hacerlos más amigables, atractivos, a través de herramientas como los cuentacuentos, especialmente dirigidos hacia los de menor edad. Este fue el origen de Libro Verde, un proyecto de librería independiente que paulatinamente se ha ido complementando con una editorial.
“Partió como un repositorio de contenidos didácticos para temas educativos a nivel ambiental, pero detectamos que había una serie de brechas que resolver. Por ejemplo, en huertos y cultivos no hay literatura formal al respecto; hay estudios, algunos PDF, pero literatura práctica que pueda llegar a personas comunes y corrientes, no. Los temas de consumo consciente, derecho ambiental, economía circular estaban siempre en el discurso, pero no se hacían carne en literatura”, cuenta Rodrigo Moren, fundador de Libro Verde.
Siempre pensando en un formato acotado, Moren comenzó a tender alianzas con organizaciones, fundaciones y editoriales a pequeña escala para engrosar su catálogo en materia medioambiental, patrimonio natural, flora y fauna, geografía, entre otras. Hasta ahora cuenta con 94 asociados, entre personas y organizaciones, y juntos han podido conformar una oferta variada de títulos con temáticas similares. Entre esas organizaciones figuran el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y la Fundación Basura.
“Los libros que existen de estos temas en el retail y en cadenas más pequeñas están en un segundo piso, en una cosa como de turistas, en la sección fotografías, pero no presentan plataformas de exhibición, no los muestran en las vitrinas”, precisa Moren, cuyo foco son aquellos autores que no tenían canales de distribución y, por lo tanto, su cobertura era limitada y “se quedaban en circuitos académicos”, agrega.
El proyecto fue mutando a generar un espacio para una editorial, llamada Ediciones Libro Verde, que ya cuenta con un título propio y tiene seis más en camino, incluidos dos dirigidos al público infantil.