A más tardar la primera semana de julio, la Convención Constitucional deberá celebrar su primera sesión. Aquel día este organismo inédito en la historia del país se encargará de redactar una nueva Constitución para Chile en un plazo de nueve meses, prorrogable a 12. Para entonces, el Congreso Nacional y la Convención funcionarán paralelamente, por lo que es válido preguntarse si la discusión constitucional incidirá en el funcionamiento regular de las comisiones permanentes de la Cámara de Diputados y el Senado en lo que respecta a la tramitación de los proyectos de ley.
En particular, las Comisiones de Medio Ambiente de ambas cámaras no detendrán su trabajo de legislación de iniciativas de ley de corte ambiental mientras funcione la Convención Constitucional. Por el contrario, la discusión al interior de ambas comisiones continuará bajo el régimen actual de la Constitución del 80. Aunque, en el futuro, presumen, toda la legislación se deberá reformular acorde a los nuevos principios que queden plasmados en el nuevo texto constitucional.
Es lo que cree, por ejemplo, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara, el diputado Ricardo Celis, quien cree que la Convención cumplirá “roles distintos” a los del Congreso. “Por ahora ésta es la Constitución que tenemos y hay que seguir legislando en base a aquello. Los constituyentes tienen que construir el paraguas del futuro, y hoy estamos legislando respecto de los temas que se presenten. Lo que trabajamos en la Comisión también son temas de futuro”, agrega el parlamentario.
En esa misma línea, la diputada integrante de dicha comisión, Catalina Pérez, asegura que “tanto el poder constituyente como el poder constituido deben seguir trabajando. Yo creo que proteger a los territorios constituidos como zonas de sacrificio, enfrentar la crisis climática con medidas urgente, enfrentar a las redes inmobiliarias, requiere no esperar las conclusiones de esta Convención Constitucional que fijará las bases de una nueva forma de relación con los ecosistemas y con los ciclos de la naturaleza”.
En la Comisión de Medio Ambiente del Senado, en tanto, también se cuadran con la continuidad de su trabajo legislador, aun con el funcionamiento paralelo de la Convención. El senador y ex presidente de dicha instancia, Alfonso De Urresti, sostiene que la Comisión “seguirá las discusiones de la Convención Constitucional, pero eso no significa que nuestro trabajo se detenga. Seguiremos impulsando leyes transformadoras, como la Ley Marco de Cambio Climático, la ley que modifica el sistema de evaluación de impacto ambiental en temas forestales, la protección de las turberas, del arbolado urbano y muchas más”.
Por su parte, el miembro de dicha comisión, senador Rafael Prohens, dice que el “objetivo de la Convención es distinto a los de la Comisión de Medio Ambiente del Senado, y son diversos desde el rango legal ya que la Constitución regula el marco general de normas del Estado”.