El revolucionario sello sustentable de Brillar va a la conquista de Latinoamérica
La plataforma Brillar ofrece desde 2018 una certificación para empresas que recogen los principios del comercio justo y la sustentabilidad: el Sello Sociedad Responsable (SSR). La novedad es que la opinión pública participa en la evaluación de las organizaciones que aceptan ser examinadas. Con todo, el gran objetivo es tocar la puerta de grandes compañías en el continente: el 20 de septiembre próximo expondrán las ventajas del Sello en el Festival de Innovación y Tecnología Social (FITS) de México. “Todos nos deberíamos dejar examinar por la sociedad”, plantea el CEO de Brillar, Juan Pablo Acevedo.
Juan Pablo Acevedo, CEO de la plataforma Brillar, asegura que las empresas que promueven el comercio justo y la sustentabilidad se certifican a través del lobby. Para contrarrestar esta observación, él apostó por la creación por un revolucionario modelo de certificación, cuya esencia es la participación de la opinión pública en la evaluación de las organizaciones: se denomina Sello Sociedad Responsable (SSR) y apenas lleva un año de existencia.
“Era muy disruptivo lo que planteábamos al principio. Se nos vinieron encima los emperadores del comercio justo y la sustentabilidad cuando dijimos que la certificación tenía que provenir de la gente. Porque para ellos, nosotros nos estábamos yendo en contra de las certificadoras. Chocamos con muchas paredes. El 2012 nació la plataforma Brillar, costó afirmarla el 2016, y el 2018 terminamos de formular un algoritmo que integra la opinión de los consumidores, trabajadores, proveedores y ciudadanos”, explica Acevedo, quien empezó a delinear su idea en la Feusach, junto a otras federaciones estudiantiles como la de la U. Católica de Valparaíso, U. de Concepción, U. Técnica Federico Santa María, entre otras.
El problema, de acuerdo a Acevedo, partía por la escasa disposición de las organizaciones: “Ni las empresas ni las mismas certificadoras se quieren dejar examinar por la sociedad. Entonces, nos preguntamos: ¿Cuándo entra la gente en esa ecuación?”. De esta manera, el Sello Sociedad Responsable (SSR) asigna porcentajes de opinión a cada uno de los actores que conforman el entorno de una organización o empresa que se somete al escrutinio de un espectro mucho más amplio. “La sensibilidad de un proveedor sobre una organización es distinta a la de un consumidor”, acota Acevedo, ingeniero comercial de profesión. Los otros socios de Brillar son Marcelo Pizarro (diseño), Alejandra Contreras (tecnología y sustentabilidad) y Vicente Ramírez (comunicaciones).
En rigor, el SSR es un sello digital, como cualquier otro sello, que la organización que acepta ser testeada lo instalará en su página web. Cuando el usuario pinche el sello, accede a “información estadística de cómo se desempeña éticamente esa organización, pero según la visión de la gente, del proveedor y del trabajador. Hace un tiempo hicimos una gira por Calama y notamos que el pago a 120 días aún es una norma en muchas empresas”, explica el CEO de Brillar, la cual, además, es una plataforma que, entre otras ventajas, permite posicionar a sus empresas asociadas en las primeras búsquedas en Google.
Los porcentajes buscan que no solo un actor afecte el 100 por ciento de la denominación. Por eso es que tanto los proveedores, consumidores, trabajadores y ciudadanos (estos últimos pueden ser afectados por externalidades de las empresas) participan en proporción en el examen. “El SSR busca que las buenas organizaciones se acerquen a la sociedad, y la sociedad las acoja para estrechar relaciones de confianza”, plantea Acevedo. “Si esa empresa no cumple los principios universales de comercio justo, ésta se enterará por interno. Lo único que es público es la puntuación del usuario”, complementa él.
¿Pero cómo se cercioran que el ciudadano que opina tiene un vínculo directo o indirecto con esa organización? Acevedo responde: “Dentro del formulario, la gente debe colocar su nombre, apellido, RUT, y decir específicamente qué principios del comercio justo estaría infringiendo la empresa. Para ello debe adjuntar documentos, publicaciones, que prueben aquello”.
