Restricciones a permisos para trabajar impactan labor de recicladores de base para recolectar residuos desde los domicilios
Desde el pasado 19 de junio están prácticamente paralizados, afirma el gremio de recicladores de base, lo que ha impactado en el programa de reciclaje a domicilio que se creó para que puedan mantener su actividad y sus ingresos. Un programa que había resultado exitoso, afirman, y que los enfrentó a un segundo problema: la gran cantidad de residuos reciclables recogidos desde las casas hizo colapsar sus sitios de acopio en sus propias viviendas, y hoy piden una solución mayor para acopiar y seleccionar el material.
El instructivo para permisos de desplazamiento vigente, emanado el pasado 19 de junio en el marco del Plan Coronavirus del gobierno, que endureció los requisitos para solicitar permisos de trabajo por parte de las empresas, puso en una compleja situación a los recicladores de base, ya que desde esa fecha- afirman sus dirigentes- quedaron imposibilitados de realizar su trabajo de recolección ya que por las características de su trabajo carecen de un RUT empresa para solicitar dicho permiso, al tratarse de una actividad que se realiza casi completamente de manera informal.
En dicho instructivo, están facultados para solicitar salvoconductos las empresas recolectoras de basura y el personal contratado por empresas e instituciones que transporten y procesen materiales reciclables, embalajes y envases. Pero nada dice de los recicladores de base, lo que ha terminado por impactar en una iniciativa diseñada expresamente por el Ministerio del Medio Ambiente para que estos pudieran seguir trabajando y generando recursos: el programa Recicla en Casa.
Su objetivo era ayudar a la ciudadanía a continuar reciclando ante el cierre masivo de los puntos limpios en las ciudades, y al mismo tiempo ayudar a los recicladores de base a generar ingresos ya que estipula un cobro por el retiro de los residuos reciclables desde los domicilios. Y en sus primeros días fue un éxito. Según la presidenta del Movimiento Nacional de Recicladores de Base, Soledad Mella, la respuesta de la ciudadanía fue inmediata e incluso no daban abasto con los llamados.
“Normalmente teníamos un servicio de 10 casas como máximo, y con este programa llegamos a cubrir hasta 60 casas diarias, una demanda brutal. Estábamos sacando como seis maxisacas diarias con una demanda que estaba concentrada principalmente en comunas como Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y Lampa”, afirma.
Sin embargo, el endurecimiento de los requisitos para obtener el salvoconducto para trabajar le puso un freno casi total a la actividad. “El 0,1% de los 60 mil recicladores de base del país tiene un RUT que le permite pedir permiso, del resto nadie. Llevamos dos semanas pidiendo un permiso especial y la demanda no nos permite seguir esperando, parar el reciclaje domiciliario es un tremendo problema. La gente nos llama y nos llama y nos reclama porque no estamos cumpliendo”, dice Soledad Mella.
Hasta antes del 19 de junio, los recicladores de base trabajaban principalmente con salvoconductos facilitados por empresas recicladoras, o algunas fundaciones que apoyan su trabajo. Pero el endurecimiento de las medidas, y de las multas, impidió continuar con esta fórmula.
“El lunes siguiente al 19 de junio empezamos a tener problemas porque se empezó a exigir que las empresas entregaran un certificado colectivo a sus empleados. Fuimos al Ministerio del Medio Ambiente y le dijimos ´qué vamos a hacer con esto´, porque los recicladores a los que le estábamos dando certificados nos estaban pidiendo ahora certificados que dijeran que trabajan para nosotros; pero no es así, entonces no podemos entregarles un certificado colectivo”, explica el gerente general de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR).
Se inició entonces un trabajo para obtener permisos especiales para algunos recicladores en la subsecretaría del Interior a través de Medio Ambiente. Para ello, ANIR entregó un listado de 130 RUT de recicladores que trabajan directamente con ellos, y el gremio de recicladores de base entregó una lista con cerca de 145 trabajadores, con el objetivo de que fueran autorizados a operar para mantener a flote el programa de retiro de reciclaje domiciliario. Sin embargo, aún no existe una respuesta positiva de Interior, y solo una parte menor de ellos habrían sido autorizados a operar.
Desde Medio Ambiente reconocen el problema y afirman que están en proceso de ayudar a obtener los permisos, y que el programa se va a mantener porque su objetivo principal es ayudar a mantener la cadena del recolección de residuos tanto para los recicladores como para las plantas de reciclaje. Sin embargo, dicen, es necesario entender que el endurecimiento de las medidas tiene como objetivo final evitar el incremento de los contagios por coronavirus en el país. “Estamos en vías de solucionarlo para que esto no se pare”, afirman.
Problemas con el acopio de residuos
En las últimas semanas, el flujo del material reciclado hacia las plantas estaba mejorando sus indicadores respecto a los primeros meses del confinamiento. Si bien residuos más complejos como baterías, neumáticos y aceites lubricantes tienen caídas de hasta un 60% en la recolección, en materiales como latas de bebidas, papeles y cartones, y botellas PET las bajas están en torno al 15% frente a un 40% que se registraba hasta hace poco más de un mes.
Pero el endurecimiento de los permisos podría tener un impacto en esta materia en lo que respecta a la recolección desde los domicilios, y los permisos no son el único problema. A las dificultades para obtener los permisos para trabajar, el éxito del programa Recicla en Casa le trajo otro problema a los recicladores de base: el acopio del material. Sus patios, el lugar donde tradicionalmente guardan el reciclaje, no dan abasto, por lo que piden una solución mediante la implementación de centros de acopio para poder llevar lo recolectado.
“La demanda es muy grande y ya no tenemos espacio en nuestros patios”, dice Soledad Mella. “Lo que queremos es un centro de acopio intermedio donde llevarlo y segregarlo nosotros mismos, como siempre hemos hecho. Y también por seguridad nuestra; estamos sacando el residuo de las casas y llevándolo directamente a nuestras casas, y eso significa un posible contagio. Que nos contaminemos nosotros es una cosa, pero no que se contamine toda nuestra familia”.
“Hay muchas empresas que tienen espacio en sus patios y otras que no están operando y tiene galpones botados, y ahí podría haber una posibilidad; o a un peladero que esté cerrado, porque la idea tampoco es llevarlo cerca de las casas o de la población. Hemos visto en la zona de Quilicura e Independencia unos tremendos terrenos tirados y estamos tratando de gestionar con el ministerio, pero todo es muy burocrático”, afirma Soledad Mella.
Desde ANIR afirman que también han planteado este problema a la cartera de Medio Ambiente, planteando incluso la posibilidad de utilizar para ello colegios o gimnasios municipales que hoy están cerrados. Pero hasta ahora, afirman, no han tenido respuesta.
Desde el ministerio insisten en que se esta trabajando en soluciones en ambas materias, y que se está en conversaciones con los municipios para habilitar centros de acopio, pero al mismo tiempo hacen un llamado a la misma ANIR y a otras organizaciones del sector privado a colaborar con soluciones en el problema del acopio de materiales.