Karen Aguilera, de Revaloriza: “Son muy pocas las constructoras preocupadas por sus residuos y la mayoría sigue usando botaderos ilegales”
La socia cofundadora de la primera y única planta de tratamiento y valorización de residuos de la construcción y demolición analiza en esta entrevista con País Circular los principales retos en materia de economía circular de los RCD. Detecta fallas en el sistema que facilitan el depósito de esta clase de residuos en vertederos ilegales, por lo que propone crear incentivos desde el Estado y/o alianzas público-privadas para promover la creación de más plantas de valorización. Dice que valorizar los RCD sería cinco veces más económico para los municipios que seguir enterrándolos.
Revaloriza es la primera y única empresa de tratamiento y valorización de residuos de la construcción y demolición (RCD) en Chile. De manera que es un actor relevante para analizar el panorama actual de este rubro y las necesidades que hay en el país en función de mayores regulaciones, mayor financiamiento y la posibilidad de ampliar las plantas de valorización de RCD a vastas zonas del país, para reducir el impacto que éstos provocan.
Situada en Viña del Mar, la compañía se encuentra en un proceso constante de transformación de su infraestructura para dar respuesta a la demanda de valorizar residuos de la construcción. Sin embargo, de la mano el aumento de la tecnología, hoy cuentan con resolución sanitaria como planta valorizadora de residuos industriales con una amplia lista de códigos para cumplir con la normativa y optar a nuevas certificaciones. De hecho, actualmente suelen recibir más residuos de esas industrias que de las propias constructoras. Eso, a juicio de Karen Aguilera, socia cofundadora de la empresa, se explica, entre otras razones, por el escaso incentivo que hay aguas arriba para la valorización y, en cambio, los RCD siguen siendo dispuestos en botaderos ilegales.
Para conversar sobre los avances y los desafíos en el ecosistema de los RCD, País Circular conversó con Karen Aguilera, quien entregó algunas claves para transitar a la economía circular de los residuos de la construcción y demolición.
-¿Qué pasos concretos se han dado actualmente para mejorar la gestión de los RCD?
-Hay un entorno que se mueve en torno a la valorización de los RCD, pero sólo desde la teoría. Y tiene que ver con los APL que se articularon hace poco, siguiendo el ejemplo de la Región de Valparaíso. Otras regiones están imitando el APL para transitar hacia la circularidad de los RCD. Hay un alza en la preocupación de dónde va a parar el residuo. Algo bien ejemplificador que ocurrió fue que, a raíz de la descarga de RCD en el río Mapocho durante los temporales del invierno, el Minvu de la Región Metropolitana ofició a todas las direcciones de obra de los municipios de la RM. El problema actual es que hay un error en el sistema. Lo hemos dicho desde Revaloriza: si bien sabemos cuánto se construye y los permisos de obras, no sabemos dónde van a parar los residuos de la construcción, y delegamos esa responsabilidad al transportista que toma la decisión de ir a dejar los residuos a lugares legales o ilegales.
Entonces lo que dice el oficio del Minvu es que si alguien saca un permiso de obra, menciona a los lugares oficiales para disponer. Hay mucho desconocimiento respecto de si son oficiales o legales; en el fondo, hay mucho greenwashing. Muchas veces se usa un documento simple, que generalmente autoriza residuos de excavaciones, pero no de RCD. Notamos que sigue habiendo falencias en el sistema, hay falta de fiscalización. Se opera bajo el concepto de que “si no me pillan, sigo trabajando barato”. Sentimos que hay un realce de que nos preocupemos por los temas ambientales de los RCD; eso suena muy lindo desde la teoría, pero en la práctica, seguimos botando igual. No se ha aprendido nada con los errores que han pasado.
“Invertir en valorización, al final de cuentas, es cinco veces más económico para las comunidades y cinco veces más económico para los municipios, pero éstos son reactivos y no preventivos. Si no hacemos nada, estamos creando bombas para futuros incendios”.
-¿Cuál es la situación actual de Revaloriza respecto de este problema?
-En ese sentido, hemos visto un aumento de industrias que han llegado a nosotros, pero no así constructoras, sabiendo que hay un APL. Son muy pocas las constructoras preocupadas del tema y el resto sigue ocupando botaderos ilegales. Ahora, con el tema de la Ley REP, hay que cumplir metas. Desde el 16 de septiembre está en vigencia el decreto de metas de envases y embalajes. En ese aspecto, son más las industrias fuera del rubro de la construcción los que solicitan nuestro servicio. La semana pasada nos contactaron, a propósito del caso del edificio Kandinsky, si estábamos aptos para recibir residuos de la construcción y demolición, en el caso que hubiera una demolición. Y sí. Dentro de la premisa de Revaloriza es tener una infraestructura para que las ciudades sean resilientes y una planta de revalorización de RCD lo permite ahora. En el caso hipotético de demolición del edificio y de los grandes volúmenes de RCD que se generarán, tenemos que trabajar con los organismos públicos para que se haga de forma organizada, porque no es cosa de llegar y de trasladar los RCD en grandes volúmenes, sino que valorizarlo para disminuir otros impactos ambientales que se están generando en quebradas.
-Sólo para aclarar. ¿El MINVU recomendó sitios autorizados únicamente para disponer los RCD?
