Procitex inaugura planta de valorización textil única en Chile y prevé reciclar hasta 500 toneladas mensuales
Con una capacidad para procesar 100 toneladas mensuales de textiles en su etapa inicial, esta empresa abrió una nueva planta en la comuna de Renca gracias a un levantamiento de capital. Esta tecnología logra acelerar el proceso de conversión de la ropa a paneles de aislación térmica para construcción. Para recolectar los grandes volúmenes de ropa usada, se valen de la campaña Ropa x Hogar, junto a Paris e Easy.
Desde julio pasado, la economía circular en textiles cuenta con una nueva tecnología para abordar el severo impacto ambiental que genera la ropa, como se vio reflejado en el vertedero en Alto Hospicio que dio la vuelta al mundo. La empresa Procitex -instalada hoy en Santiago, pero que se inició como Ecofibra y luego Ecofiber- lleva un mes operando una planta de reciclaje y valorización textil, única en Chile, por su tecnología y por su capacidad de almacenar ingentes volúmenes de residuos textiles.
La persona detrás de Procitex es el emprendedor iquiqueño Franklin Zepeda, quien logró mejorar sustantivamente la planta que ya funcionaba en Santiago gracias un levantamiento de capital por 250 mil dólares con un inversionista privado. A tal punto fue el cambio que el mismo Zepeda -especializado en Moda Sustentable de la Escuela de Negocios de Copenhague y experto en Economía Circular de la Universitar Politècnica de Catalunhya -afirma que se trata efectivamente de una planta nueva.
“Abrimos la planta en Santiago, pero nos faltaba capital para comprar máquinas nuevas. Nosotros nos habíamos traído unas máquinas de Iquique, pero ahora gracias a este levantamiento de capital, compramos nuevas máquinas a principios de año y ahora la tenemos instalada”, asegura Zepeda, quien agrega que “la gente conocedora del rubro certifica que es la más moderna de Chile”.
En esta etapa inicial, cuenta el fundador de Procitex, la planta es capaz de procesar hasta 100 toneladas mensuales de textiles y convertirlas en el producto estrella de la empresa desde su origen en Iquique: sus paneles de aislación térmica para la construcción, que pueden reducir entre un 36% y un 63% de consumo eléctrico por calefacción. Sin embargo, con algunos ajustes, la aspiración de Procitex es alcanzar un peak de 500 toneladas mensuales de residuos textiles.
El proceso básicamente en el siguiente: cuando llega la ropa, se realiza el sacado de cierres y botones y se corta en guillotina. Se desfibra, se impregna con desinfectante y líquido ignífugo (con propiedades contra el fuego), y luego se compacta. Ingresa a un termo fijado hasta convertirse en una manta de un cierto espesor. Finalmente se seca, se corta y se embala.
“La diferencia con la planta anterior es que el proceso lo podemos hacer mucho más rápido. En general, el reciclaje textil es lento. Es una máquina tres veces más grande que la que teníamos antes. El líquido ignífugo se aplica también de una manera más rápida. Por darte un ejemplo, la planta está procesando la manta a una velocidad de ocho metros por minuto, cuando antes producíamos esta manta a un ritmo de un metro por minuto”, especifica Franklin Zepeda.
“Es una máquina tres veces más grande que la que teníamos antes. El líquido ignífugo se aplica también de una manera más rápida. Por darte un ejemplo, la planta está procesando la manta a una velocidad de ocho metros por minuto, cuando antes producíamos esta manta a un ritmo de un metro por minuto”.
¿De dónde saca el residuo textil?
En contraste con su primera etapa como Ecofibra, donde procesaban residuos textiles de la Región de Tarapacá, incluidos aquellos grandes volúmenes de ropa en pleno desierto de Alto Hospicio, hoy Procitex tiene la capacidad de recibir material textil post consumo desde Arica hasta Puerto Montt. Y lo consigue gracias a la campaña Ropa x Hogar, a partir de una alianza comercial con Easy y Paris. También ha suscrito acuerdos comerciales con otras grandes empresas que le proporcionan sus desechos textiles.
“Ellos todo el año están recibiendo ropa en sus tiendas y nos la envían para que nosotros la procesemos, y luego venden en sus tiendas nuestros paneles. El gran problema de quienes trabajan en reciclaje textil es que si están en el norte, reciben sólo ropa del norte; si están en Santiago, reciben sólo ropa de Santiago. Nosotros estamos recibiendo ropa post consumo prácticamente desde todo Chile, incluido de Alto Hospicio”, explica Zepeda, a la vez que espera pronto recibir material textil desde Rapa Nui.
