Aintech: cuando el cobre se pone en el frente de batalla contra la pandemia
Este laboratorio de nanociencia desarrolló dos productos con nanopartículas de cobre chileno, cuyas propiedades permiten penetrar las membranas del coronavirus y frenar su avance. Mientras Decutec es un detergente-desinfectante que fue probado en los buses del Transantiago, Aircop es un spray de bolsillo que sanitiza las mascarillas y las superficies habituales de contacto de las personas, como computadores, celulares, escritorios y hasta los propios zapatos antes de entrar a las casas.


Los ancianos y ancianas del Hogar de Cristo, que conforman la población más propensa a sufrir contagio por la pandemia del coronavirus, recibieron con indisimulada alegría la donación que realizó el laboratorio de investigación y desarrollo en nanociencia, Aintech: 760 litros de su producto Decutec, un detergente-desinfectante con amonio cuaternario que está hecho a base de nanopartículas de cobre.
El producto contribuye a cumplir con las condiciones básicas de higienización que exige el combate de la pandemia. Gracias a esta donación, el Hogar de Cristo podrá sanitizar 74 recintos residenciales, lo que abarca una superficie de 60 mil metros cuadrados, equivalentes a 10 canchas de fútbol aproximadamente.
“Decutec es un producto que lo veníamos trabajando hacía 10 meses en el Transantiago y la idea era bajar las cargas bacterianas para darle un mejor servicio al usuario. El amonio cuaternario que usamos -una especie de cloro- tiene un componente que nos ayuda a fijar las nanopartículas de cobre en la superficie. La nanopartícula debe quedar en estado metálico, esto es muy importante. ¿Por qué? Porque si no está en estado metálico no perdura su efecto en el tiempo”, explica Vittorio Stacchetti, fundador y gerente comercial de Aintech (www.aintech.cl y @aintech_lab en Instagram).
Decutec es uno de los dos productos que desarrolla Aintech en su línea de negocios “sanitaria”: el otro es Aircop, un spray de solución alcohólica que en el contexto del COVID-19 cobra especial importancia a la hora de limpiar las mascarillas comunes y corrientes, y sanitizar las superficies y objetos que las personas suelen usar tanto en la calle como en sus propias casas.
“Aircop es un producto de alcohol al 70 por ciento con nanopartículas de cobre. Esto nació de una sugerencia de una misión que hicimos en Japón. Ellos nos solicitaron hacer un producto para alargar la vida útil de las mascarillas. Todo esto antes del coronavirus. Es un spray que se lleva en el bolsillo, y la diferencia con Decutec radica en el tamaño: las nanopartículas de Aircop son de 250 nanómetros, es decir, relativamente más grandes que las de Decutec, que tienen entre 2,5 y 5 nanómetros”, agrega Stacchetti.
“Hemos logrado darle valor agregado al cobre, y nuestras nanopartículas están hechas con cobre chileno. Eso es importante: hemos probado con cobre de otros países y no nos entregan la calidad que requerimos para hacer las nanopartículas”.

70 por ciento de alcohol para combatir el coronavirus
Ambos productos son utilizados actualmente para frenar el avance del coronavirus. Además de la donación en el Hogar de Cristo, Aintech también ha colaborado con la entrega de amonio cuaternario para la municipalidad de Vichuquén, que a su vez distribuyó el producto en el balneario de Llico, una de las primeras localidades con casos reconocidos de COVID-19. Del mismo modo, Aintech ha apoyado a Bomberos, una de las instituciones que continúan operativas aun en estos tiempos de cuarentena. Próximamente pretenden llevar esta solución a algunos cités de Estación Central.
Las nanopartículas de cobre, desarrolladas por el mismo equipo de Aintech, juegan un papel capital en la protección contra el coronavirus. En el caso de Decutec, las pruebas en los buses del Santiago han sido exitosas, lo que asegura una satisfactoria aplicación en la contención de la enfermedad.
“Cuando las nanopartículas de cobre están en estado metálico en la superficie entran en contacto con la humedad del ambiente, y ahí recién empiezan su proceso de oxidación. Solo ahí liberan sus iones cobre: estos son los que combaten las bacterias y los virus, penetrando sus membranas celulares”, detalla Vittorio Stacchetti.
De acuerdo a los testeos, la efectividad de Decutec puede durar entre cinco y siete días, ya que “hemos logrado reducir en ese tiempo las cargas bacterianas hasta en un 99 por ciento”, agrega el fundador de la compañía.
En tanto, Aintech también ejecutó en su laboratorio pruebas para Aircop: se le aplicó el producto a una mascarilla, a la que luego se le agregó una carga bacteriana. La midieron 48 horas después y el resultado fue que “la inhibición logró un 77 por ciento”, complementa Vittorio.
