Informe revela riesgo climático para cada comuna de la R. Metropolitana: Cerro Navia, Lo Espejo y La Pintana encabezan la lista
Estudio elaborado para el Ministerio del Medio Ambiente suma múltiples capas de información para revelar el riesgo climático y la exposición a fenómenos climáticos de las 52 comunas de Santiago. Por ejemplo, una de las comunas que presenta mayor riesgo considerando solo el índice de amenaza y exposición de la población es La Reina, mientras que Lo Barnechea y Colina aparecen entre las comunas con mayor superficie de su territorio expuesta a incendios. Sin embargo, al sumar otros indicadores como infraestructura expuesta, pobreza multidimensional, grupos etarios vulnerables y materialidad de las viviendas -entre otros-, las comunas del sector poniente de Santiago se sitúan en el top del índice de riesgo climático.
Periodista
El cambio climático y el incremento de los fenómenos climáticos extremos impactarán con mayor fuerza a los países y a las personas más vulnerables. Este hecho, denunciado permanentemente por Naciones Unidas y una serie de organizaciones por todo el mundo, es uno de los principales argumentos para llamar a la acción climática urgente. Y en Chile, y en particular en la Región Metropolitana, la situación no será distinta.
Así se desprende del reciente “Informe de riesgos climáticos para la Región Metropolitana”, elaborado para el Ministerio del Medio Ambiente por la consultora GeoAdaptive, cuyo informe final fue entregado en enero de este año y puesto a disposición pública, y que revela que las comunas del sector poniente de la región son las que presentan el mayor índice de riesgo climático, encabezadas por Cerro Navia, Lo Espejo y La Pintana.
El estudio recoge una serie de trabajos previos e información de diversos organismos públicos -así como datos estadísticos comprendidos entre 1990 y 2019- para determinar tanto las principales amenazas de origen climático para Santiago, así como análisis de exposición, vulnerabilidad y riesgo a nivel regional y comunal, y cómo los fenómenos de origen climático podrían impactar en la infraestructura y los sectores productivos de la región que concentra la mayor población urbana del país.
Sumando capa tras capa de información, se va revelando el riesgo climático y la exposición a fenómenos climáticos de las 52 comunas de Santiago. Por ejemplo, una de las comunas que presenta mayor riesgo considerando solo el índice de amenaza y exposición de la población es La Reina, mientras que Lo Barnechea y Colina aparecen entre las comunas con mayor superficie de su territorio expuesta a incendios. Sin embargo, al sumar otros indicadores como infraestructura expuesta, pobreza multidimensional, grupos etarios vulnerables y materialidad de las viviendas -entre otros-, las comunas del sector poniente de Santiago se sitúan en el top del índice de riesgo climático.
Al evaluar el riesgo, y considerando este en función de la amenaza, la exposición a esta de personas y bienes, y las condiciones de vulnerabilidad de la población y de los bienes expuestos, se consideraron cinco amenazas prioritarias para la Región Metropolitana: inundaciones, remoción en masa, incendios forestales, sequías y olas de calor.
Las primeras son un fenómeno habitual en Santiago, al punto que entre 1990 y 2014 se han registrado más de 50 eventos ligados a inundaciones, entre ellas la registrada en 1993 cuando 18 comunas de Santiago fueron declaradas zona de catástrofe por este fenómeno causado por lluvias intensas y prolongadas que -principalmente en invierno- impactan a zonas aledañas a cauces naturales y quebradas.
De acuerdo con el informe, las zonas con alto peligro de inundación se encuentran principalmente en el piedemonte, las zonas bajas del área urbanizada de Santiago y a lo largo de los cauces y planicies aledañas a los ríos Mapocho y Maipo, con un área que suma 37.407 hectáreas, el 2,4% de la superficie de la región.
“Cinco comunas presentan un alto porcentaje de superficie amenazada por inundación (22% a 38% de su superficie comunal), y corresponden a las comunas de Quilicura (38%), Cerro Navia (26%) y Quinta Normal (28%) en la parte baja de Santiago, y Vitacura (30%) y Macul (22%) en el piedemonte y precordillera”, señala el informe.
En materia de sequía, en el estudio se indica que entre 1990 y 2019 las comunas de la Región Metropolitana han experimentado al menos 10 años con algún grado de sequedad, con un máximo de 12; que desde 2010 se registra una baja en los caudales que llevan a que el río Mapocho presente -83% de variación de caudal a septiembre de 2019, y el río Maipo -39%.
En tanto, Providencia, La Reina, Ñuñoa, Pudahuel, Cerrillos, El Bosque, San Joaquín y La Cisterna presentan entre un 14% y un 22% de su superficie amenazada por inundación.