-Claro, son sitios autorizados para disponer. En realidad son antiguos pozos donde el residuo llega y se tapa con tierra. El problema es que estos pozos enormes están cerca de los puntos urbanos, y necesitan ser rellenados porque la expansión urbana lo está demandando. Hay muchos de ellos en Puente Alto, en San Bernardo. Pero, sin lugar a dudas, se puede valorizar. Llama la atención que aún se piense en enterrar los residuos versus valorizar. Y eso tiene que ver con la inversión. Disponer residuos les significa a las empresas con suerte dos maquinarias versus la inversión que demanda valorizar, es decir, triturar, chancar, etcétera. No hay un incentivo desde el Estado.
-¿Y cómo visualizas ese incentivo que debiese existir desde el Estado?
-Lo veo como una especie de subsidio para que estos proyectos sigan proliferando, o alguna modalidad de financiamiento público-privado. Los gobiernos regionales tienen mucho dinero y podrían invertir en estas plantas, pero se necesita una coordinación público-privada. La idea es que ellos se hagan cargo del financiamiento, y que los municipios contraten a las empresas que tienen la experiencia. A nosotros como Revaloriza nos han llamado muchas veces de Antofagasta porque ese gobierno regional tiene los recursos, pero hay problemas políticos. En el desierto sobra el terreno, pero Bienes Nacionales ya llamó a licitación para enterrar los residuos en el desierto y eso no debería estar sucediendo a esta altura del partido. Invertir en valorización, al final de cuentas, es cinco veces más económico para las comunidades y cinco veces más económico para los municipios, pero éstos son reactivos y no preventivos. Si no hacemos nada, estamos creando bombas para futuros incendios. Y lograremos ahorrar mucho más en prevenir si adoptamos las medidas. Además, generamos fuentes de empleo verde y hay que generar infraestructura crítica para combatir esos fenómenos que en poco tiempo generan problemas de RCD como los terremotos. Además, eso iría en línea con los planes locales de cambio climático que los municipios tienen que cumplir.
“Lo veo como una especie de subsidio para que estos proyectos sigan proliferando, o alguna modalidad de financiamiento público-privado. Los gobiernos regionales tienen mucho dinero y podrían invertir en estas plantas, pero se necesita una coordinación público-privada. La idea es que ellos se hagan cargo del financiamiento, y que los municipios contraten a las empresas que tienen la experiencia”.
-¿Qué estimación hacen del proceso de recibir residuos de diferentes industrias?
-Ha sido orgánico, sin buscarlo. Estando en Viña, nunca pensamos que íbamos a recibir residuos del Maule y ahora desde Antofagasta. La pregunta es cómo va a ser mejor mandar el residuo que tratarlo localmente. Hay una demanda creciente de ciertas industrias por un certificado final validado por el MMA, pero que ponga en relieve la valorización versus la disposición final. Por eso recibimos residuos del Maule y Antofagasta: porque hay un gestor que está buscando un servicio y le da valoración a lo que brindamos.
-En concreto, ¿con qué infraestructura cuenta hoy Revaloriza?
-Tenemos un tromel que separa las tierras y se conecta a la separadora, donde entre todo lo potencialmente reciclable, tanto manual como mecanizadamente: plástico, concreto y madera. Luego de esa separadora, hay operarios que trabajan manualmente y separan lo que la operación esté demandando. Al final de esa línea, está el separador imantado que separa metales y el plástico liviano. Por eso contamos con la potencia de separar RCD y también harto volumen de residuos que provienen de manera segregada de industrias que tienen que cumplir con las metas de la Ley REP. Tenemos el potencial de separar por tipo y por color el plástico, compactarlo y despacharlo a las plantas especializadas que existen para distintos tipos de plásticos. Transformamos esos residuos en materia prima secundaria para aumentar las tasas de reciclabilidad.
-Cuéntanos acerca de la importancia de unas capacitaciones que se realizan a trabajadores en obra para crear conciencia sobre los residuos de la construcción.
-Hay un desconocimiento de los mandos medios y altos sobre el tema, y también de los trabajadores. No se le enseña al trabajador por qué es importante separar los RCD. Cuando hay un capataz o supervisor encima, se logra, pero no cuando ellos no están. Entonces se bota el residuo mezclado. La primera premisa nuestra es prevenir la generación y eso puede ser contradictorio con el corazón de Revaloriza que es recibir residuos. Pero nuestra estrategia es que los residuos disminuyan para que se tomen acciones. Entonces en Antofagasta generamos capacitaciones con IUS LATAM para promover la economía circular de los RCD entre los trabajadores, de una forma didáctica, digitalizada, con la realidad local de cada constructora. Esto les permite a los trabajadores adquirir las herramientas.
-Entiendo que también crearon una plataforma propia que genera trazabilidad de todos los residuos que llegan a Revaloriza.
-Claro, conociendo que hay subterfugios a la hora de declarar los residuos, cuando no certificados falsos, hicimos una plataforma de trazabilidad propia aparte de la que tiene el Ministerio del Medio Ambiente. Ahí el generador puede declarar cuántos residuos generó y con quién los generó. Lo que sucedía es que un generador si preguntaba dónde podía despachar el plástico, se tenía que comunicar con muchos actores. Entonces, decidimos hacer una plataforma donde el mismo generador informa cuánto residuo necesita ser trasladado. Nosotros coordinamos el transporte a través de la plataforma, generamos fuentes de trabajo para transportistas. Así se termina la incertidumbre de si el residuos llegó o no llegó. Al declarar, cerramos el ciclo de la trazabilidad.