Cuando Carolina Carreras asumió hace seis años el área de innovación y desarrollo de la empresa Promagro, especialista en la venta de pescados y mariscos congelados, se percató de que había una oportunidad para desarrollar otros productos diferenciadores. Así llegó a la conclusión de crear unos snacks sobre la base de los mismos productos que la empresa vendía: mejillones, salmones, camarones y otros.
Para entonces, dichos mariscos eran los mismos que se usaban en el procesamiento propio de Promagro. Todo, gracias a un Capital Semilla Corfo, correspondiente a un voucher de innovación dirigido para mujeres, que les sirvió para barajar un prototipo. Luego de concretar el proyecto, ahí Carolina notó que en la empresa había mucho descarte de alimentos que perfectamente podía ser reprocesado a través de los lineamientos de la economía circular.
“Nuestros descartes -choritos, colitas de camarón, etcétera- los botábamos a la basura, pero nos dábamos cuenta de que seguían con su valor nutricional, que se podían consumir”, dice Carolina Carreras. Ese ejemplo y otros más de empresas que no lograban reutilizar sus descartes de alimentos encendieron la chispa para crear, junto a su socia Gabriela Arenas, la plataforma online Salva Food, que surge de un brazo de Promagro y aspira a convertirse en un marketplace de comida descartada que pueda ser aprovechada por otras empresas del sector alimenticio.
En otras palabras, según Arenas, este marketplace pretende que “los clientes productores y procesadores de alimentos puedan comercializar sus descartes de alimentos y hasta sus desechos, tales como cáscaras y corontas de choclo”. Carreras complementa que el modelo de negocios de Salva Food es “business-to-business” o B2B, es decir, el objetivo de esos descartes es que otras empresas puedan ocuparlos como materia prima secundaria para sus propios procesos productivos.
Por ejemplo, una de las empresas que participará del marketplace es la pesquera Lacks, que ofrecerá sus descartes de salmón en la plataforma. Éstos pudiesen ser aprovechados por otra empresa que también será parte de Salva Food: CMC, que fabrica snacks a partir de mariscos y pescados descartados.
El inconveniente era que ambos tipos de empresa raramente conversan entre sí, ya que cuesta hallar la disponibilidad de un alto volumen de descartes para poder elaborar nuevos alimentos. De ahí que Salva Food funge como una plataforma de conexión entre ambas categorías de empresas.