Otro fenómeno que aparece con frecuencia en la región es la remoción en masa, causada principalmente por abundantes precipitaciones invernales y por lluvias en altura con isoterma cero alta, y que se transforman en eventos de alta peligrosidad cuando ocurren cerca de zonas urbanizadas por la gran rapidez con que se desarrollan.
Entre 1990 y 2017, la Región Metropolitana registra 116 eventos asociados a remoción en masa por causas climáticas (31 de ellos en 2012), muchos con características de desastre como el registrado en 1993 en las quebradas de Macul y Ramón, donde murieron 26 personas y se generaron cerca de US$5 millones en daños. A esto se suman eventos como el registrado en 2017, donde deslizamientos registrados en San José de Maipo por lluvias en altura con isoterma alta interrumpieron el suministro de agua potable en 30 comunas de Santiago, con 1,4 millones de hogares afectados.
Según señala el estudio, las áreas con peligro de remoción en masa se ubican principalmente en zonas de pendientes elevadas, quebradas (zonas altas de los ríos Mapocho y Maipo) y conos aluvionales de la Cordillera de los Andes y de la Costa, con 88.847 hectáreas amenazadas por este fenómeno, el 5,8% de la superficie de la Región Metropolitana.
En función de la distribución del peligro de remoción en masa, se establece que cuatro comunas presentan un alto porcentaje de superficie amenazada por la ocurrencia de este fenómeno. “Estas corresponden a las comunas de La Reina (48% de su superficie comunal), Peñalolén (40%), Ñuñoa (29%) y La Florida (24%)”, indica el estudio. Más atrás, con entre un 12% y un 24% de su superficie bajo amenaza, se ubican Paine, Puente Alto, San Joaquín, Las Condes, Lampa, Vitacura y Lo Barnechea.
Riesgos de sequía, incendios y olas de calor
Entre 1990 y 2018, señala en informe, los incendios forestales han afectado a más de 172 mil hectáreas en la Región Metropolitana, donde el 74% de esa superficie (128 mil ha) fue destruida por 136 incendios considerados de gran magnitud, superiores a las 200 hectáreas, a los que se suman otros 12.613 incendios menores.
La mayoría de ellos se ha registrado en las comunas de Melipilla, Lampa, Curacaví y San Pedro, zonas consideradas de interfase urbano-rural que presentan factores que incrementan el riesgo, como la presencia de combustible vegetal, condiciones climáticas favorables y malas prácticas en el uso del fuego.
En materia de incendios, a nivel comunal el riesgo está determinado por la superficie comunal susceptible de propagación de un incendio forestal, y en esta materia existen cinco comunas que -de acuerdo con el reporte- presentan un alto porcentaje, superior al 12%: Lo Barnechea, Colina, Tiltil, Curacaví y Pirque, seguidas de Alhué, San Pedro, San José de Maipo, Huechuraba, Lampa y Melipilla, todas con más de un 10% de su superficie susceptible a la propagación de incendios forestales.
En materia de sequía, en el estudio se indica que entre 1990 y 2019 las comunas de la Región Metropolitana han experimentado al menos 10 años con algún grado de sequedad, con un máximo de 12; que desde 2010 se registra una baja en los caudales que llevan a que el río Mapocho presente -83% de variación de caudal a septiembre de 2019, y el río Maipo -39%.
Según el reporte, durante las olas de calor las mayores temperaturas superficiales se registraron principalmente en zonas urbanas e industriales del centro-norte de la Región Metropolitana, con rangos de entre 35ºC y 45ºC, mientras que las de moderada intensidad (32ºC a 35ºC) se registraron en áreas rurales agrícolas, y de praderas y matorrales con baja presencia de vegetación, principalmente del sector sur y poniente de la región.
Para esta variable, se consideran una serie de factores. Uno de ellos son los 38 decretos de escasez hídrica emitidos entre 2008 y 2019 en la región, de los cuáles 18 se encuentran vigentes y donde en ese período lideran Tiltil (con 6 decretos), San Pedro (6), Alhué (4), Curacaví (4), Melipilla (4) y Colina (4).
A esto se suma la sequía meteorológica o, en otras palabras, la disminución de precipitaciones, donde se muestran leves diferencias a nivel regional y donde las zonas norte y sur de la región registran una mayor frecuencia de períodos secos.
En cuanto a las olas de calor, a simple vista cada vez más frecuentes durante los veranos en Santiago, el informe indica que “entre 2010 y 2017 la frecuencia de olas de calor aumentó hasta 5 (media) por temporada, comparado con el período 1981-2010 con 2 olas de calor. El año 2017 se registraron 6 eventos de ola de calor, con temperaturas de 37,4ºC”. La temperatura máxima registrada para la Región Metropolitana es de 38,3ºC en enero de 2019.
