“El planeta no es un cenicero”: ley que prohibirá arrojar colillas de cigarro genera adhesión, pero hay dudas en su fiscalización
El proyecto, que quedó listo para ser promulgado por el Presidente de la República, busca generar un cambio cultural en la ciudadanía para evitar que las colillas del tabaco terminen contaminando los cauces de agua y, en general, el medio ambiente. Si bien hay consenso en que la normativa es adecuada, aún subsisten preguntas en torno a si se cumplirá efectivamente, debido a los términos en que quedó establecida la supervisión.
A casi dos años de su ingreso a tramitación al Congreso, vía moción parlamentaria, el proyecto de ley que establece medidas para evitar la contaminación con colillas de cigarrillos quedó listo para ser promulgado por el Presidente de la República. El pasado 5 de enero, la Sala del Senado aprobó por unanimidad el informe de la Comisión Mixta que buscaba zanjar las diferencias que surgieron entre ambas cámaras en su discusión.
El proyecto referido modifica la ley N° 19.419 que regula actividad que incida relacionadas con el tabaco, y el Código Penal para proteger playas de mar, de río o lago, de la contaminación con colillas de cigarro. En términos generales, la iniciativa comprende un paquete de medidas, entre las cuales destaca la sancionar el lanzamiento de colillas a la vía pública y dentro de los espacios recreativos, y pone énfasis en su regulación en los lugares próximos a cuerpos de agua, toda vez que las toxinas de una colilla pueden contaminar hasta 50 litros de agua dulce, según señalan algunos estudios.
Con respecto a este último punto, concretamente el proyecto prohíbe fumar en las “playas de mar, de río o lagos, dentro de una faja de 80 metros de ancho medidos desde la línea de más alta marea de la costa del litoral y de los terrenos fiscales riberanos hasta una distancia de 80 metros medidos desde donde comienza la ribera”. Otra prohibición tiene que ver con arrojar los filtros o colillas de cigarros en la calle y en los patios o espacios al aire.
Sobre este último punto, además, quedó establecido que este tipo de locales que tengan patios o espacios al aire libre deberán instalar ceniceros, contenedores o receptáculos destinados al depósito de filtros, colillas o cenizas de cigarros, en dichos lugares o en sus accesos. Además, se resolvió una diferencia que fue zanjada por el Senado cuando rechazó una disposición que permitía que los filtros y colillas fuesen elaboradas con material biodegradable. La Cámara Alta declinó aprobar esta regla argumentando que las colillas, aunque sean biodegradables, no son inocuas.
“Este proyecto no va en la línea de prohibir fumar, pues las libertades personales se respetan, pero sí exige que las personas tomen conciencia con el medioambiente y cambien de hábito. Es un cambio cultural muy radical al que queremos apuntar. No tiene por objetivo castigar porque sí, sino indagar más allá e instalar una conciencia”.
El análisis de la autora del proyecto
Respecto de cómo quedó el texto final que deberá firmar el Presidente Sebastián Piñera para que entre en vigencia, la autora del proyecto, la diputada Carolina Marzán, destaca el espíritu detrás de la normativa.
“Este proyecto no va en la línea de prohibir fumar, pues las libertades personales se respetan, pero sí exige que las personas tomen conciencia con el medioambiente y cambien de hábito. Es un cambio cultural muy radical al que queremos apuntar. No tiene por objetivo castigar porque sí, sino indagar más allá e instalar una conciencia. Una colilla tiene cerca de 7.000 compuestos tóxicos que afectan a las napas subterráneas cuando se tiran a la tierra, y en el agua produce un daño irreversible”, dice la diputada Marzán.
Con respecto a la discusión que surgió en el Senado, respecto de la biodegradabilidad de las colillas, Marzán cuenta que finalmente las colillas serán fabricadas de la misma manera, muy a pesar, dice ella, de la intención de la industria tabacalera de “instalar este tema para utilizarlo de manera indirecta como un incentivo para que la gente fume”. Esto, a juicio de la parlamentaria, nos preocupó y decidimos votar a favor de lo que resolvió la Comisión Mixta sobre este particular”.
Sobre la ampliación de playas de mares, ríos y lagos para la prohibición de fumar, Marzán quedó absolutamente conforme, ya que contribuye a evitar usar las playas como cenicero. “De hecho, ese es el nombre con el que nosotros quisimos difundir el proyecto de ley, mucho más allá del ´Chao colillas´: ‘El planeta no es cenicero’. Grafica muy bien lo que queremos, porque esta conducta de arrojarlas está muy naturalizada”, cree la congresista.
