Para descansar del 2020: alojamientos sustentables que renacen de las cenizas este verano
La creación del Permiso de Vacaciones, que solo se puede aplicar una vez para comunas que se encuentren en Fase 2 del Plan Paso a Paso, permitirá que muchas personas se reconecten con un entorno natural, tras un año durísimo producto de la pandemia. El mismo desgaste emocional, sumado a las pérdidas económicas, vivieron los administradores de recintos turísticos que apuestan por el desarrollo sustentable entre sus políticas. Confían en que la situación mejorará y por eso reabren sus puertas para recibir a los turistas con todos los protocolos COVID.
En un año complejo, tal vez el más complejo de nuestras vidas, la necesidad de naturaleza quedó de manifiesto ante el prolongado encierro. Por este motivo, el nuevo Permiso de Vacaciones para las comunas que se encuentren en Fase 2 del Plan Paso a Paso, abrió la posibilidad para muchas personas con su salud mental alterada para poder disfrutar de los beneficios del entorno natural.
Pero no solo será una nueva oportunidad para los turistas. Los regentes de alojamientos turísticos también recibieron una segunda vida producto de esta apertura gradual, tras mantener cerrados durante buena parte de 2020. En País Circular elegimos un grupo de emprendimientos turísticos -campings, hostales, cabañas- que tienen entre su política interna aplicar criterios de sustentabilidad en todas sus instalaciones. He aquí una selección.
Camping La Abuela: magia a orillas del lago Cucao
Con 37 años de historia, el Camping La Abuela de Cucao es emblemático en la Isla Grande de Chiloé y entre sus tantos atractivos tiene una particularidad: solo se puede llegar en lancha. A través de un embarcadero del mismo camping, ubicado en el mágico pueblo de Cucao, los turistas llegan en 10 minutos de navegación a este paradisíaco lugar, ubicado a orillas del lago Cucao, desde donde se puede disfrutar una primorosa puesta de sol. Allí, fuera de la civilización y del mundanal ruido, vive “la abuela” Ana Delia Guenuman, de 97 años, a quien el camping debe su nombre. Desde 2010, el recinto comenzó a aplicar criterios de sustentabilidad. “Iniciamos un cuidado especial al medioambiente, incorporando energías renovables, tanto para generar nuestra propia electricidad con el viento y el sol, a través de paneles solares y un generador eólico. La calefacción de agua para las duchas es a través de termos solares. Hacemos reciclaje responsable de los residuos, llevándolos a los puntos que existen en la comuna de Castro. También hemos logrado cambiar nuestros motores de nuestras embarcaciones de 2 tiempos a motores de 4 tiempos”, dicen en el Camping La Abuela, contentos por la reapertura de su emprendimiento tras un 2020 de incertidumbre y estrechez económica producto de la pandemia. Cuenta con todos los protocolos COVID y tienen 50 por ciento de capacidad.
La Paskana: sustentabilidad desde Arica
Localizado en la puerta norte del país, Arica, Hostal La Paskana tuvo que afrontar un proceso difícil por razones de la pandemia. Entre abril y agosto de 2000 cerraron sus puertas, debido a la emergencia sanitaria, pero ahora se encuentran plenamente operativos. Con diez años de vida, La Paskana adoptó varios criterios de sustentabilidad en su política, entre las que destaca la inclusión de un sistema solar fotovoltaico y otro termosolar. “Reciclamos residuos como botellas plásticas, vidrios, latas de aluminio, residuos orgánicos. Reemplazamos el 97% de nuestra iluminación por LED”, explica Alejandro Heredia, administrador del hostal. También han dejado huella en el plano social, por cuanto “rescatamos la cultura y patrimonio local de nuestra región en la decoración y en la estructura de nuestro establecimiento, entre otras medidas”, agrega el regente. Para él, la incorporación de políticas sustentables debiese ser un imperativo no solo para los alojamientos turísticos, sino para todas las empresas: “Estamos ante una emergencia climática que no ha sido tomada en serio lo suficiente por la población general. La dinámica y el ritmo de vida moderna facilita distraernos de un tema tan gravitante a nivel global que es necesario tomar acción como individuos y traducirlo en acciones en nuestro ámbito laboral y productivo”.
