Arturo Vidal en Curitiba: el volante chileno se mudó a una de las ciudades más sustentables de América Latina
Tras fichar con el Atlético Paranaense, el futbolista nacional dejó el calor y las playas de Río de Janeiro para trasladarse a la sureña Curitiba, con un clima más frío, llena de parques y rodeada de montañas y ríos. Con menos de 2 millones de habitantes, la capital del estado de Paraná destaca además por sus logros en sostenibilidad, entre ellos su sistema de movilidad, su alta cifra de reciclaje, la gestión hídrica, el uso del suelo y el control de emisiones, entre otras. “La preocupación por el medio ambiente está en el ADN de Curitiba”, comentó a País Circular la secretaria de Medio Ambiente de la municipalidad de la ciudad, Marilza Dias.
Aunque volvió a Río de Janeiro el domingo para su debut como titular del Athletico Paranaense, Arturo Vidal tiene desde mediados de este mes su nueva casa deportiva en la ciudad de Curitiba, una de las más sustentables de Brasil, de Sudamérica y del mundo. Así es, porque al terminar su contrato con el Flamengo, el volante chileno dejó atrás la “cidade maravilhosa”, con su calor, sus playas y sus conocidos atractivos turísticos, para aterrizar en la capital del estado brasileño de Paraná, una urbe ubicada más al sur, con un clima menos caluroso, poblado de araucarias y que se enorgullece de ser pionera en el cuidado del medioambiente.
Tras 51 partidos con el club Flamengo de Río de Janeiro, en los que marcó dos goles y conquistó la Copa de Brasil y la Libertadores, Vidal se marchó a una metrópolis donde la temperatura promedio más alta no supera los 26 grados centígrados, y las mínimas no bajan de los 5 °C. Con un clima húmedo y lluvioso, y una población de 1,9 millones de habitantes -menos de un tercio de los 6,3 millones de la capital carioca- Curitiba destaca por haber establecido un modelo temprano de sostenibilidad, y hoy exhibe un paisaje repleto de parques, ciclovías y carriles diferenciados para el transporte público.
Según el informe Ciudades Sustentables publicado por Corporate Knights, la revista canadiense que es referencia internacional en estudios sobre sustentabilidad y responsabilidad social empresarial, Curitiba es la ciudad más sustentable de América Latina y la 14ª en el mundo. El estudio, realizado en 50 ciudades de todo el orbe, evaluó doce indicadores relacionados con la calidad del aire, las emisiones, las energías renovables, el cambio climático, el uso del suelo, el transporte, el agua, los residuos y las políticas ambientales.
La nueva ciudad del mediocampista chileno tiene un sistema de movilidad considerado uno de los mejores de Brasil. Según la legislación local, los habitantes de Curitiba no deberían tener que trasladarse más de 500 metros para acceder al transporte público. Con 72 kilómetros de vías exclusivas para autobuses que recorren los principales cinco ejes de la capital, su red integrada de transporte destaca también como el primer sistema de autobús de tránsito rápido implantado en el mundo, en la década de 1970.
Desde 2009, por ejemplo, la autoridad ambiental de la ciudad ha estado estudiando la tasa de absorción de CO₂ en sus espacios verdes. La planificación integrada permitió que un buen desempeño en un área ambiental generase beneficios en otras, por ejemplo, el ordenamiento del transporte público tuvo una influencia virtuosa en la calidad del aire de Curitiba.
O lixo que não é lixo
Otra iniciativa destacada es su programa de reciclaje, lanzado en 1989. Los residentes clasifican los materiales reciclables que la ciudad recolecta regularmente de sus hogares. En la ciudad, esta campaña se difunde como “La basura que no es basura” (O lixo que não é lixo) y permite que en la actualidad se recicle cerca del 50% de la basura que se genera.
“La preocupación con el medio ambiente está en el ADN de Curitiba. Hacemos reciclaje de basura desde los años 1990, mucho antes de que este tema fuera discutido en Brasil. Campañas como la de ´La basura que no es basura´, para la separación correcta de reciclables, y la de ´Familia Hojas´, que enseña cómo las familias pueden ser más sustentables, son ejemplos de cómo la ciudad construyó ese sentimiento de cuidado con el medio ambiente y la sustentabilidad en la población”, dijo a País Circular Marilza Dias, secretaria municipal de Medio Ambiente de la Prefeitura (municipalidad) de Curitiba.