Más de 150 organizaciones inscritas en Brillar –plataforma que fue nominada al Premio Nacional de Innovación AVVONI en el presente 2019- que han aceptado ser examinadas por sus compromisos con el comercio justo y su responsabilidad empresarial o corporativa. El trazo grueso de ese número lo concentran los/las emprendedores/as. De ahí que Acevedo sostenga que el SSR tenga la virtud de ser “redistributivo” y cuya semilla está en “la clase media”. Para él, este proyecto “no nace de la elite, ninguno se apitutó para los logros que hemos tenido”. En el fondo, el objetivo no es solo “darle voz a la sociedad para que tenga opinión certificadora”, sino entender que “la clase media y baja también pueden crear tecnología para mejorar el mundo”.
“El Sello Sociedad Responsable de Brillar busca que las buenas organizaciones se acerquen a la sociedad, y la sociedad las acoja para estrechar relaciones de confianza”.
Por ahora, esas 150 organizaciones ingresaron gratuitamente a la plataforma, pero en la fase de escalamiento de Brillar ahora se cobra una membresía anual, divididas según criterio numérico: emprendedores y empresas de más de 60 trabajadores y menos de 60 trabajadores. Diez entidades han pagado para someterse a evaluación. No obstante, Acevedo, por el mismo espíritu de la propuesta, evita hablar de “modelo de negocio”. Habla más bien de “modelo de sustentabilidad”.
“Lo que hace nuestro sello es justamente romper el lobby. El SSR incentiva el consumo responsable de la gente y determinará a la nueva generación de empresas. La gente revisará qué reputación tiene lo que va a comprar. Es tan extravagante lo que planteo que te diré lo siguiente: hasta el Sistema B tendría que certificarse. ¿Por qué no se dejan examinar? Todos deberíamos dejarnos examinar. No se trata de hacer lapidación, sino de que exista un feedback”, reflexiona Acevedo.
Por ahora, Brillar solo ha sostenido conversaciones con empresas grandes, aunque “son más valientes de lo que nosotros creemos”, dice él. El mismo fundador aclara eso sí que los más entusiastas con acogerse al sello son los emprendedores que quieren pertenecer “a las nuevas generaciones de empresas que para sobrevivir tendrán que incluir su relación con el medio”. Aunque según Acevedo, las empresas más grandes pecan de “rigidez”, la apertura de departamentos de sustentabilidad ha facilitado un poco más las tratativas.
De los ejemplos de empresas asociadas a Brillar, que se sumarán al sello en un plazo cercano, destacan AM Rent a Car, ERPyme y la ONG CDI. La aspiración, no obstante, de Acevedo y sus socios es llegar a las grandes ligas del continente: el próximo 20 de septiembre, Brillar expondrá las ventajas de su certificación en el Festival de Innovación y Tecnología Social (FITS) de Ciudad de México, desde donde pretende partir su expansión hacia el concierto latinoamericano.
“Nuestra apuesta ahí es llegar a empresas grandes, golpear la puerta de empresas importantes para que conozcan el sello, y se vinculen a la sociedad a través de él. Creemos plenamente en que este modelo debe ser aplicado en Latinoamérica”, apunta Juan Pablo Acevedo, quien avisa que el lanzamiento oficial del SSR será justamente en esa instancia internacional.
Tras esa gira al país del norte, Brillar aterrizará con su propuesta el 22 de octubre próximo en el FITSi Santiago, cuya organización le pertenece a los mismos actores del evento mexicano. De hecho, el sello -es decir, cuando empiece a ocupar las páginas web de las empresas sometidas a certificación pública- entrará realmente en vigencia luego del FITSi en la capital chilena. “Pero hoy los focos están centrados en la propagación en Latinoamérica del Sello Sociedad Responsable. Queremos llegar a cinco países: Chile, México, Argentina, Colombia y Perú”, dicen en Brillar.