En las últimas semanas, a lo largo de todo el mundo han surgido imágenes que muestran cómo retrocede la contaminación en las ciudades de la mano de las cuarentenas masivas que están implementando los países. Sin embargo, advierten los expertos, se trata solo de un fenómeno temporal, más aún en el caso de Chile, donde estamos entrando ya al período de invierno y donde la contaminación atmosférica tiene su origen -principalmente en las ciudades ubicadas de Rancagua al sur- en el humo de leña, al tiempo que diversos estudios muestran relación entre la expansión del COVID-19 y la contaminación. Este impacto, advierten, podría ser aún mayor en un escenario donde las cuarentenas mantengan a más personas en sus hogares.
“El contagio en las ciudades del sur va a ser muy significativo. En general, los centros de salud en invierno están colapsados por las enfermedades respiratorias y por la misma leña, que es la forma más barata de calefaccionarse. Esto pondrá una presión muy grande sobre el sistema de salud, y hoy deberíamos estar conversando en mesas transversales de trabajo para implementar medidas urgentes”, advirtió hace unos días el investigador del CR2 Nicolás Huneeus.
Marcelo Fernández, jefe de la División de Calidad del Aire del Ministerio del Medio Ambiente, afirma que se trata de un escenario que está en la mesa, pero que también es necesario revisar la mirada estratégica que ha tenido el país en materia de calidad del aire “para poder entender cómo nos pilla parados este evento que es tan complejo a nivel mundial. Lo primero es entender que Chile tiene condiciones particulares que lo hacen ser un país con altos niveles de contaminación por partículas finas (MP 2.5), ese es un dato de la causa”.
Y frente a ese escenario, afirma, desde su creación el año 2010 el Ministerio del Medio Ambiente viene implementando una estrategia país para la gestión de calidad del aire, incluyendo la creación de la norma primaria de calidad del aire para el material particulado fino (MP2.5, vigente desde 2012). Y esto ha permitido, agrega, que se empiecen a ver mejores cifras de la mano de la implementación de los planes de descontaminación atmosférica implementados en los últimos seis años en la zona centro-sur del país. Estos ya están vigentes en 98 comunas del país entre Santiago y Coyhaique, en las que habitan cerca de 11 millones de personas.
“Si uno mira, en 2018 respecto de 2019 bajaron de forma significativa las emergencias ambientales. Convengamos que los niveles del sur son tan altos que tienen muchos días de emergencia, preemergencia y alerta. Entonces, cuando empiezas a mejorar la calidad del aire, lo que vas a observar es que empiezan a reducirse primero las emergencias, porque son los eventos más críticos. Luego se avanza hacia la eliminación de las preemergencias y las alertas, ese es el camino. Entonces, la primera buena noticia es que como país veníamos gestionando la calidad del aire desde la Región Metropolitana hasta Coyhaique con una política de Estado”, afirma.
En términos simples, los planes de descontaminación atmosférica de la zona centro sur se basan en tres ejes estructurantes: las viviendas nuevas se tienen que construir con mejores estándares de aislación térmica, la entrega de subsidios del Ministerio de Vivienda para la aislación térmica de viviendas ya construidas, y el programa de recambio de calefactores del Ministerio del Medio Ambiente.
“Esto es bien importante, porque si un calefactor a leña emite 100 -por ejemplo-, cuando lo reemplazas por un calefactor a pellet este emite 10. Y si usas un sistema a gas o eléctrico, podrías llegar a 5 o a 0. La transformación por el hecho de cambiar los sistemas de calefacción es enorme, y por eso le hemos puesto mucho esfuerzo a este programa de recambio. El año pasado llegamos a recambiar 13 mil calefactores, y este año esperamos superar los 16 mil a nivel nacional”, dice Fernández.
¿Y en qué escenario nos encuentra hoy este problema, como se enfrentará la contaminación este invierno en el marco del avance del coronavirus?
Este invierno lo estamos enfrentando con gestión de episodios críticos prácticamente en todas las ciudades desde la Región Metropolitana hasta Coyhaique. Todas estas ciudades tienes gestión de episodios críticos desde el 1 de abril hasta el 30 de septiembre, y la ventaja de este instrumento es que se hace con un enfoque preventivo, día a día y hora a hora; entonces, como Ministerio del Medio Ambiente tenemos seremis que están coordinados con los intendentes, y con otros seremis regionales, para implementar los planes de descontaminación, implementar y fiscalizar las restricciones, e informar a la comunidad. Mucho de lo que se nos viene para adelante tiene que ver con la información. Es importante dejar bien establecido que el problema que tienen las ciudades entre Rancagua y Coyhaique no son las mega fuentes industriales ni el transporte, sino que es el uso de leña para calefacción.