Chile es uno de los países más urbanizados del mundo, con casi el 90% de sus habitantes viviendo en ciudades, muchas de las cuales han tenido un acelerado crecimiento en las tres últimas décadas. Esta rápida urbanización ha provocado impactos y desequilibrios en el medio ambiente, debido a un mayor uso de energía y recursos naturales, a la readecuación del transporte e infraestructura, a la alta generación de residuos, por mencionar solo algunas de las causas.
En concreto, las ciudades se han transformado en un importante emisor de Gases de Efecto Invernadero (GEI), causantes del cambio climático, al tiempo que empiezan a sufrir las consecuencias de esas modificaciones en el clima. De ahí la necesidad de considerarlas cuando se trata de enfrentar el cambio climático y, por eso, una de las siete mesas que conforman el Comité Científico creado por el gobierno con vistas a la realización en el país de la COP25 es “Ciudades”.
El coordinador de la Mesa es Juan Carlos Muñoz, director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) y académico de la facultad de Ingeniería de la PUC, quien comenta que han estado trabajando en tres grandes ejes: mitigación o reducción de GEI, adaptación para enfrentar los efectos del cambio climático y gobernanza de las ciudades. “Esta última nos parece especialmente relevante porque engloba a las otras dos, y trata de hacerse cargo de otros desafíos asociados a la sustentabilidad urbana. Creemos que la gobernanza, en el caso de las ciudades chilenas, es especialmente crítica”.
¿En qué se observa esa situación crítica?
No tenemos la gobernanza adecuada, es extremadamente débil y fragmentada. Tenemos ciudades que crecen en forma poco orgánica, poco reflexionada, que crecen al ritmo de lo que las iniciativas privadas van desarrollando. Por ejemplo en Santiago, donde tenemos tantas comunas, las decisiones que se toman son a veces bastante contradictorias. Por mencionar una, hay ciclovías que van por una comuna y se acaban o cambian cuando pasan a otra comuna, ¡cómo es posible que no tengamos una agencia que sea capaz de velar por eso!
Las ciudades tienen que ser más densas, estas ciudades extendidas, con barrios como Chicureo, como Buin, entre los cuales usar transporte público es casi imposible, o usar una bicicleta para ir al trabajo es casi imposible, es justo lo que no tenemos que hacer.
Cuando el gobierno decide construir un hospital en el sector norte (en Colina) es una mala decisión porque lo pone en un lugar donde vive muy poca gente, y lo que provoca es desviar grandes viajes para llegar ahí y una expansión de la ciudad que no necesitamos. Hubiera sido mucho más razonable ponerlo en un barrio consolidado como Quilicura, donde la gente ya vive y se beneficiaría de tener un hospital cerca. Esa es la lógica de gobernanza que se echa tanto de menos en cómo tomamos las decisiones en nuestras ciudades.