La emergencia sanitaria que vive el planeta por la expansión del coronavirus ha obligado a las ciudades a modificar su funcionamiento para evitar más contagios. En Chile la situación no es muy diferente, en tanto es el segundo país en el mundo con más alta tasa de crecimiento en la diseminación del coronavirus COVID-19.
De ahí la importancia de adaptar la ciudad a las nuevas condiciones que exige la pandemia. Juan Carlos Muñoz, director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la UC (CEDEUS), asume que, aunque los expertos estudian los espacios urbanos en contextos de normalidad, “el sistema de transporte público será con mucho menos flujo, ya que las personas se deberían quedar en sus casas, siguiendo las recomendaciones, y ni los universitarios ni los escolares están yendo a clases”.
Según el especialista, y aplicando el sentido común, “estas medidas aún no son suficientes para evitar aglomeraciones”, por lo que se sugiere “evitar las horas de mayor afluencia que es cuando uno entra en contacto con otras personas, tener mucho cuidado con los asientos, manillas y tubos de apoyo, ya que son las principales fuentes donde uno pueda encontrar un contagio”.
Algo similar cree, en lo relativo al transporte, la médica especialista en epidemiología social e investigadora asociada del CEDEUS, Alejandra Vives, para quien es necesario “minimizar la circulación del virus” en las ciudades y, en ese sentido, “es recomendable salir lo menos posible y con el máximo distanciamiento social responsable”.
Aunque “el transporte es un servicio clave que no se puede suspender”, dice Vives, “debemos asegurar su funcionamiento en condiciones higiénicas y seguras para aquellas personas que necesiten trasladarse por motivos estrictamente necesarios”. La experta en salud desea que el Estado de Catástrofe, decretado por el Presidente Sebastián Piñera, vaya acompañado de medidas que inviten a las personas a “no ir a los malls, ni a los cines, ni a eventos de aglomeraciones no solo por el hecho de no presentarse en esos espacios, sino que también para evitar el uso de la micro y el metro”.
Para Juan Carlos Muñoz, en tanto, la bicicleta surge una vez más como alternativa para impulsar un transporte sustentable y, más aún, en este contexto de crisis sanitaria mundial.
“Es un medio de transporte que aparece como inofensivo e inocuo en una condición de pandemia como la que estamos atravesando actualmente, aun cuando la idea es que la gente se quede en sus casas”, especifica Muñoz, ex coordinador de la mesa Ciudades de la COP25.