Según el reporte, durante las olas de calor las mayores temperaturas superficiales se registraron principalmente en zonas urbanas e industriales del centro-norte de la Región Metropolitana, con rangos de entre 35ºC y 45ºC, mientras que las de moderada intensidad (32ºC a 35ºC) se registraron en áreas rurales agrícolas, y de praderas y matorrales con baja presencia de vegetación, principalmente del sector sur y poniente de la región.
“Las temperaturas promedio por comuna muestran que las que registraron una mayor intensidad del evento ola de calor (más de 38ºC en superficie) fueron Renca, Quilicura, Tiltil, Lampa, Cerrillos, Pudahuel y Maipú”, señala.
Las temperaturas superficiales de intensidad media (28ºC a 32ºC), en tanto, se presentan en áreas urbanas con presencia de vegetación (sector oriente y sur del área metropolitana de Santiago) y en áreas rurales húmedas y boscosas.
Comunas con mayor índice de amenaza y exposición de su población
¿Cuál es la exposición que tiene la ciudad, y cada comuna, frente al conjunto de estos riesgos climáticos? Para determinar esto, el estudio crea un índice de amenaza climática como un primer insumo para el análisis de riesgo, y evalúa y cuantifica la exposición de la población y de infraestructura esencial frente a las amenazas climáticas, a escala comunal y regional.
Así, los índices de riesgo de inundación, remoción en masa, incendios forestales, sequías y olas de calor se llevan a una escala de 0 a 1 -de acuerdo con categorías que van desde nula o muy baja amenaza a muy alto riesgo-, donde 1 es el valor más alto de amenaza climática, y en base a ellos se construyó un índice de amenaza climática general.
En base a este indicador, señala el informe, la Región Metropolitana presenta un índice promedio de amenaza de 0,35 con una distribución espacial heterogénea, pero donde los niveles más altos se registran en las áreas donde confluyen diferentes amenazas, tales como el sector poniente y el piedemonte de la región.
De acuerdo con el informe, las áreas con mayor índice de riesgo pertenecen a los sectores poniente y sur oriente de la Región Metropolitana, donde las comunas de Cerro Navia, Lo Espejo y La Pintana presentan los mayores índices. Como contrapartida, las zonas de altos ingresos, que se proyecta desde la comuna de Santiago hacia el oriente y nororiente posee bajos niveles de riesgo.
“Entre las áreas altamente amenazadas destacan las comunas de Lo Espejo, la Cisterna y Buin, con más de un 70% de superficie en los dos rangos superiores de amenaza”, señala el informe. “Sin embargo -agrega el estudio-, al considerar solamente el rango ‘muy alto’, la comuna que presenta mayor proporción de amenazas es La Reina, con un 49% de su superficie en este rango”.
En contrapartida, el reporte señala que las comunas que presentan menor superficie amenazada son San José de Maipo, Las Condes, Recoleta y San Miguel, con más de un 65% de su superficie en los rangos de muy baja y baja amenaza climática.
En cuanto al índice de exposición, generado a partir del análisis de población, infraestructura y equipamiento de la región, en el contexto del nivel de amenaza para la Región Metropolitana, el informe indica que el 31% de la población regional se encuentra en áreas de alta o muy alta amenaza climática, un 52% en áreas de amenaza media, y un 17% en zonas con baja o muy baja exposición.
“Al analizar la distribución de población en niveles alto y muy alto a escala comunal, se observa que la comunas con mayor proporción de población expuesta a estos niveles de amenaza son las comunas urbanas de Lo Espejo (88%), La Cisterna (75%) y La Reina (70%)”, afirma el estudio.
Sobre un 60% se encuentran El Monte, Lampa, Buin, San Joaquín, El Bosque, Talagante y Melipilla, mientras que las comunas con una menor proporción de población expuesta a este nivel de amenaza son Lo Prado, San Miguel, Conchalí e Independencia, con menos de un 1% de sus habitantes bajo riesgo alto o muy alto.
Y en materia de infraestructura comunal (salud, educación, oficinas públicas, bomberos, policía), las comunas que presentan una mayor proporción de instalaciones esenciales expuestas a alta o muy alta amenaza son El Bosque, La Florida, La Cisterna, Ñuñoa, Peñalolén y Lo Espejo, todas con más de un 40% de su infraestructura esencial en áreas de dichas categorías.