El año pasado, la ciudad que acoge al nuevo club de Arturo Vidal invirtió cerca de 50 millones de dólares en la compra de los primeros 70 autobuses eléctricos de la ciudad. “Sin emisión de dióxido de carbono y sin ruidos, el autobús eléctrico es considerado el futuro de la movilidad en las grandes ciudades y es una de las principales apuestas de Curitiba para reducir la emisión de gases contaminantes en los próximos años”, agregó la funcionaria encargada de los temas medioambientales.
Para 2030, se espera que el 33% de la flota de autobuses de Curitiba funcione con cero emisiones, alcanzando el 100% en 2050, como parte del Plan de Acción Climática (PlanClima), alineado con las acciones globales de sostenibilidad, informó el gobierno local.
El origen del desarrollo actual fue en la década de 1970, cuando Jaime Lerner, arquitecto y por entonces alcalde de la ciudad, impulsó una planificación urbana basada en el desarrollo sostenible. En aquellos años, tales ideas no eran usuales en América del Sur, y por eso Curitiba fue pionera en iniciativas que hoy son cotidianas, como ampliar el acceso al transporte público a través de un sistema integrado desde 1974 (se paga una sola vez y se toman todos los ómnibus necesarios para llegar a destino), los carriles exclusivos para autobuses, el desincentivo al uso de autos particulares, fachadas y terrazas verdes, ciclovías y los parques como recurso para optimizar el drenaje de la ciudad.
Curitiba tiene 120 kilómetros de carriles para ciclistas, es decir, más que las ciclovías de São Paulo, Porto Alegre y Belo Horizonte en conjunto.
“Campañas como la de ‘La basura que no es basura’, para la separación correcta de reciclables, y la de ‘Familia Hojas’, que enseña cómo las familias pueden ser más sustentables, son ejemplos de cómo la ciudad construyó ese sentimiento de cuidado con el medio ambiente y la sustentabilidad en la población”.
Atractivos turísticos
El estado de Paraná -uno de los tres que componen la Región Sur de Brasil; los otros son Santa Catarina y Rio Grande do Sul- tiene una fuerte influencia de la inmigración de italianos, alemanes, polacos y ucranianos, lo que es posible percibir en su arquitectura, gastronomía y costumbres locales.
Si Vidal quiere pasear y conocer más de la ciudad podrá tomar el ómnibus turístico, perfecto para visitar sus atractivos, entre ellos sus parques, el equivalente a las playas de las ciudades que cuentan con un litoral. Hay más de 50 metros cuadrados de áreas verdes por persona. El parque icónico es el Jardín Botánico, célebre por su invernadero de vidrio conocido como “estufa”, inspirado en el Palacio de Cristal de Londres. Sus 245 mil metros cuadrados incluyen un bosque de araucarias y gran variedad de jardines. Otro de sus imperdibles son la Ópera de Arame, el Bosque del Alemán -una extensa área de bosque nativo- y el Museo Oscar Niemeyer, un espacio para exposiciones de artes visuales, arquitectura, urbanismo y diseño, considerado el más grande de América Latina.
Rodeado de un exuberante circuito natural de montañas y ríos, y con clima templado, Curitiba es el punto de partida de una amplia oferta de opciones de turismo rural, que incluye rutas de enogastronomía y de disciplinas como rafting, trekking y escalada.
La playa más cercana es Ilha do Mel (Isla de la Miel), a unos 120 km de Curitiba y accesible tras un corto paseo en barco, donde destacan el Farol das Conchas, la Gruta das Encantadas y la Fortaleza de Nossa Senhora dos Prazeres.
En materia de fútbol, los clubes principales del estado de Paraná son el Atlético -o Athletico- Paranaense, más conocido como “Furacão (Huracán)”, el nuevo equipo de Vidal, y el Coritiba, también llamado “Coxa”. El estadio Joaquim Américo Guimarães, apodado Arena da Baixada, es la sede del Athletico Paranaense, y está ubicado en Agua Verde, un barrio muy tradicional de Curitiba, cuyo nombre se desprende del río que atraviesa la región.
El Arena Baixada es uno de los estadios más antiguos de Brasil ya que fue construido en 1914; fue remodelado para acoger la Copa Mundial de Fútbol de 2014, y en diciembre de 2018 albergó la vuelta de la final de la Copa Sudamericana entre el equipo local y Junior, donde el Furacão se alzó con el título por primera vez en su historia.