Pero Procitex no solo acopia ropa fruto de esa campaña Ropa x Hogar. Del mismo modo, recibe retazos textiles pre-consumo de algunos emprendedores, y los usuarios también van personalmente hasta la planta de Renca a dejar desechos de este tipo. “Recibir retazos textiles nos adelanta un proceso”, acota Franklin Zepeda.
Los paneles de aislación térmica se adaptan a diferentes empresas y edificaciones, y son los mismos clientes quienes los instalan. Por ahora es el único subproducto que la empresa ofrece, completando el ciclo de la economía circular. No obstante, ya está prototipando dos nuevos subproductos que podrían sumarse a la oferta: geotextiles (membranas que se instalan en las viviendas y que no dejan pasar la humedad) y maderas textiles (un producto que en otros lados se hacen con resina, pero que en esta ocasión se usan sin aglomerantes tóxicos y se fabrican 100 por ciento con material textil).
Conocedor de su zona natal, Franklin Zepeda -que aún vive en Iquique, pero tiene la planta en Santiago- asegura que el basural de ropa en pleno desierto de Atacama que dio la vuelta al mundo ya no existe, a causa del revuelo mediático que provocó la imagen que -asegura- él mismo difundió. “Yo fui el que llevó a las agencias de noticias a promover esta imagen. Las acompañé. Pero fue tanta la conmoción que ahora el vertedero no existe. Nosotros rescatábamos ropa de ahí, porque teníamos la planta al lado. Lo que podíamos sacar, lo sacábamos. Luego hicimos convenio con los importadores de ropa usada. Los camiones en vez de botar los residuos en el vertedero, los dejaban en nuestra planta”, dice el fundador de Procitex, quien hace unas semanas regresó de España, donde llevó a cabo gestiones de negocios para promover sus paneles aislantes en el mercado de ese país. “Nuestra planta está a nivel europeo”, agrega.
“En el MMA nos decían antes que el textil no era un problema, pero ahora lo siento como un puntapié inicial a algo que necesitamos con urgencia. En el norte deberíamos ser el mayor fabricante de subproductos que vienen del reciclaje textil, eso generaría un mercado y fomentaría la creación de empleos”.
Hacia una Estrategia de Economía Circular para Textiles
Franklin Zepeda fue uno de los actores invitados a la primera sesión del comité -celebrada el 20 de julio pasado- que creará durante este año la Estrategia de Economía Circular para Textiles, cuyo proceso está liderado por el Ministerio del Medio Ambiente. Ahí Franklin compartió su experiencia de ocho años en el rubro con las y los demás convocados, incluidas emprendedoras que procuran una moda sostenible y expertos en ecodiseño como Alejandro Chacón.
“Es muy valorable que existan las ganas de identificar al tema textil como un gran problema en Chile. En el MMA nos decían antes que el textil no era un problema, pero ahora lo siento como un puntapié inicial a algo que necesitamos con urgencia. Lo que ocurre en el norte es por una falta de trazabilidad y por no tener empresas grandes de valorización textil. En el norte deberíamos ser el mayor fabricante de subproductos que vienen del reciclaje textil, eso generaría un mercado y fomentaría la creación de empleos. Pero también es importante la mirada desde la economía circular, que no es solo reciclaje, sino que hay que repensar cómo evitamos que esto se transforme en un residuo. Estuve efectivamente con el profesor Alejandro Chacón, a quien encuentro un genio”, revela Zepeda, quien en su reciente visita a España pudo comprobar el ejemplar funcionamiento de la Ley de Responsabilidad Ampliada del Productor (Ley RAP), que sería el equivalente a la Ley REP de Chile. “Por supuesto que aspiramos a que los textiles sean un producto prioritario de la REP”, complementa el ingeniero comercial.
Él piensa que la nueva planta puede ayudar en todo este nuevo proceso liderado por el comité que creará conjuntamente la Estrategia de Economía Circular para Textiles. “Al aumentar nuestra capacidad de valorización de textiles, nos hacemos cargo de abordar el problema de forma eficiente y efectiva. Este enfoque de reciclaje de ‘cuna a cuna’ nos permitirá reducir significativamente el desperdicio y prolongar la vida útil de los textiles. Creemos que la planta va a generar numerosos empleos locales y que va a fomentar la colaboración con organizaciones y empresas locales. Nuestra planta es un hito significativo en la búsqueda de un futuro más sostenible y un cambio positivo en la industria de la moda”, finaliza Franklin Zepeda.