Parque Ilihue: un remanso sustentable junto al Lago Ranco
A cinco kilómetros del pueblo de Lago Ranco, camino a Riñinahue, se levanta este complejo turístico que funciona desde 2009. También víctima del encierro prolongado, el proyecto se mantuvo en ciernes durante 2020, pero en este momento se encuentra abierto a turistas, aprovechando también el permiso único de vacaciones. Uno de los sellos distintivos de Parque Ilihue -cuya oferta incluye cabañas, restorán, spa y actividades al aire libre- es la creación de una política de sustentabilidad que cruza todos los niveles: social, económico y ambiental. “Se trata de mantener un equilibrio entre diversos actores que inciden en el desarrollo integral de un destino turístico. Por eso Parque Ilihue se compromete a minimizar los riesgos en el ámbito medioambiental, sociocultural y económico”, dice Gabriel Rojas, administrador y dueño del recinto. Entre las acciones netamente medioambientales destaca el sistema de compras sustentables, minimizar la gestión de residuos, no usar bolsas plásticas, eficiencia hídrica en los inodoros, reciclaje en general, entre otros. Por el lado sociocultural, Rojas explica que Parque Ilihue respeta a las comunidades locales y en especial a miembros de pueblos originarios. Y desde el punto económico, entre otras líneas, adhieren a los principios del comercio justo, por ejemplo, en las oportunidades para productores desfavorecidos.
Hostal Hara: en el corazón de San Pedro
“Ha sido muy sacrificado al punto de querer cerrar o salir huyendo”, murmura Elizabeth Astudillo, cuando se le pregunta por las dificultades que debió sortear su Hostal Hara en el intrincado año 2020. Hoy está de vuelta con su recinto, situado en el enigmático San Pedro de Atacama, aunque algunos parques nacionales continúan cerrados producto del covid-19. Operativos desde el año 2000, cuentan con varias medidas de sustentabilidad, tales como separación de residuos orgánicos y gestión de consumo eléctrico y agua. “Primero se comenzó con reciclaje, pero acá en San Pedro no hay plantas de reciclaje, así que separar la basura y sacar los botes era ridículo. Ante eso comenzamos a comprar agua embotellada en bidones para que nuestros huéspedes rellenaran ss botellas y no rellenaran tanto plástico, y nos bajó mucho el plástico”, agrega Astudillo, cuyo hostal también trabaja en iniciativas sociales y económicas con tal de lograr el triple impacto: “Considerando lo que pasa en nuestro planeta, se hace imprescindible aportar nuestro granito de arena para que el planeta pueda seguir brindando recursos a nuestras vidas. También, consideramos que lo social es muy importante en la sustentabilidad y siempre es lo primero que se descuida, ya que si como sociedad actuáramos de manera diferente y mucho más colectiva, podríamos lograr mejorar las otras dos aristas muy rápido (económico y medioambiental)”.
Shangrila: la apuesta desde Puerto Aysén
Sin movimiento de turistas de marzo a diciembre, el complejo turístico Shangrila tuvo un déficit importante durante la fase más complicada de la pandemia. Sin embargo, este verano trae nuevos bríos para este recinto de cabañas y salón de eventos ubicado a 10 minutos de la bella Puerto Aysén, en un sector rural, a la altura del kilómetro 7 rumbo al Lago Los Palos. Su administradora Loreto Inostroza comenzó con seis cabañas en 2013, pero actualmente cuentan con 18, repartidas entre la casa matriz -situada en la reseñada ruta a Los Palos- y otra en la misma ciudad de Puerto Aysén. “Dentro de los aspectos principales en que hemos aplicado criterios de sustentabilidad, destaca el ahorro de energía, ahorro de agua, sistemas de construcción de bajo consumo y reciclaje de vidrio, lata y cartón con una empresa local, además de compostar los residuos orgánicos”, relata Loreto Inostroza, cuyo complejo turístico también fomenta el comercio local a preferir a proveedores locales y productos regionales. “Contamos con alianzas estratégicas con empresas del rubro de la zona, que en conjunto buscamos dar el equilibrio perfecto entre la paz y la tranquilidad del entorno, el respeto por la naturaleza, la entretención de actividades recreativas y una excelente atención que darán el placer de sentirse en el paraíso perdido”, reseña la página web del emprendimiento.
Entre Rockas: a la espera de la apertura en Siete Tazas
Vicente Erbs, dueño del Ecocamping y Cabañas Entre Rockas, ha debido lamentar los sucesivos cierres del Parque Nacional Radal-Siete Tazas por diferentes motivos: sequía, incendios y, últimamente, la pandemia. Tanto así, que se encuentra esperando el avance de la fase 1 en que se encuentra la comuna de Molina -donde se encuentra el parque- y de la decisión que adopte CONAF para evaluar la posibilidad de reabrir. Situado en la puerta de acceso de esa área protegida, Entre Rockas genera energía fotovoltaica, tiene calefactores térmicos, utiliza productos biodegradables en baños y lavaderos, separa residuos y además reforesta con vegetación nativa. “Tenemos el certificado de compromiso ‘Confianza turística’ otorgado por Sernatur y estamos preparados desde septiembre. Estamos cumpliendo con todas las medidas sanitarias que exige el Ministerio de Salud”, comenta Erbs, quien anhela la pronta apertura de su complejo. De hecho, agrega el administrador, “todas las reservas que teníamos para Navidad y Año Nuevo fueron canceladas por no poder visitar el Parque Nacional”, el que estuvo reabierto por un mes con aforo limitado a causa de la pandemia.