UNNA: calzones menstruales reducen la basura generada por las toallas higiénicas
Cada mujer genera 88 kilos de desecho durante los 40 años de edad fértil y puede bajarlo a solo seis kilos si usa esta tecnología de cuatro capas que es una solución saludable, económica y ecológica en su cuidado menstrual. Desde pantaletas hasta colaless ofrece el emprendimiento creado por Carmen Nalda, quien ha encontrado gran acogida de sus productos entre las mujeres, pese a que su pyme lleva poco más de un año en el mercado.
Carmen Nalda miró el basurero de su casa y no fue capaz de creer todo el plástico que acumulaba durante los días de su ciclo menstrual. De inmediato, pensó que la escena que le avergonzó se podía replicar en miles de hogares de otras mujeres chilenas, en el entendido de que las toallas higiénicas arrojadas al tacho pueden degradarse, con suerte, en 500 o 1.000 años más. “Entonces, lo que gatilló la creación de mi emprendimiento fue el componente medioambiental”, explica Nalda, quien tenía plena conciencia de que había que idear mejores opciones, más sustentables y más económicas. Como unos calzones, por ejemplo.
Así nació, a fines de 2021, UNNA, una pyme de confortables calzones menstruales que busca ser una alternativa al el uso de las toallas higiénicas o los tampones. La ides es brindar a las mujeres una solución funcional, saludable, eco-amigable y sexy para su cuidado menstrual. De acuerdo a las cifras que maneja Carmen Nalda, actualmente la industria de las toallitas higiénicas genera 88 kilos de desechos por persona en los 40 años promedio de su edad fértil. además de que implica una inversión de más de $190.000 anuales por persona.
El detalle se desglosa así, según las estimaciones hechas por UNNA: si cada mujer utiliza cinco toallitas por día, serán 25 durante los cinco días que dura su período menstrual. Si esto se multiplica por los 12 meses en que suceden los períodos menstruales, el cálculo llega a 300 toallas higiénicas. Si esa cifra se lleva al uso durante toda la edad fértil de una mujer (es decir, en promedio 40 años), se habrán usado 12.000 toallitas. Dicha cantidad es equivalente a 88 kilos por persona, asumiendo que cada toalla pesa 7,5 gramos.
“Históricamente la mujer no participaba tanto de esto, pero eso ha llevado que no se hagan cargo de sus desechos. Lo bueno es que están surgiendo soluciones planteadas por mujeres y para mujeres. Y las generaciones más jóvenes lo entienden así”.
En cambio, asegura Carmen Nalda, si se asume que los calzones menstruales pueden soportar desde 40 hasta 50 lavados, al fin de su vida útil solo generarán 6 kilos de desechos. Vale decir, cada mujer produce 81 kilos menos de basura por el uso de los productos UNNA, “y eso multiplícalo por la cantidad de mujeres que existen en Chile”.
“La gracia está en su tecnología de cuatro capas, que reúnen los pilares que yo andaba buscando. La primera capa es de microfibra, contiene filamentos de plata antibacteriales y tiene contacto con la piel, pero te sientes seca; la segunda es de algodón, que contiene el flujo; la tercera es una capa impermeabilizada que refuerza la materialidad; y la cuarta es un revestimiento del calzón, que hace que parezca un calzón normal”, añade la emprendedora, quien recomienda echar agua fría del lavamanos al calzón no más de 20 segundos antes de meterlo a la lavadora, también con agua fría, y luego se seca al aire”.
Según Nalda, cada vez se observa una mayor demanda de estos productos, lo que ha motivado a ciertas tiendas del retail a innovar en calzones menstruales: “Históricamente la mujer no participaba tanto de esto, pero eso ha llevado que no se hagan cargo de sus desechos. Lo bueno es que están surgiendo soluciones planteadas por mujeres y para mujeres. Y las generaciones más jóvenes lo entienden así”.
Desde pantaletas a colaless
Si se revisa la página web de UNNA encontrará un variado portafolio de ofertas respecto de los calzones menstruales. Porque no se trata de un solo modelo estándar, sino de varios estilos que vuelven al producto más versátil: hay calzón alto, boyshort, pantaleta, bikini y colaless. Es decir, hay para todos los gustos en este emprendimiento cuyo lema es “cambiando las reglas”.
“El boyshort por ejemplo es más flexibile y es usado para hacer deporte; el calzón alto sería coloquialmente el “calzón de la abuela”; el bikini es un clásico de todos los tiempos; y los colaless son realmente apetecidos. Hay que decir, eso sí, que el mundo se divide entre mujeres con colaless y sin colaless”, ríe Carmen Nalda, quien valora la faciidad que implica para las mujeres no acudir a productos desechables como las toallas higiénicas, sino que acudir al closet para encontrar la solución. “Y siempre hay que estar preparadas, porque nunca sabes cuando la regla te llega de sorpresa”, apunta la emprendedora.
Cada uno de los productos que ofrece UNNA se venden en el sistema e-commerce de la página web. Y algo que hasta aquí no se ha dicho es que, aparte del menor impacto ambiental, adquirir un calzón menstrual representa un ahorro ingente para el bolsillo. Según el cálculo de la empresa, durante 40 años una mujer puede desembolsar $1.680.000 en la compra de toallitas higiénicas, mientras que, durante el mismo intervalo de tiempo, se pueden gastar $1.152.000, lo que equivale a un ahorro de $528.000.