Sobre Aircop, Stacchetti reitera que el uso preferencial del producto es en las superficies, y no en las manos como el alcohol gel. “Nosotros diseñamos un producto para las superficies”, aclara. “Lo podemos aplicar en el computador, en el celular, en nuestra área de trabajo, en el auto, en los baños públicos. Esto es muy importante: es clave aplicarlo en la zona de los zapatos antes de entrar a la casa. Hay que tener conciencia que este virus, si bien es muy pequeño y tiene entre 80 y 120 nanómetros, es muy pesado, no vuela mucho. Pero permanece mucho en el suelo y el zapato lo transporta. Por eso es importante desinfectar los zapatos antes de entrar a la casa”, se explaya el gerente comercial de la empresa.
“Los doctores en biotecnología y química que tenemos, nos recomendaron que no lo hiciéramos para las manos, porque para eso estaba el alcohol gel. Nuestro producto tiene un 70 por ciento de alcohol y yo no puedo registrar en el ISP un producto con ese porcentaje porque para uso cutáneo puede irritar la piel. Sin embargo, si es bajo el 70 por ciento, no podrá matar el coronavirus. Las bacterias, sí, pero no los virus más potentes. Si le aplicas alcohol al 60 por ciento al coronavirus, probablemente no va a morir. Eso dicen los estudios”, dice Vittorio, cuya empresa también cuenta con otras dos líneas de negocio: nanopartículas de cobre para circuitos electrónicos y otra, actualmente en desarrollo, para alimentación animal, específicamente de crustáceos, para reducir la contaminación de los mares.
Para él, lo más complejo del procedimiento es haber suspendido las nanopartículas de cobre en una solución alcohólica, y mantenerlas estables en estado metálico. “Esa es nuestra gran diferencia: hay varios productores de cobre en Chile que hacen un buen nanocobre, pero al momento de llevarlo a un producto final, no pueden. Mantener una nanopartícula que no se oxide, en una solución acuosa, es muy complicado”, asegura el fundador de Aintech.
El cobre al servicio de los más vulnerables
Al momento de recibir la donación de Aintech, el capellán del Hogar de Cristo, José Francisco Yuraszeck sj., hizo una aguda observación respecto del uso actual del cobre en un país que presume de ser el principal productor del mundo de esta materia prima.
“Hasta ahora con los excedentes del cobre se ha sostenido durante muchos años el funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Ahora, nos alegra y entusiasma que en esta emergencia el cobre esté también al servicio de las necesidades de protección de los más pobres y vulnerables”, expresó el capellán.
Dichas palabras calaron hondo en Vittorio Stacchetti, para quien es necesario remarcar el papel que cumple su laboratorio en desarrollar, con un equipo íntegramente nacional, estas innovaciones con nanopartículas de cobre.
“Siempre nos propusimos tener un estándar ético bien alto con la comunidad. Si bien desarrollamos nanomateriales, nos dimos cuenta de que podíamos llegar a soluciones sanitarias de muy alto estándar y asumimos esa responsabilidad. En ese sentido, el hecho de aportar a las comunidades más vulnerables es lo más relevante de todo. Hemos logrado darle valor agregado al cobre, y nuestras nanopartículas están hechas con cobre chileno. Eso es importante: hemos probado con cobre de otros países y no nos entregan la calidad que requerimos para hacer las nanopartículas”, especifica el emprendedor.
En virtud de ello, agrega Vittorio, es importante forjar una vitrina internacional que exhiba lo que investigadores chilenos están emprendiendo con el cobre a nivel de ciencia y tecnología, y apuntar mucho más allá del rol meramente exportador que Chile ha perpetuado. “El cobre lo exportamos en crudo, lo mandamos para afuera y después compramos todas las cosas de afuera con valor agregado de cobre”, lamenta el fundador, no obstante reconoce el aporte estatal, y sobre todo de ProChile para su emprendimiento.
Otro apartado importante es la capacidad que tiene Aintech para desarrollar productos en serie, en tanto ya consolidaron un modelo de producción dentro del laboratorio que se adecua a los requerimientos. “Estamos preparados para grandes pedidos de nanopartículas de cobre”, advierte el gerente comercial.
En tanto, los canales de distribución de Decutec y Aircop son variados. El nexo más directo es la venta directa a las empresas. Luego, a través de revendedores que conocieron el producto y empezaron a ofrecer los productos a través de redes sociales o de plataformas como Yapo.cl. Ambas soluciones también están en toda la red ferretera de la empresa MTS. Otro tanto corresponde a los distribuidores mayoristas. Y, desde luego, también cuentan con una línea de venta dirigida a clínicas y hospitales.