Salva Food: el marketplace que busca revalorizar los descartes de alimentos
Galardonada recientemente junto a otras tres pymes en la iniciativa Economías Metropolitanas de la UDD y el Gobierno Regional Metropolitano, Salva Food será una plataforma online cuyo modelo de negocios conectará a empresas que descartan comida con otras que aprovecharán esa materia prima secundaria para reprocesarla. A más tardar el 15 de diciembre el marketplace quedará constituido para comenzar su funcionamiento.
Cuando Carolina Carreras asumió hace seis años el área de innovación y desarrollo de la empresa Promagro, especialista en la venta de pescados y mariscos congelados, se percató de que había una oportunidad para desarrollar otros productos diferenciadores. Así llegó a la conclusión de crear unos snacks sobre la base de los mismos productos que la empresa vendía: mejillones, salmones, camarones y otros.
Para entonces, dichos mariscos eran los mismos que se usaban en el procesamiento propio de Promagro. Todo, gracias a un Capital Semilla Corfo, correspondiente a un voucher de innovación dirigido para mujeres, que les sirvió para barajar un prototipo. Luego de concretar el proyecto, ahí Carolina notó que en la empresa había mucho descarte de alimentos que perfectamente podía ser reprocesado a través de los lineamientos de la economía circular.
“Nuestros descartes -choritos, colitas de camarón, etcétera- los botábamos a la basura, pero nos dábamos cuenta de que seguían con su valor nutricional, que se podían consumir”, dice Carolina Carreras. Ese ejemplo y otros más de empresas que no lograban reutilizar sus descartes de alimentos encendieron la chispa para crear, junto a su socia Gabriela Arenas, la plataforma online Salva Food, que surge de un brazo de Promagro y aspira a convertirse en un marketplace de comida descartada que pueda ser aprovechada por otras empresas del sector alimenticio.
En otras palabras, según Arenas, este marketplace pretende que “los clientes productores y procesadores de alimentos puedan comercializar sus descartes de alimentos y hasta sus desechos, tales como cáscaras y corontas de choclo”. Carreras complementa que el modelo de negocios de Salva Food es “business-to-business” o B2B, es decir, el objetivo de esos descartes es que otras empresas puedan ocuparlos como materia prima secundaria para sus propios procesos productivos.
Por ejemplo, una de las empresas que participará del marketplace es la pesquera Lacks, que ofrecerá sus descartes de salmón en la plataforma. Éstos pudiesen ser aprovechados por otra empresa que también será parte de Salva Food: CMC, que fabrica snacks a partir de mariscos y pescados descartados.
El inconveniente era que ambos tipos de empresa raramente conversan entre sí, ya que cuesta hallar la disponibilidad de un alto volumen de descartes para poder elaborar nuevos alimentos. De ahí que Salva Food funge como una plataforma de conexión entre ambas categorías de empresas.
“Queremos abarcar a toda la industria alimenticia. Nosotras sabemos que hay descartes de cerveza para generar snacks; descartes de jaibas, conchas, uvas, ostras. Hay un mundo de gente que está reprocesando los descartes y evitando que se vayan a la basura. El tema es que costaba que se encontraran entre sí”.
La importancia del premio
Recientemente Salva Food obtuvo uno de los cuatro reconocimientos que otorgó la iniciativa Transformación Tecnológica para Nuevas Economías Metropolitanas, implementada por el Centro de Innovación en Ciudades UDD y financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional Metropolitano (FIC-RM).
El proyecto financiaba con 20 millones de pesos a cuatro pymes TIC que pudieran tener un impacto a nivel regional en tanto solución digital. Junto con Salva Food, fueron reconocidas las pymes Tierra x Tierra, Ecosale e Insect Revolution. Con el monto de dinero obtenido, Salva Food está diseñando la versión final de la plataforma web. A más tardar, el 15 de diciembre debe estar constituido el sitio digital para ser lanzado al mercado.
“Queremos abarcar a toda la industria alimenticia. Nosotras sabemos que hay descartes de cerveza para generar snacks; descartes de jaibas, conchas, uvas, ostras. Hay un mundo de gente que está reprocesando los descartes y evitando que se vayan a la basura. El tema es que costaba que se encontraran entre sí”, grafica Carolina Carreras.
Al principio, agrega Carreras, la idea es vincular a empresas del mismo rubro alimenticio. Es decir, que por ejemplo, a partir de los descartes, se pueda elaborar desde harina hasta suplementos alimenticios. En una fase posterior, no obstante, Salva Food pretende involucrar también a otras industrias no necesariamente vinculadas a los alimentos, tales como la cosmética, que bien pudiera sacarles partido a los descartes. “Es una proyección”, acota Carreras.
Para Gabriela Arenas, en tanto, es importante utilizar con cuidado la palabra “desecho”, porque se relaciona a “basura” para el común de la gente. “Hay que reinventar el concepto”, dice ella. Según Arenas, Salva Food, en línea con su compañera, ofrece un espacio para resolver la dificultad de encontrar materias primas, ya que muchas veces estas empresas que fabrican alimentos “terminan comprando productos de primera, cuando necesitan de segunda o de tercera para cumplir sus demandas”.
En el fondo, Salva Food pretende concertar una suerte de comunidad en torno a este nuevo mundo de los descartes de alimentos, que pueden proceder de la industria pesquera, agrícola y otras. La idea es, a futuro, destacar a aquellas empresas que reutilicen o revaloren estos descartes de alimentos.
También a futuro, el objetivo de Salva Food es ofrecer despacho para las transacciones, que por ahora no lo tiene. Además, si bien el emprendimiento está orientado a satisfacer las necesidades entre empresas, no desecha incorporar al usuario común y corriente, sin tener un rut comercial, para acceder a las compras de estos descartes.
¿Pero cómo garantizar que la comida descartada llegue en buen estado y con celeridad hacia las otras empresas que la procesan para nuevos productos? “Todos los alimentos deben cumplir con las normas sanitarias para ser comercializados, igual que cualquier alimento que se venda por vías regulares”, explica Gabriela Arenas. Si pasan el tiempo ideal de consumo, agrega, “se deben bajar inmediatamente de la plataforma”.