Antofagasta, Los Lagos y Magallanes se suman a Acuerdo de Producción Limpia en economía circular de los residuos de la construcción
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) firmaron tres APL interregionales para abordar el tema de los residuos de la construcción y demolición (RCD), cuyo modelo replica el ejemplo del suscrito hace dos años y medio en la Región de Valparaíso. Algunos de los principios que inspiran estos nuevos APL son crear una metodología de cuantificación y trazabilidad, generar una cadena de valor de RCD, identificar procesos de innovación y promover capacitaciones de las y los trabajadores en obra. Ahora incorporaron un componente de eficiencia hídrica.
El pasado 25 de agosto, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) de CORFO firmaron tres Acuerdos de Producción Limpia (APL) interregionales para propiciar la prevención, valorización y correcta gestión de los residuos de la construcción y demolición (RCD) en las regiones de Antofagasta, Los Lagos y Magallanes.
Este APL, inédito en dichas regiones, se basa en el que hace dos años y medio fue suscrito en Valparaíso, el primero en el país con respecto a la economía circular de los RCD. En ese sentido, en el marco del APL se elaborará un diagnóstico sobre la generación de residuos y de consumo hídrico en las instalaciones adheridas, además de una línea base sectorial de alcance sectorial, lo que permitirá implementar un plan de gestión de RCD y un uso eficiente del agua.
Un punto muy relevante tiene que ver con que nueve de las 16 regiones de Chile no cuentan con sitios de disposición final autorizados para residuos de la construcción y demolición, de manera que se depositan en botaderos ilegales. Esto ha quedado expuesto durante los últimos temporales asociados a cambio climático en que cientos de miles de escombros han sido arrastrados por la crecida de los ríos.
En ese sentido, el APL aboga por una estrategia regional para solucionar la escasez de sitios de valorización de RCD. Se difundirá entre las empresas asociadas el catastro de gestores de residuos y de los sitios de disposición final existentes en las regiones.
“Este APL es un acuerdo público-privado en que prima un compromiso voluntario de las empresas. Entre las empresas que adhieren no hay sólo constructoras, porque para tener menos residuos hay que considerar tres cosas: el diseño para generar menos residuos, hay que pensar en el proceso continuo de la obra y que las materias primas tengan la suficiente duración y que, sin las saco, se puedan reciclar. En el fondo, es toda la industria”, cuenta a País Circular Marisol Cortez, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la CChC y quien guiara el proceso de creación del APL de la Región de Valparaíso en economía circular de los RCD en su cargo de presidenta regional de la citada asociación gremial.
“Este APL es un acuerdo público-privado en que prima un compromiso voluntario de las empresas. Entre las empresas que adhieren no hay sólo constructoras, porque para tener menos residuos hay que considerar tres cosas: el diseño para generar menos residuos, hay que pensar en el proceso continuo de la obra y que las materias primas tengan la suficiente duración y que se puedan reciclar”.
A juicio de Cortez, era importante implementar tres APL distintos en su naturaleza porque cada una de las tres regiones en que regirá el acuerdo tiene “particularidades territoriales” diferentes entre sí, en lo que respecta a los efectos en el medio ambiente de los RCD.
“El APL en nuestra región se hizo básicamente copiando el de Valparaíso, y hay un problema porque en Antofagasta no tenemos lugar de disposición de RCD. Es súper engorroso pedir un terreno. Esta iniciativa nace desde la construcción para hacernos cargo de los RCD, y que de manera voluntaria empecemos una forma de trabajar que sea distinta; que por ejemplo empecemos a diferenciar los residuos en obra para tender hacia esta economía circular”, dice por su parte Marcela Torres, presidenta de la CChC en la Región de Antofagasta.
Los pilares de los APL
Tal como ocurre con el primer APL firmado en la Región de Valparaíso, los pilares fundantes del acuerdo suscrito por las citadas sedes regionales de la CChC en Antofagasta, Los Lagos y Magallanes son: crear una metodología de cuantificación y trazabilidad, generar una cadena de valor de RCD, identificar procesos de innovación y promover capacitaciones de las y los trabajadores en obra. Ahora incorporaron un componente de eficiencia hídrica.
En el caso de Valparaíso, en diciembre próximo se iniciará el proceso de certificación de las empresas que adhirieron al APL. Marisol Cortez recuerda que al principio del proceso se realizaron charlas y encuestas que develaron un absoluto desconocimiento del concepto de economía circular en el personal que trabaja en las constructoras e inmobiliarias. “No saben cuántos residuos producen las obras”, agrega Cortez, para quien la medición de los RCD ayuda a “tener una obra más sostenible, a generar mejor calidad de empleo y a fomentar nuevas formas de innovación y de reducción de los costos”.
“El APL en nuestra región se hizo básicamente copiando el de Valparaíso, y hay un problema porque en Antofagasta no tenemos lugar de disposición de RCD. Es súper engorroso pedir un terreno. Esta iniciativa nace desde la construcción para hacernos cargo de los RCD, y que de manera voluntaria empecemos una forma de trabajar que sea distinta”.
Esa “realidad particular” de la que se hablaba en los párrafos anteriores se refleja en la opinión de Marcela Torres, de la CChC regional en Antofagasta. “Los residuos de la construcción y demolición causan una situación crítica en la región. No son solo los RCD, sino todos los residuos. Como no hay sitios de disposición final, las empresas contratan camiones que botan los residuos en quebradas. Y como acá en la región no hay árboles, el residuo es más visible y no hay seguridad donde los sitios son depositados. Es vergonzoso. Incluso hay un plan de emergencia habitacional construyéndose al lado de un vertedero”, agrega Torres.
En cuanto al componente hídrico que se incorpora en los manuales, Torres señala que la idea es “incorporar dentro de los procedimientos de construcción la dimensión hídrica, es decir, intentar consumir la menor cantidad de recursos hídricos”. Los tres APL se implementarán en un plazo de 24 meses, con la participación y apoyo técnico del Ministerio del Medio Ambiente, los gobiernos regionales, la Dirección General de Obras Públicas, el Instituto de la Construcción y el programa Construye 2025 de CORFO y la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR).
“Hemos tenido un apoyo importante de las autoridades de Antofagasta, del gobernador regional. Se está trabajando en conjunto para crear una cadena de valor para los RCD de la región”, comenta Torres.
Tanto Marisol Cortez como Marcela Torres le endosan una importancia capital a la prevención de los residuos de la construcción y demolición, antes que reciclarlos, como corresponde en una correcta lectura de la economía circular. “Lo más importante es prevenir y, si no se puede hacer, al final reciclar”, esboza Cortez. Ella indica que el 34 por ciento de los residuos generados en Chile son RCD, pero si se genera una nueva forma de diseño en la construcción, los residuos se podrían reducir un tercio, según calcula la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la CChC.
Para ambas es muy importante además la capacitación de las y los trabajadores para evitar la acumulación de más residuos de la construcción. “Hay que hacer un trabajo importante de educación que es uno de los pilares de estos APL. Sólo con el involucramiento de los trabajadores podemos tener una industria más ordenada en cuanto a los residuos de construcción y demolición”, cierra Marcela Torres.