Por su parte, desde la ong internacional Oceana Chile, también valoran la aprobación del proyecto de ley. “Cuando impulsamos la ley que regula los plásticos de un solo uso que se aprobó el año pasado, pudimos ver que las colillas de cigarros están dentro de los residuos más encontrados en las limpiezas de playas del país, lo cual también ocurre en el resto del mundo, por lo que es un avance que también se eliminen desechos como estos de los espacios públicos”, dice Liesbeth van der Meer, directora de Oceana.
“Hace dos años nos anticipamos a la promulgación de la ley y a través de la empresa privada pusimos depósitos de colillas de cigarros en las playas y en el centro de la ciudad, y en las señaléticas de tránsito instalamos ceniceros grandes rectangulares. En total son 80 en la ciudad. La gente se ha ido acostumbrando a dejarlas ahí, no se ven colillas en la vereda”.
Las dudas sobre la fiscalización
Uno de los puntos de la normativa que provoca ciertas dudas en su aplicabilidad real, es la fiscalización que recae en la policía marítima, lacustre y fluvial, mandatada en este caso por la Armada de Chile, a través de Directemar. Consultados para este artículo de prensa, el departamento de comunicaciones de Directemar adujeron que esperarán la publicación de la ley en el Diario Oficial para emitir una opinión y contar cómo se harán cargo de esta misión.
Según dice el texto final, a la ciudadanía también le corresponde un rol fiscalizador para hacer denuncias ciudadanas ante el juzgado de policía local respectivo cuando observa una contravención a la norma. Del mismo modo, las penas para quienes infrinjan la ley involucran multas de hasta 4 UTM y determina que se podrá cumplir condena con servicio a la comunidad limpiando playas, lagos o ríos.
“A la policía marítima se le suma una nueva atribución, que es la que cumplen para garantizar un buen comportamiento en las playas, evitar consumir alcohol y otras. Además, estará la autoridad sanitaria y los inspectores municipales fiscalizando. En ese sentido, la denuncia ciudadana apunta a empezar a cambiar a ese hábito. Sabemos que es difícil: en pandemia si le dices a alguien que se suba la mascarilla, el otro reacciona de manera violenta. Esta concientización será importante porque ya promulgado el proyecto, será ley inmediatamente. No va a tener una marcha blanca ni tiempo para instalarse”, asegura la diputada Carolina Marzán.
Menos certeza tiene de la fiscalización el alcalde de Pucón, Carlos Barra, cuya comuna que administra será una de las tantas que deberá supervisar el cumplimiento de la ley en su temporada estival de playas a orillas del lago Villarrica. Al respecto, el jefe comunal cuenta que Pucón se encuentra preparado para cuando entre en vigencia la normativa, ya que “hace dos años nos anticipamos a la promulgación de la ley y a través de la empresa privada pusimos depósitos de colillas de cigarros en las playas y en el centro de la ciudad, y en las señaléticas de tránsito instalamos ceniceros grandes rectangulares. En total son 80 en la ciudad. La gente se ha ido acostumbrando a dejarlas ahí, no se ven colillas en la vereda. Cuando salga la ley, estas medidas las vamos a reforzar”.
Barra adelanta que en los próximos días, en tanto integrante de la Asociación de Municipalidades Turísticas, pedirán reunirse con la Armada de Chile para reforzar la vigilancia y el cumplimiento de la ley. Sin embargo, declara que los inspectores municipales no tienen la facultad ni la capacidad de poder apoyar la fiscalización, ya que éstos son agredidos permanentemente por la ciudadanía, y no hay interés por ingresar a los municipios para cumplir esta función.
Del mismo modo, el alcalde de Pucón teme que la normativa no sea efectiva si la ciudadanía no cumple lo que le corresponde. “Si no hay colaboración de la ciudadanía, esta ley es inoperante. Fuimos la primera comuna que prohibió las bolsas plásticas, estamos por el cuidado ambiental. Yo creo que la ley va a ser efectiva en la medida en que la ciudadanía coopere, no sé si va a inhibir que la gente fume, eso sí. No creo que el que esté cerca de la playa, vaya 40 metros a dejarla a un cenicero”, cierra el jefe comunal.