De forma similar, el estudio también estableció un índice de vulnerabilidad climática tanto humana como física (infraestructura) en base a las mismas amenazas ya señaladas, y considerando variables como la pobreza multidimensional, los grupos etarios vulnerables, la materialidad de las viviendas y la sensibilidad a la sequía. Entre las áreas más vulnerables destacan las comunas de San Pedro, Cerro Navia, Lo Espejo y La Pintana, con los mayores índices de la región.
Índice de Riesgo Climático e impacto en los sectores productivos
Finalmente, y a partir de la integración de los índices generales de amenaza, exposición y vulnerabilidad, el estudio elabora el Índice de Riesgo Climático para la Región Metropolitana, el que se define como un riesgo potencial.
Es en base a estos parámetros que se define finalmente un índice de riesgo climático para la región, y para su comunas. Y de acuerdo con el informe, las áreas con mayor índice de riesgo pertenecen a los sectores poniente y sur oriente de la Región Metropolitana, donde las comunas de Cerro Navia, Lo Espejo y La Pintana presentan los mayores índices.
Como contrapartida, las zonas de altos ingresos, que se proyecta desde la comuna de Santiago hacia el oriente y nororiente posee bajos niveles de riesgo.
Si se considera la superficie comunal con índices elevados de riesgo, la lista es similar. Las comunas de La Pintana, Lo Espejo, Cerro Navia, San Ramón y La Cisterna poseen más de un 80% de su superficie bajo riesgo alto o muy alto. Nuevamente, las comunas con menos superficie bajo esta condición (menos del 1%) son Vitacura, Las Condes, Providencia y Lo Barnechea.
¿Cómo impactaría un incremento de estos fenómenos en los distintos sectores productivos? Las inundaciones, por ejemplo, afectan principalmente a la infraestructura. “Destacan cortes de servicio por anegaciones, erosión y arrastre de material, con consecuencias en la calidad de las aguas, servicios de redes (eléctrica, telecomunicaciones) y problemas en los sistemas de movilidad regional (…) Considerando que las zonas industriales de la RM están en áreas propensas a la inundación por estar en zonas bajas, se espera que se produzcan anegamientos e interrupción del funcionamiento de las plantas industriales”, señala el informe.
En cuanto a las implicancias del cambio climático para el riesgo frente a las amenazas priorizadas, en estudio también hace una breve proyección respecto de qué se podría esperar. Por ejemplo, en el caso de incendios los factores que facilitan su generación y propagación se verán intensificados por el aumento generalizado de temperaturas, lo que implica un aumento en la duración e intensidad de estos.
Y respecto de la remoción en masa, indica que “se espera una mayor precipitación líquida en zonas elevadas (isoterma 0 alta) en sectores cordilleranos y precordilleranos. Esto puede involucrar eventos severos de este tipo de amenazas, especialmente en áreas de piedemonte para el caso de remociones en masa; y en áreas poco permeables, deforestadas y urbanizadas eventos de inundación”.
Al mismo tiempo, se espera que la disminución de precipitaciones e incremento de las temperaturas “provocarán un aumento en las condiciones de aridez, haciendo que los períodos de sequía sean más intensos y prolongados”.
¿Cómo impactaría un incremento de estos fenómenos en los distintos sectores productivos, infraestructura y servicios esenciales de la Región Metropolitana? Las inundaciones, por ejemplo, afectan principalmente a la infraestructura. “Destacan cortes de servicio por anegaciones, erosión y arrastre de material, con consecuencias en la calidad de las aguas, servicios de redes (eléctrica, telecomunicaciones) y problemas en los sistemas de movilidad regional (…) Considerando que las zonas industriales de la RM están en áreas propensas a la inundación por estar en zonas bajas, se espera que se produzcan anegamientos e interrupción del funcionamiento de las plantas industriales”, señala el informe.
Algo similar ocurriría con las remociones en masa, que si bien son más localizadas, puede afectar los servicios de provisión de agua potable. Y de cortar vías o rutas, puede afectar los sistemas de transporte, el movimiento de bienes y la provisión de servicios de emergencia. Un incremento en los incendios también podría afectar la provisión de agua, ya que la erosión del suelo y la pérdida de capa vegetativa que tienen como consecuencia puede producir la sedimentación de embalses para agua potable y riego.
La sequía, además de los impactos obvios, podría afectar directamente a sectores específicos. Por ejemplo, a la industria vitivinícola, representativa de la región y de las regiones aledañas. Y también a los centros de esquí.
En base a un estudio previo de 2018, el informe indica que “se esperan reducciones más drásticas en la duración de la capa de nieve por aumento de temperatura bajo los 3.500 msnm. En el escenario optimista se espera una duración similar al período de referencia, con una disminución de una semana. En el escenario pesimista, indica una disminución de hasta seis semanas”.